Helen estaba sentada en una biblioteca. Sentía frío y en consecuencia estaba tiritando. Estaba sola, Aehorio le informó que está reunión se daría solo con su hija a petición de ella. Eso le hizo sentir pánico. Su hija era una loba, creía que ella la había abandonado. Quizás había llegado el día de su muerte.
Miró por la ventana, el día estaba soleado y caliente. Aún así su temperatura iba bajando cada vez más. Su estómago dolía y solo deseaba huir. Pero tenía que hacerle frente a su realidad. Había permitido que Harry gobernará su vida, era hora de pagar por sus pecados. Respiró aliviada, descubriendo que en su temor había dejado de respirar. Ahora que entendía su destino, se sentía libre.
Se relajó un poco, descubrió que su rostro estaba húmedo. Debido a que estaba llorando.
- ¿Porqué me temes? - preguntó una voz femenina desde un balcón que estaba oculto de su vista. Sin duda, su hija tenía rato observándola. Intentó ubicarla, pero la luz natural no llegaba al balcón, por lo que solo veía una sombra.
Se levantó de la silla, quería mirar a su hija de frente. Pero le era imposible con ella ubicada por encima de su cabeza.
- ¿Podrías bajar? - le solicito en un murmullo. Sabía que con su oído tan desarrollado la escucharía. Todo quedó en silencio, sus manos se frotaron entre sí.
Caminó hasta la ventana, necesitaba hacer algo, decir algo. Pero ella no estaba cerca.
- ¿Porqué me temes? - repitió la pregunta. Helen se dio la vuelta hacia donde provenía la voz esta vez. Allí en medio de la biblioteca estaba una hermosa chica, sus ojos eran tan azules como el cielo. Su boca era roja como si tuviese maquillaje, pero ella sabía que no lo tenía. Era alta y esbelta, con una melena que le llegaba a las caderas. Sus lágrimas volvieron a salir libres. Su hija era hermosa y ella no disfrutó de verla crecer. Layne la miraba en silencio, entonces recordó que le había hecho una pregunta.
- No te temo- respondió como pudo, sus manos picaban por tocar a su preciosa niña, pero se contuvo.
- No mientas, puedo oler tu temor- reclamó Layne ofendida.
- No es hacia ti, es hacia tú reacción al conocerme. Es temor al futuro- dijo muy acongojada- estoy exhausta, Layne. Y hay días en que solo deseo morir. Pero entonces saber que estás viva, que creciste sin mí- fue acercándose cautelosamente a Layne- me da fuerza para continuar un día más. Hoy sin embargo, al concerte se decidirá mi vida y a eso le temo. Layne, sin tu perdón y sin estar a tu lado, ya no deseo vivir- confesó deshaciendo en llanto.
Layne observó y pudo oler su dolor. También olía a desesperanza y muerte, estaba delgada y en sus ojeras podías notar su cansancio. Estaba llena de canas y parecía mucho más vieja. Aehorio le había contado su vida, Layne había llorado desconsolada, a ambas le había tocado el lado duro de la vida. Antes pensaba que su madre era una mujer cruel. Sin embargo, esta mujer delante de ella. Era tan víctima o más que ella. Layne no resistió más verla sufrir. Se lanzó a sus brazos y se entregó a su dolor. Ambas mujeres lloraron en silencio, mientras en ese abrazo se decían todo lo que se precisaban. Ambas habían sido separadas, ahora Layne no quería perder un día más sin disfrutar a su madre. Sin conocer a la mujer que tenía entre sus brazos.
- Perdoname, Layne- levantó su vista para poder mirar a su hija- yo no sabía que estabas viva. Cuando Harry- al pronunciar su nombre Layne gruñó - me dijo que mi hijo estaba muerto. Mi mundo terminó. Yo no sabía que hacer, me perdí en mi dolor. Jamás se me ocurrió pedir tu cadáver. Aunque si lo hubiese pedido, no dudo que él me hubiese traído un cadáver. Yo no sabía, pero tenía la sensación de que algo estaba mal. Entonces no pude más y me fui perdiendo en mi mente. Sé que no soy la madre que mereces, pero si me perdonas te prometo ser una mejor madre. Haré lo que necesites, pero no me alejes. Por favor.
Layne la observó mientras hablaba sin pausa, llorando desesperada. Su corazón se iba rompiendo cada vez más, al escuchar su desesperación.
- Eres una víctima, al igual que lo he sido yo. No tengo nada que perdonarte- la abrazó nuevamente, esta vez Helen sentía un calor naciendo en su corazón. Le devolvió el abrazo, se sintió muy feliz. Su hija la quería.
- ¿Sabes algo de Harry? - Layne preguntó curiosa.
- No, cuando me liberaron. El consejo de lobos estaba por matarlo. Pero no sé si lo esté. Yo creo que sí lo está.
Layne la guío a un mueble. Se sentaron de frente con sus manos entrelazadas. Helen preguntaba sobre su infancia, quería conocerlo todo. Layne a su vez, estaba curiosa sobre su vida.
Pasaron horas entre charla y charla. Con el compartir fueron bajando los temores y comenzaron las sonrisas. Helen se sentía dichosa y completa. Layne se sentía feliz de al fin entender su nacimiento y saberse amaba por su madre.
El día pasó rápido, de pronto la biblioteca fue quedando en penumbra. Un sonido detuvo al conversación, alguien estaba en la puerta. Layne sonrió, sus mates estaban ansiosos por verla y tocarla.
- Adelante- indicó solícita.
Helen entonces vio entrar dos hermosos jóvenes. Uno moreno y el otro rubio, al ver como miraron a su hija se sorprendió.
- Helen- dijo Layne- te presento a mis compañeros- Helen se sorprendió, esto no lo esperaba.
- ¿Los dos?- expresó asombrada.
- Sí- respondió Layne con una gran sonrisa- entiendo tu sorpresa, yo me sentí igual. Estaba confundida y muy preocupada al sentirme así, por dos hombre. Fue una lucha, pero al fin entendí que ellos son mi complemento. No puedo estar sin ninguno de los dos. Lo que es mejor, no quiero. Los Amo.
Dante y Daniel, se asombraron de tal declaración. Hasta el momento Layne no les había dicho sus sentimientos. Cruzaron sus miradas y sonrieron, al fin su mate los aceptaba. Ambos se acercaron a Layne y la abrazaron.
- Nosotros también te amamos, Nena- dijo Daniel mientras sentía a su mate entre sus brazos.
Helen los observó, estaba asustada. Harry había dicho que la amaba y mira como la había tratado. Y sí, ¿Ellos fuesen igual que su ex?. Los miró con detenimiento y descubrió que ellos miraban a su hija, como Jackson la miraba a ella. Layne estaría segura a su lado pensó y su miedo desapareció.
¡Hola! Hoy estoy de cumpleaños 🎈🎈🎈🎈 Yei. Cumplo 40 primaveras y no pude dejar de darles un regalo. Lo sé, se supone que es al revés. Pero hoy me siento feliz y quería compartir mi felicidad.
¿Que opinan de la reunión entre Layne y Helen?
Nos leemos pronto...
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Nacida para Pertenecer (Borrador)
Hombres LoboEl mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...