Daniel estaba en el cuarto, se sintió envidioso al escuchar a su hermano y su mate compartir. Pero sabía que pronto tendría su momento. Layne salió del baño, con las mejillas coloradas, los labios hinchados y rojos.
Layne lo observó y bajó la mirada. Aún no sabía como enfrentar a los hermanos a la hora de estar con alguno de ellos.
- Parece que fue un baño muy satisfactorio - dijo jocosamente Daniel. Se acercó a su mujer, tomando posesión de su labios.
- Necesito ayuda con tu hermano - expresó Layne al finalizar el beso. Ambos entraron al baño, para encontrar a Dante muy sonriente. Por primera vez en días, sintió calma al ver a su hermano feliz.
Juntos lo ayudaron a salir para que comenzara la transformación.
- Tú te quedas aquí - dijo Daniel a Layne de manera autoritaria. Layne quiso protestar, pero Daniel no la dejó decir una palabra - No estas segura fuera de casa. Aún nadie sabe quien eres y si llegan a reconocer tu aroma, creerán que estas buscando a mi padre para matarlo. Hasta que no seas presentada, no debes salir de casa- finalizó besando sus labios.
Layne vio a sus mates, transformarse y salir corriendo hacia el bosque. Se sintió deseosa de acompañarlos. Con los días había descubierto lo placentero que era para ella, correr en su forma de loba y más en compañía de sus amores.
- Tranquila, pronto podrás acompañarlos- dijo Arthur quien la esperaba en el vestíbulo- pero, mientras sucede, debemos hablar.
Y sin más se encaminó hacia su oficina. Layne lo siguió nerviosa. Al entrar a la oficina, Arthur la invitó a sentarse.
- Acabo de recibir un correo muy interesante - Layne lo observó ansiosa- el consejo me acaba de comunicar que están enviando un representante para conocer a la nueva alfa.
Eso llamó la atención de Layne, no esperaba esa reacción. Ella tenía la idea de que el consejo negaría la propuesta de ser alfa. Tenía la sensación de que algo no andaba bien; el no saber qué, no le gustaba.
El representante llegaría para la fiesta de presentación. Eso la hacia sentir más estresada. Arthur decidió aprovechar la oportunidad para enseñarle más sobre las familias que pertenecían a la manada. Ella prestó su mayor atención. Arthur había ideado traer fotos de cada familia. De esa forma en la fiesta, Layne los reconocería y llamaría por su nombre. Arthur esperaba que eso le hiciera ganar puntos con la manada.
La tarde se fue rápida, cada día que se acercaba la fiesta de presentscion, se sentía más ansiosa. Sus mates entraron a la oficina, sin tocar. Habían estado tan ocupados, que se desconecto mentalmente de sus compañeros.
Dante tenía muy buen aspecto, aunque aún se podía ver moratones en tu piel. Daniel se acercó a ella, le beso la frente.
- Ven conmigo, princesa- le invitó. Layne miro a Arthur esperando su aprobación y después vio a Dante. Ambos asistieron con la cabeza.
Se levantó de la silla, Daniel tomó su mano. Y cuál niño emocionado, la sacó apresuradamente de la oficina. Daniel la guío al segundo piso. Él pasillo a las habitaciones estaba muy silencioso y solitario. Layne se sentía excitada y muy emocionada.
Daniel se detuvo en una puerta de una habitación, que hasta el momento Layne desconocía. Tampoco es que hubiese tenido tiempo, de poder hacer un Tour por el lugar.
- ¿A donde me llevas? - preguntó al fin ansiosa. Daniel la observó con picardía, ignorando su pregunta.
Daniel abrió la puerta, dentro una habitación de colores pasteles les daba la bienvenida. La cama matrimonial ocupaba casi todo el espacio. Sin duda era una habitación de hombres. Todo en la habitación era muy masculino. Al lado de la cama estaba una mesa de noche, sobre ella había una fotografía de dos niños. Ella se acercó y sentó sobre la cama, tomó la fotografía.
Sabía que eran sus mates, ambos eran tan hermosos y tan distintos. Uno con su piel morena y el otro blanco cual leche. Daniel se acercó a ella llamando su atención.
- Nena, necesitas descansar. Desde el ataque, no has descansado. Hoy quiero consentirte- La sentó sobre sus piernas, comenzó a besarla lentamente.
Cuando estaban juntos, Layne se sentía especial. Ellos la miraban como un tesoro. Daniel detuvo el beso, colocó su mano sobre su rostro y paso su pulgar por la silueta de su nariz.
- Ven, vamos a darte un baño relajante- le indicó llevándola al baño.
Al entrar el aroma de vainilla y lavanda la inundó. Toda la habitación estaba húmeda y caliente. Daniel la ayudó a desvestirse, prodigandole mimos y caricias. Cuando estuvo desnuda, la sumergió en la tina. El agua estaba tibia y muy agradable. Layne suspiro, por primera vez sintió la tensión en sus músculos. Daniel masajeo sus hombros, ella se fue relajado al punto de quedarse dormida.
Daniel la fue mimando, dejando que se entregará a los brazos de Morfeo. Terminado el baño, con cuidado la secó y llevó a la cama. Se desnudó, ella era suya por esta noche. Quería darle lo que necesitaba, hoy era mimos y mucho descanso. Se acostó a su lado, y tomó su cuerpo, para colocarlo encima del suyo. Necesitaba dormir, sabiendo que ella estaba segura, porque estaba en sus brazos.
Ella gimió entre sueños con una mueca de sonrisa. Daniel se fue quedando dormido, sintiéndose en paz.
Buenas!!! Aquí les dejó un nuevo capítulo. Acercándonos cada vez más al desenlace.
Nos leemos pronto
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Nacida para Pertenecer (Borrador)
WilkołakiEl mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...