El mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...
Dante y Daniel, estaban nerviosos, con las amenazas que Layne había recibido. Pensaban que quizás Layne por salvar a su hermano no se presentaría a la ceremonia. Si llegase a pasar, entendían su situación, pero eso no quitaba que se sintieran inseguros y con tristeza, la amaban.
Layne estaba francamente en una pésima posición, pero tenían la esperanza que los eligiera.
Se habían levantado temprano, con la esperanza de verla antes de salir. Pero fue imposible y eso los hizo sentir muy ansiosos. No habían abierto la boca desde que inicio el día. No querían decir en voz alta sus temores, pues temían se hicieran realidad.
En el centro de ceremonias, todo era un alboroto. Las personas iban de un lado a otro, terminado los detalles de la ceremonia.
Daniel estaba muy nervioso, no le gustaba estar lejos de Layne. Temía por su seguridad. Por su parte, Dante observaba a los ancianos del consejo de lobos. Su piel le ardía, al saber que ellos eran los responsables del sufrimiento de tu mate.
Ario estaba expectante, esperando si esa mujer se atrevería a llevarle la contraria. Sí se atrevía aparecer, él daría las instrucciones para mandarle de regalo la amada cabeza de su pequeño hermano.
Esa mujer iba sufrir por atreverse a querer ser líder. Aprendería cual era su lugar. Él se encargaría de eso.
- Buenas tardes- interrumpió el celebrante- vayan sentándose, en pocos minutos daremos inicio a la ceremonia.
Se hizo un silencio sepulcral , cada uno de los integrantes del consejo se observaron. La ceremonia se iba a dar. Ario pensó, ella tomó su decisión. Quien diría que no le importaría perder su hermano.
Tomó su celular y envío mensaje dando la orden. Ya se encargaría él mismo de finalizar esta estupidez.
Los invitados esperaban expectantes, el inicio de la ceremonia. Entre la unión y la toma de posesión en su cargo como alfa, estaban muy inquietos.
Muchos de los presentes, no entendían la situación. Una mujer alfa, hasta donde ellos tenían memoria, no había existido.
Tenían temor que no fuese adecuada para el cargo, que hasta ese día Arthur había llevado muy bien.
Muchos recordaban, como durante estos años, bajo su mando. La manada había crecido e incluso habían ampliado su territorio. El Alfa Garrone, era respetado por sus congéneres. Jamás nadie había intentado obtener su puesto. Él era un hombre correcto y bondadoso.
Conocía a cada uno de los integrantes de la manada. Y lo más curioso es que se preocupaba por su bienestar. La mayoría dudaba que una mujer, fuese a ser respetada de la misma manera.
Por su parte, Layne sentía mucha calma y paz. En estos días, había aprendido a confiar en sus instintos y apoyarse de aquellos que le eran fiel.
Ya había llegado al lugar de la ceremonia. Esperaba el momento indicado para entrar. El alfa Garrone la acompañaría. Inspiró y suspiro varias veces. Muchas personas habían salido lastimadas, para que se cumpliera su destino.
Ella debía cumplir con el. Sin importar el costo. Su teléfono sonó, indicando la entrada de un mensaje. El corazón se le aceleró y un sudor frío, recorrió su espalda.
Intentó secar el sudor de sus manos, pero mientras más lo intentaba, mas sudaba.
Desbloqueo su teléfono, para leer el mensaje. Leyó varias veces, para verificar que sus ojos no la engañaban.
La inquietud que la tenía tan abrumada, hasta ese momento. Comenzó a menguar. Todo estaba saliendo como había planeado. Ahora sólo quedaba, el paso final.
- Layne- sé asomó por la puerta Arthur- ya estamos listos para comenzar.
Ella inspiró nuevamente, sabía que se enfrentaría a miradas reprobatorias. Y a desprecio por parte de los invitados.
Pero, ¿no ha sido así toda su vida? ¿acaso las personas no la han tratado como basura, siempre? ¿qué podría ser peor?
Aliso las arrugas imaginarias de su vestido. Inspiró y exhalo, intentando oxigenada su cerebro. Ya que esté, sólo quería huir. Y esconderse debajo de una cama.
Y ella bien sabía qué, esa no era la solución. Cuando ya se sintió, someramente calmada, alcanzó a Arthur. Éste le ofreció su brazo, para como todo un caballero, llevarla al salón, donde se sellaría su destino.
Mientras caminaba junto a Arthur, pensaba en todo por lo que había pasado. Su desdicha y soledad. El ser abandonada, su violación y todo lo que de una forma u otra la había llevado a este día.
No había vuelta atrás, por más que quisiera huir. Ella nació para ocupar está lugar y traer igualdad a su manada.
Al entrar al gran salón lo encontró atestado. El ambiente estaba caliente, podía sentir la aceptación y admiración de algunos. Así como también podía sentir la envidia y el odio.
Desde que estuvo en calma con su decisión, su cuerpo estaba mostrando poderes que no sabía que poseía. Una extraña energía le recorría el cuerpo. Al pasar por dónde se encontraba sentado el consejo de lobos, sintió ira. Y debió concentrarse en mirar a sus compañeros, pues ya había visto lo que su enojo podía provocar.
Al llegar al inicio del salón, estaba quien celebraría la ceremonia de unión. Para luego realizar la ceremonia de trancision del liderazgo.
Layne sentís amor, no solo por sus compañeros y familiares. Sino también por la que apartir de hoy sería, su responsabilidad, la manada.
El celebrate, espero a que Arthur entregará a Layne a sus compañeros. Estos se colocaron a cada lado de ella, como protegiéndola. Layne sintió en ese momento regocijo, pues sabía que esos hombres entregarían su vida por protegerla.
Pudo sentir el amor que le prodigaban, pero también sintió miedo y dolor. Eso la hizo sentir dolida, pues supo con certeza que sus mates, creyeron que los abandonaría. Pero no los podía juzgar, la decisión no había sido fácil.
El oficiante comenzó la ceremonia y Layne se perdió en las emociones que sentía...
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¡Feliz domingo! Espero que disfruten este capítulo.
Quiero decirles, que tal como hice el año pasado. Este año también estoy en el reto mundial de escritura. Por lo que por 12 días estaré creando cuentos cortos para ellos.
Durante ese tiempo, les compartiré los cuentos que realicé el año pasado en otro libro.
