Capítulo 65

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Daniel y Dante, supieron que algo estaba mal en mitad de la fiesta. Layne se había cerrado y ya no era receptiva a la cercanía de sus compañeros. Dante fue el primero es darse cuenta. Al querer preguntarle por su enlace especial, la razón de su alejamiento. Descubrió que tampoco podía comunicarse con ella.

- ¿Daniel?- llamó por su enlace a su hermano.

- ¿Sucede algo? - respondió ansioso Daniel.

- Algo sucede con Layne, no me contesta por nuestro enlace y hace rato la fui a tocar. Y se alejó.

Daniel fue a verificar a su mate, teniendo el mismo resultado de su hermano. Durante el resto de la fiesta, Layne les ignoro amablemente. Daniel y Dante, comenzaron a preocuparse, sin entender la razón de su actitud.

Esperaron pacientemente a terminar la fiesta, para hablar con ella. Pero al final de la fiesta, Layne les pido una noche de descanso y los dejo con muchas interrogantes.

La miraron con ansias y desesperación, sentían que estaban perdiendo a su mate. Con ese mal sabor de boca, decidieron cuidarla al pie de su puerta, es el máximo espacio que le pensaban dar.

- No entiendo, ¿Qué acaba se pasar? - preguntó Dante agonizando.

- No lo sé, pero no es bueno. Ella está lejos, es como si hubiese un muro entre nosotros y ella- susurro Daniel, escondió su rostro entre sus manos, se sentía impotente.

Esperaron pacientemente toda la noche. En la madrugada, escucharon movimiento dentro del cuarto y se preocuparon. Poco después Layne salía, la observó esperando que les dijera lo que pasaba. Por el contrario, Layne los miro y luego siguió su camino.

Daniel y Dante se vieron sin comprender. Después de unos instantes, decidieron seguirla. Recorrieron con ella el bosque, Layne continuaba sin hablarles. Ambos se sentían vacíos y muy desolados. Necesitaban a su mate, ella era la luz de sus vida.

De regreso, quedaron en la puerta de su habitación. Ella entró y ellos se volvieron a sentar.

- Pueden entrar- fue lo único que Layne les dijo por su enlace.

Ambos se levantaron muy asustados, no sabían lo que adentro les esperaba.

- ¿Qué relación tienen con Leyla y Lory Black? - preguntó sorprendiendo a los hermanos.

Dante y Daniel se observaron sorprendidos por tal pregunta. Ahora podían entender un poco el comportamiento de Layne las últimas horas.

- Estuvimos teniendo relaciones- declaró Dante, intentando acabar con la incómoda situación lo antes posible.

- ¿Cuanto tiempo? Y lo más importante ¿Qué significa eso? -contratacó Layne, perdiendo la paciencia.

La habitación de pronto se fue haciendo pequeña para ambos hermanos. Layne se sentía herida y traicionada. Recordaba lo que la Madre le había dicho, pero necesitaba que ellos se lo dijeran.

- Nena, ¿Qué sucede? ¿Esa es la razón de tu alejamiento?- Dante se acercó e intento tomar sus manos.

Layne lo esquivo, caminó a través de la habitación. No entendía, porque sencillamente no eran claros con ella.

- Ellas no significaron nada para nosotros- Dijo molesto Daniel- fueron solo sexo, en luna llena. Ahora, ¿Qué está sucediendo?

La miró intensamente, necesitaba su contacto. Tocarla y por sobre todo poseerla. Se sentía como un alcohólico en desintoxicación. Sentía la urgencia de reparar lo que sea que se hubiese dañado y tenerla a plenitud.

- Ellas me dijeron que ustedes estaban enamorados, que estaban planeando la unión- soltó casi sin aire Layne - Dijeron que estaban conmigo por química y que no me amaban.

Una vez que expresó esas palabras en voz alta, se sintió agotada de llevar esa carga.

- Nena, eso no es cierto. Los Black siempre han querido ser parte del círculo de confianza de mi padre. Y al ver nuestras relaciones con sus hijas, supusieron que lo lograrían. Mi padre vio su intención, en ese momento nos mandó a buscar nuestra pareja y el futuro líder de la manada.

Layne se sentó en la cama, su loba necesitaba marcarlos. Necesitaba demostrar al mundo que ellos eran suyos.

- Nuestra relación con ellas, si era simple química y atracción. Nada parecido con lo que sentimos por ti- Ambos se sentaron en a cada lado de Layne. Cada uno tomo una de sus manos.

- Pequeña- Dijo Dante, tocó su rostro suavemente- nosotros te amamos. Eres nuestro mundo, ¿Tienes una idea de lo que hemos sufrido estas horas apartados de ti? ¿Cómo pudiste dudar de nuestro amor?

Layne se sintió mal al dudar de sus mates. Ahora se sentía un poco estúpida al caer en las redes de esas mujeres.

- Entendemos que te hayas sentido mal, pero pequeña debes hablar con nosotros. No alejarte o cerrarte- dijo Daniel, con tono aprensivo.

- Yo me sentí fuera de mi- se defendió Layne- no sabía que hacer, ustedes son mi primer amor. Existe muchas cosas que son nuevas para mí, iré aprendiendo.

- Está bien, nena- Dante besó su mejilla- es normal que no sepas cómo actuar ante ciertas situaciones. Pero tenemos una relación, si algo sucede el deber ser, es que lo hablemos por muy doloroso o molesto que sea. No nos guardamos las cosas. Así no funcionan las relaciones.

Layne asintió, su loba estaba muy ansiosa. Esto había ido muy lejos. Rodeo el cuello de Dante, invadiendo su boca. Devoró sus labios con ansiedad y necesidad.

Daniel, comenzó a quitarle la camisa. Besando y prodigando pequeños mordisco en su cuello. Layne gemía en la boca de Dante. Mientras esté tomaba sus pechos y torturaba sus pezones.

Layne finalizó el beso y miro a Daniel. Descubrió en ese momento, cuanto la amaba. La miraba como si fuese una diosa bajada de cielo, quién diría que no estaba muy lejano a la realidad.

 La miraba como si fuese una diosa bajada de cielo, quién diría que no estaba muy lejano a la realidad

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Buenassss... ¿Qué tal ha ido su semana? La mía fue terrible, estuve en cama enferma, pero ya estoy bien.

Aquí les dejo otro capítulo, espero que los disfruten.

Nos leemos pronto...

Nacida para Pertenecer (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora