Capítulo 68

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En pocos días sería la ceremonia de Unión, de esa mujer y los betas de la manada. Tenía poco tiempo para acabar con esa perra. Llevaba días maquinando un plan personal para acabarla y estaba el plan que estaba llevando el consejo. El plan estúpido que consistía en apoyar a esa imbécil.

- ¿Señor? - dijo el hombre dudoso, parado en la entrada esperando le autorizará para pasar. Ario le dio autorización para que entrara- Ya hice lo que me ordenó, está noche sucederá la primera parte. Si no da resultado- Ario lo miro con desaprobación- tenemos planeado hacer el siguiente paso en los días que salga a conocer a su manada.

Ario se sintió más confiado, está vez tenía distinto flancos para atacar, por si alguno fallaba. Ella debía desaparecer, nunca podía asumir un puesto de alfa. Todo debía mantenerse igual.

- Excelente,  esperemos que está vez todo salga perfecto- Dijo Ario haciendo una seña con la mano para que se retirara de su oficina.

Apreciaba si soledad, siempre lo hizo. Después de todo, no era un hombre sociable. No creía en la amistad, sabía que eso no existía.

Al mundo le gustaba engañarse, todo se manejaba por intercambios. Lo que el mundo se jactaba en decir que era amistad o amor. Era nada más, un acuerdo simbólico entre dos partes. Das algo y recibes algo.

Ario estaba en contra de ese sistema. No le gustaba deber favores, ni dar el control de su vida a otros. Es por eso que era un solitario.

En la tarde, recibió a sus compañeros de consejo. Debían planificar sus siguientes pasos para el supuesto apoyo a esa perra.

Layne había tenido un día muy agitado

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Layne había tenido un día muy agitado. Desde muy temprano había estado en reuniones, conociendo a las familias más antiguas e influyentes.

Camino hacia el comedor, estaba exhausta. Pero irónicamente, se sentía muy buen. Por primera vez, su vida tenía sentido. Al entrar al comedor, se encontró con Arthur, Lion, Logan, Daniel y sus dos mates.

Se sentó entre sus compañeros, esa mesa estaba llena de muchas testosterona. Rose entro en el comedor con una gran sonrisa. Layne lo había decidido, Rose estaría a su lado. Aún no la conocía bien, pero sentía que podía confiar en ella y su familia.

Rose se sento, comenzaron a conversar. Sobre todo hablaron sobre las actividades del día. Mientras conversaban, Layne comenzó a sentirse incómoda. Estaba comenzando a conocer sus poderes.

Había descubierto que tenía un poder que le permitía conocer cuando el peligro la acechaba. Últimamente esa sensación no desaparecía, pero en ese momento la sensación era abrumadora.

Observó alrededor, las personas en la mesa eran de su absoluta confianza. La comida comenzó hacer servida por el personal.

Layne sintió como su piel se erizaba, comenzó a sudar. Algo no estaba bien. Layne comenzó a comer, intentando ignorar los sentimientos que la hacían sentir tan incómoda.

- Nena, ¿Te encuentras bien? - pregunto Daniel, preocupado- te ves pálida.

Poco a poco dejo de escuchar todo. Su mirada se nublo y perdió la conciencia. Todos se levantaron asustados, Layne se había desmayado y de su boca salía espuma blanca.

Arthur salió corriendo, exigió a el grupo delta de confianza que no dejarán salir a nadie de casa. Layne fue llevaba a su habitación, a los pocos minutos un muy ansioso Saúl entro para revisar a su paciente.

- Ha sido envenenada- indico minutos después de revisar a Layne- lo ingirió a través de la comida o la bebida.

- ¿Va morir? - preguntó Daniel asustado.

- No lo sé- por el momento intenté que devolviera lo que consumió, pero no lo hizo. Queda esperar. Su naturaleza es muy fuerte. Le administre suero y un químico para contrarrestar el veneno. Así que solo queda esperar.

Dante y Daniel se observaron angustiados y muy asustados. Podrían perder a su compañera. Harold entro en la habitación, con su nariz roja y lágrimas en los ojos. Se acercó a Layne y tomó su mano.

Layne estaba caminando por una bruma muy espesa. No sabía muy bien donde se encontraba, sentía ardor por el trasto digestivo. Observó su cuerpo, luz irradiaba de su torso, no entendía lo que pasaba.

- ¡Layne! ¿Donde estas? - la voz de Harold le obligó a ponerse en movimiento, para encontrarse con él.

- Harold, ¿Donde estoy? - le pregunto al tenerlo al frente.

- Te envenenaron- Harold le informó, tomando sus hombros- Madre me mandó a guiarte.

-¿Guiarme?.

- Madre quiere que te ayude a usar tu poder sanador. Me dijo que debía mostrarte cómo conectar con ella, debes aprender a comunicarte con Madre, cada vez que lo necesites.

Layne se sentía incómoda, tenía calor y náuseas. Al estar mareada le era un poco compilado comprender lo que estaba sucediendo. Harold le dio instrucciones para que se relajara, poco a poco dejo de sentir el ardor. Sintió paz y calma.

- Mi pequeña niña- escucho a madre hablarle- te he dado gran poder, debes aprender a confiar en tus instintos. Sabías que algo estaba mal y aún así continuaste, ¿Porqué?

- Pensé que solo era miedo o que estaba abrumada por todo lo del día- se defendió Layne.

- Layne debes aprender a usar tus poderes. Ahora aunque yo te puedo sanar, tu también puedes. Así que debes aprender. Cierra los ojos, mueve tu energía sanadora hacia tu tracto digestivo. Permite que ella haga lo demás.

Layne sintió como su bilis subía por la garganta, en pocos segundos estaba devolviendo todo lo ingerido. Madre y Harold la observaron en silencio.

- Bien ahora solo necesitas descanso - indico Madre- recuerda escucha tus instintos. Ellos están ahí para protegerte.

Sin más desapareció, Harold la miró asombrado aún.

- Debes guardar silencio - le informo Layne- Nadie debe saber que puedo sanarme.

Hola, espero que estén pasando un feliz fin de semana.

Nos leemos pronto...

Nacida para Pertenecer (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora