- Hace una semana- dijo entre hipidos Francine- Un sobre fue dejado en la puerta de mi casa. Dentro había fotos de mis hijos y mi mate. En cada foto decía que debía pagar por mantenerlos con vida.
Arthur se sorprendió al escucharla, se veía muy angustiada. Su cara estaba roja y comenzaba a inflamado de tanto llorar.
- Pensé que era una mala broma- continuó, haciendo movimientos con sus manos, que acompañaban cada oración que decía- al final de la semana, Alex estaba jugando con sus amigos y cuando de venía de regreso a casa, fue atacado. Lo golpearon y al final le dieron otro sobre dirigido a mi.
Un ataque de llanto le impidió continuar. Arthur estaba llenándose de ira y nuevamente culpa al saber que no la había protegido adecuadamente. Sé levantó de su silla, quería brindarle aliento y cariño. Francine lo miro asustada en un inicio, pero al ver su rostro se lanzó a sus brazos cual niña que busca alivio.
- ¿Qué había en el sobre? - pregunto Arthur, tomo un pañuelo y se lo entregó.
- Había instrucciones para envenar a Layne- dijo tapándose la boca, para continuar llorando desconsolada- decía... que... sí no... cumplía con ello...
Lo observó, grandes lágrimas surcaban su rostro. Y otras tantas peleabanpor salir.
- Iban asesinar a mis niños- se volvió ahogar en llanto- yo... No podía permitirlo, alfa. Son los bebés.
- ¿Así que decidiste asesinar a tu alfa?- inquirió Arthur.
- NOOOO- Se defendió Francine- yo no quería, pero no podía dejar de hacerlo. Ellos me dieron una dosis, yo sólo le di una pizca. Sabía que la enfermería, pero no la mataría. Yo... lo siento, no era lo que quería. Pero debía proteger a mis bebés.
- ¿Alguien más sabía de esto? - indagó Arthur.
- No, no se lo dije ni a mi esposo. Pero no dudo que amenazara a alguien más dentro de esta casa- en cocina todo a estado muy estresante y ha sido fuera de lo normal. En algún momento, en mi paranoia llegue a creer que alguien me vigilaba.
Arthur se levantó, se posó en su ventana. Su manada estaba en riesgo y no confiaban en que él los pudiera proteger. Debía ponerse en acción, esto no podía seguir pasando.
- Francine, debiste venir a decirme- Francine lo observó angustiada.
- Lo siento, no sabía que hacer- continuó llorando.
- Lamentablemente tus actos van a tener consecuencias - Francine encerró su rostro entre sus manos- pondré en protección a tu familia, no te preocupes. Estarás en los calabozos, hasta que se decida tu destino.
Francine se levantó esperando a que los Delta la guiaran a su celda. Arthur tenía el corazón roto, entendía sus actos. Pero no podía dejarlo pasar.
Quedó sólo en su oficina, estaba desconsolado. Estuvo pensando, pero al final debía esperar hablar con Layne. Después de todo fue la víctima. Ambos encontrarían la solución. Tocaron la puerta sacándolo de sus pensamientos.
- Arthur, ¿A quién deseas entrevistar ahora? - preguntó Lorenzo.
- Quiero que me traigas a cada persona que trabaja en la cocina primero.
- Enseguida - Se fue a retirar, cuando Arthur continuó.
- Coloca a la familia de Francine en un lugar seguro- Lorenzo asintió- Lorenzo- esté se detuvo- sólo tú y yo, debes manejar esa información.
Lorenzo se retiró, Arthur se sirvió un vaso de su bebida alcohólica favorita. ¿Cuantas personas estaban en su propia casa traicionándolo?
Unas horas más tarde, estaba realmente enojado y decepcionado. Había descubierto a cinco personas más. Todavía debía investigar a sus deltas más cercanos. ¡Qué pesadilla!
Con un dolor severo en el cuello, abandonó su oficina para ir a ver el estado de Layne. Al llegar a la habitación, sus dos hijos estaban a cada lado de su mate.
Sus hermanos estaban protegiendo la habitación. Jason y Leo, hacían guardia en la puerta.
- ¿Cómo sigue? - preguntó a sus hijos.
- Esta mejor- comentó Daniel, se veía más tranquilo y relajado- debería despertar pronto.
- ¿Cómo lo sabes? - comentó curioso.
- Podemos escucharla en nuestros pensamientos- dijeron al unísono ambos. Mientras los hermanos de Layne sonreían- ellos también pueden- finalizó Daniel, señalando a los hermanos de Layne.
Se sentó en una silla frente a la cama. Viendo la devoción de sus hijos, para su compañera.
- Ya tenemos a la responsable del envenenamientos- esa declaración atrajo la atención de todos en la habitación- pero eso no soluciona el problema, de hecho lo vuelve mayor.
- No te entiendo, papá - Expresó Daniel, en tono preocupado.
- Existen más personas que han sido contratadas para asesinarla - todos se preocuparon ante esa declaración- estamos en un nido de víboras, donde no sabemos quien es leal a ella.
- ¿Así de grave? - Dante se levantó de la cama y camino ansioso.
- Sí, es grave. Debemos asegurar está casa y cada persona que va a entrar en ella. Tenemos que asegurarnos que todo el que este trabajando aquí, sea leal. Al mismo tiempo, debemos preparar la ceremonia a Unión. Para que Layne tome su puesto oficialmente.
- Estamos preocupados de otro atentado- expresó Daniel, acariciando el cabello de Layne.
- Es seguro que abran más atentados, el consejo no va a permitir que Layne sea Alfa. Y eso es lo que me tiene preocupado, no protegerla y que la pierdan- sus manos ocultaron el rostro. Se sentía avergonzado y molesto- nunca me lo perdonaría.
- Padre, jamás te haríamos responsable de eso. Y sabemos que estas haciendo todo lo posible para protegerla. No debes sentirte mal, está situación no la esperábamos. Sabíamos que algunos la rechazarían. Pero no que la mayoría buscaría y apoyaría su muerte.
Poco a poco, se nos van develando los enemigos de Layne. Esperemos que sobreviva a tantos ataques.
Aquí sigo con una llovizna que me da francamente flojera para trabajar.Nos leemos pronto...
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Nacida para Pertenecer (Borrador)
Hombres LoboEl mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...