Helen estaba sola en una habitación muy hermosa. Allí la había llevado Jackson y la había dejado unos minutos para que se preparará para él. Al dejarla, sólo pudo admirar los hermosos brocados que decoraban los techos del lugar.
La cama era gigante y parecía una casa dentro de una cuarto. Con sus cuatro postes y un techo estilo carpa árabe. La habitación tenía dos balcones que daban al bosque. Al entrar al baño, te encontrabas con un jacuzzi gigante, que no tendría nada que envidiarle a cualquier hotel cinco estrellas. Los suelos de mármol y espejos de piso a techo, daban la idea al observador que la habitación era gigante.
Helen estaba muy asustada, después de todo el único hombre, que la había tocado en su vida, era Harry. Estaba asustada porque sabía muy en el fondo, que ella estaba rota. Ahora que lo pensaba ¿cómo podría Jackson quererla?
Ahora estaba en pánico, se supone que debía arreglarse para él. Sin embargo, sabía que nada la haría una mujer atractiva. Estaba tan absorta en sus pensamientos, que no escuchó la entrada de Jackson a la habitación.
La tomó por la espalda, colocó sus manos sobre sus hombros, queriendo transmitir calma con su tacto. Helen suspiro sintiendo como todo su temor salía del cuerpo.
- Eres tan hermosa- dijo besando su cabeza. Ella dió la vuelta para ver su rostro. Necesitaba entender qué veía en ella.
Se sorprendió al notar admiración en su mirada. Nunca nadie la había visto así. Se sintió abrumada y muy amada. Y fue como si todo encajara, el miedo se fue y una necesidad de sentir la piel de Jackson, la invadió.
Colocó sus brazos alrededor del cuello de Jackson. Algo que sorprendió a éste. La observó esperando su siguiente paso, quería dejar que fuese ella quien le abriera su corazón.
Ella se derritió en su mirada y una sonrisa de ilusión nació de forma natural en sus labios. Jackson la acompañó con una tonta sonrisa.
Helen estaba un poco nerviosa, nunca había sido una mujer atrevida. Pero por primera vez, sabía que tenía control de su vida y sus decisiones. Lo que más anhelaba era entrar como un igual a este matrimonio. No como una pobre mujer víctima de abuso.
Se puso de puntillas, pues Jackson era muy alto. Al menos unos 30 centímetros más alto que ella. Aún así su boca estaba lejos y él no se lo estaba haciendo sencillo al no colaborar. Le obligó a bajar el rostro. Tocó sus labios primero con miedo y duda. Después sintió una corriente recorrer su cuerpo y darle calor. Era como sí ese beso, le devolviera la vida a su cuerpo.
Y no es que antes no lo hubiese besado. Las oportunidades anteriores, él la había besado y ella estaba oculta en un muro que la protegía de cualquier daño. Hoy era distinto, ella había bajado ese muro y quería mostrarle todo lo que tenía para dar.
Por lo que, le besó con pasión. Jackson se entregó a su dominio. Permitió que conquistará su boca. Él quería que se sintiera segura y amaba a su lado. Quería ser para Helen lo que ella necesitará. Y si ella necesitaba tener control, él se lo cedería.
Helen se entregó a la experiencia. Sus besos fueron haciendo posible descubrir lo que cada uno sentía. Ella se sentía acalorada, pero tenía vergüenza de mostrar su cuerpo. Después de todo lo que le había pasado, su cuerpo no era el mismo. ¿Y si Jackson no le gustaba?
- Princesa, ¿Que sucede? - indagó Jackson al sentir su tensión a través de los besos.
- Yo...- Helen bajo su mirada, centrándose en la alfombra color vino de la habitación. Jackson tomo su barbilla con suma dulzura.
- No tienes que ocultarte de mi- rozó sus labios suavemente- jamás lo hagas. Yo nunca te juzgaré. Esta relación será nuestro sitio seguro, esa es mi promesa. Ella asintió aún algo insegura, pero dispuesta a confiar en él.
- No creo que te guste mi cuerpo... Y me da vergüenza- dijo con lágrimas en sus ojos.
- Nena, no tenemos porque hacer nada hoy. Aunque muero por tocarte, no te lo voy a negar- le dijo colocando sus manos sobre la cadera de Helen- pero puedo esperar a que esté lista. O ¿Prefieres que apague la luz?
Helen se quedó quieta, pensando en sus opciones. Mientras el calor de sus manos le quemaba a través del vestido. En un segundo tomó la decisión. Aspiro aire por la nariz para llenarse de valor. Cerro sus ojos y se preparó.
- Ayúdame a quitarme el vestido - solicitó a su esposo. "Esposo" que raro sentía esa expresión. Estuvo casada por casi dos décadas y nunca sintió a Harry su esposo.
Jamás había caído en cuenta, Harry siempre se comportó como su dueño. No como un amante, atento y cariñoso.
El frío en su espalda, la trajo a la realidad. Jackson estaba bajando el vestido. Sus manos habían tomado los hombros del vestido y en vez de permitir que la gravedad surtiera efecto. Él hacia el recorrido con el vestido, trayendo calor en las zonas donde sus pieles se rozaban.
De los labios de Helen salió un suspiro. Jackson se sintió victorioso, pues hasta hace un instante, Helen se veía como una doncella que iba ser sacrificada. El vestido cayó al suelo, Jackson observo la silueta de su amada esposa. Su espalda estaba llena de pequeñas pecas, decidió que las recorrería a todas. Se acercó, comenzó a besar los hombros de Helen. La quería caliente y necesitada. Jackson deseaba que esta noche, no hubiese miedo ni culpa en su rostro. Quería verla entregada de lleno al placer que, él sabía, le podía prodigar.
Hola!!! Sí, lo sé. Soy una persona cruel 😂😂😂😂
Corte en el mejor momento. Y lo que es peor, aún no decido sí continúo la escena o paso a otra parte de la historia.
¿Qué opinan ustedes?
Nos leemos pronto....
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Nacida para Pertenecer (Borrador)
Hombres LoboEl mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...