Capítulo 24

194 26 12
                                    

Aheorio se sentó en su escritorio. Reunirse con Layne en sueños, era agotador. La profecía se estaba cumpliendo, el cambio estaba en puertas. Él sabía que no sería fácil guiarla. Tenía gran temple, aunque ella aún lo desconocía.

El lord de los duendes, tenía gran experiencia en la guía de líderes paranormales. Nunca había tenido que guiar un lobo, ellos eran demasiados egocéntricos y controladores, descartaban los consejos como los papeles usados.

Él sabía lo desastroso que podía llegar ha ser un líder mal dirigido o sin valores. El mundo paranormal estaba cayendo en picada. Los líderes se habían convertido en egomaniaticos y dictadores, quienes solo les interesaban mantenerse en el poder y controlar a todos bajo su cargo, sin importar los daños.

Sus pueblos se estaban asfixiando bajo sus desastrosas direcciones, estaban cerca de explotar y mostrar al mundo su presencia. Él como líder sabía que eso no iba ha salir bien.

Por eso había esperado por años la llegada del elegido, jamás se le ocurrió que éste sería mujer y de la raza de los lobos. Tenían un gran camino por seguir. Sólo esperaba que tuviese tiempo de preparar a Layne, antes de los problemas.

Aheorio, era un duende. Nacido hace más de mil años. Los duendes tenían vidas muy largas generalmente. Sus vidas eran regidas por altos estándares de honor, pues tenían a su cargo la responsabilidad de la magia. Él venía de una de las familias más poderosas, su magia era conocida en el mundo entero. Es por ello, que el consejo le había elegido como guía y protector de la elegida.

Sin embargo, se sentía temeroso. Nunca había tenido tal responsabilidad. Ella podría salvar a los paranormales o destruirlos. Y eso sería en parte su responsabilidad.

Abrió su mano, sentía como la magia corría por sus venas. Creó un pequeño campo magnético en su mano, una bola del tamaño de una pelota de tennis color azul eléctrico. Se elevó de su palma, sólo unas pulgada en el aire.

Para un duende este era el entrenamiento básico en manejo de sus poderes. Aheorio, le gustaba crear estas pequeñas bolas, cuando estaba estresado o no lograba concentrarse. Eran un muy buen elemento distractor.

Jugó con ella por unos minutos, pensando en la decisión que la pequeña Alfa debía tomar. Era una situación complicada, sus parejas, sus poderes y su transformación. Pronto era luna llena, debía alejarla de los humanos. Ella era un riesgo para ellos por el momento.

Pensó en todos los problemas que debía resolver antes de volverla a ver, para escuchar su decisión. De pronto sintió un cambio en el aire, miro su reloj y descubrió que sus visitantes estaba aquí. Al instante se materializaron en su pequeño despacho siete seres, el último por ser humano debía estar por llegar. La puerta de su despacho se abrió, dando la bienvenida al humano.

Nueve seres, ocupaban el despacho. El humano era el más débil de todos. Hasta hace un decalustro, no había presencia humana en el consejo. Al no tener ningún poder no era necesario. Pero en una reunión se debió tomar medidas contra los humanos, al desconocer su modo de pensar y naturaleza se dieron cuenta de la necesidad de tener un humano dentro de ellos.

Escogerlo fue complicado, la naturaleza humana es egoísta, la codicia los maneja. Los seres mágicos transcendentales del consejo, debieron pedir guía a la naturaleza. Ésta, les hizo saber el elegido. Raymond Weil, un niño de diez años. Tenía excelentes dotes tanto en ciencia como en lenguas muertas. La condición era entrenarlo en el mundo paranormal, pero sin dejar de pertenecer a su mundo. Pues debía mantener su naturaleza humana.

Raymond Weil, fue tomado por el consejo a los once años. Su madre estaba muy emocionada por tener su educación completamente paga. Raymond pasaba tres meses en el mundo paranormal y tres en el mundo humano. Era probado constantemente por sus profesores. Siempre sacó las mejores notas y contaba con la estima del mundo paranormal, a sus 60 años ya no era tan fácil moverse, su cuerpo ya estaba achacoso.

La naturaleza ya había elegido a su sucesor. Quien ya estaba siendo entrenado por el consejo.

Dalton Person, era una mago poderoso. Unos de los más antiguos de su raza, era uno de los pocos que podía comunicarse con la naturaleza. Era callado, un poco tímido. Cuando hablaba su voz suave y susurrante, era un relajante natural para quien lo escuchará.

Era un hombre sabio, controlado y con mucho discernimiento. Lograba reconocer la naturaleza de un ser con solo verlo. Era una de las actitudes por las que pertenecía al consejo paranormal.

Después estaba un hombre pequeño y barbudo. Vernon Callahan, era de la raza de los enanos. Tenía mal genio y poca paciencia. Casi todo el tiempo terminaba sus declaraciones con gritos. Lo que lo hacía especial, era su experiencia en la guerra. Él estuvo en la última gran batalla, lo que aprendió de ella, es que no quería repetirla.

Estaba también Aiden Lokart, de la raza vampira. Un inmortal, pertenecía al consejo desde siempre. Uno de los antiguos. Era muy seguro de sí mismo. Se aburría con facilidad, ya lo había visto todo. Tenía la atención de un pájaro, solo se concentraba cuando la situación lo ameritaba.

Teníamos también a Larson Werck, era lobo. Un Omega pacifistas, tenía la habilidad de conectar con la naturaleza. Agradable conversador y un perfecto caballero.

Teníamos también a un espectro, no tenía nombre. Hablaba cuando era necesario, tenía el poder de la vida y la muerte. Era muy paciente y sabio. Junto con el vampiro, estaba desde el principio en el consejo.

Había un hombre robusto, su barba llegaba hasta su gran panza. Su raza era la de los elfos, estos eran de naturaleza bondadosa y leales. No eran inmortales, pero como los Duendes tenían largas vidas. Su nombre era Liam Priet.

El último integrante del consejo era el más poderoso de todos. Poseía muchos nombres, al ser inmortal y una leyenda, cada tiempo se le nombraba de manera distinta. Era conocido como Elementor, pues tenía la habilidad de manejar los elementos de la naturaleza. Era uno de los dioses que controlaban la naturaleza. Su carácter era el de un padre bondadoso y cariñoso, los días buenos. Y lleno de ira y resentimiento los días oscuros.

Estos eran los integrantes del consejo paranormal, quienes tenían la responsabilidad de mantener el mundo en control. Se acercaba un cambio, ellos debían estar atentos o pronto podrían tener una guerra.

Pues ¿qué opinan del consejo paranormal?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pues ¿qué opinan del consejo paranormal?

La pobre Layne no sabe lo que le espera.

Nos leemos pronto...

Nacida para Pertenecer (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora