Layne se sentía cómoda y tranquila, la cena se había desarrollado natural. Sus nervios habían desaparecido y había disfrutado de la compañía de Daniel.
Al final de la cena, Daniel le propuso salir a correr. Ella dudó en un principio, pues debía desnudarse. Después pensó que para los lobos era natural las desnudez y ella debía acostumbrarse.
Salieron a correr, él salió primero y se adelantó. De esa forma ella tendría privacidad al momento de desnudarse. Ese acto, le produjo ternura a Layne. Daniel era muy cabelleroso con ella, siempre atento a sus necesidades.
Ese tipo de actos, le hacían afianzar su confianza en que él cuidaria bien de ella. Se desnudó con rapidez, y sin pensarlo se lanzó a correr. En un instante estaba en su piel de loba.
Comenzó a correr, escuchó con atención la naturaleza. Ella le hablaba, podía escuchar las hojas de los árboles bailar con el viento. Los buhos ululando, pudo oler a lo lejos un ciervo. Su naturaleza reaccionó y corrió en su caza.
Daniel le seguía el paso, llegaron a un claro donde la cierva estaba. Al escucharlos llegar, corrió con rapidez. Su loba lo vio como un reto y corrió en su búsqueda. Se sentía extraña, pues acababa de cenar, pero sentía hambre y necesidad.
Layne acorraló a la cierva, con rapidez la mató. Se sintió extraña pero muy satisfecha, ofreció de su presa a Daniel. Al finalizar decidieron regresar a casa.
Al llegar al patio ambos se transformaron, Layne se sentía muy excitada. Al ver a Daniel se lanzó a sus brazos y comenzó a besarlo.
Daniel en un principio se quedó estático. No esperaba que ella fuese la que iniciara el contacto. Poco a poco sus manos se posaron en las caderas de Layne. El tocar su piel, le recordó que estaban desnudos.
El beso se profundizó, Daniel escucho los leves gemidos que Layne producía. Eso le dio la certeza que ella estaba tan excitada como él. Tomó sus piernas para que le rodearan. Y comenzó a caminar hacia la cabaña.
Al llegar adentro, recostó a Layne como si fuese una joya valiosa en la cama.
- ¿Estás segura de esto?- indagó ansioso.
Ella no logró expresar palabras, sólo asintió. Daniel se acercó y besó suavemente sus labios. Ese beso tan romántico le hizo sentir a Layne mariposas en el estómago.
Daniel la acostó en la cama, mientras repartía besos por su piel caliente. Se detuvo entre sus pechos, le miró atentamente esperando ver una reacción adversa a sus besos, sólo vio placer y entrega.
Tomo un pezón, describió círculos alrededor de la areola. Layne gimió, mientras sus manos se aferraban a la sábanas. Daniel succiono el pezón, Layne gimió sin control. Daniel tomó con su mano el otro pezón, masajeo suavemente, para luego pellizcar la punta. Layne levanto su pelvis buscando algo de fricción.
Daniel la sostuvo, la quería muy excitada antes de continuar. Ella era una mujer Alfa, pero en la cama Él sería su dueño.
Cambió de pezón, mientras su mano hacia un suave recorrido hacia el sur. Layne levanto nuevamente su pelvis. Él se burló de ella, deteniendo su mano. Layne se quejó, necesitaba sentir su toque.
- Mi pequeña loba, ¿Estas ansiosa?- expresó jalando con sus dientes un pezón, Layne gritó desesperada- tranquila, lo tendrás pero a su tiempo.
Daniel, le abrió sus muslos, su mano se internó en ellos. Layne suplicó por más. Daniel recorrió sus senos con la lengua, subiendo lentamente a su boca. Se alimentó de su boca, mientras su mano jugaba con su botón de placer. Layne levantó por tercera vez su pelvis. Ese movimiento provocó que Daniel tomará su botón y lo retorciera. Layne se perdió entre el dolor y el placer, explotando en un orgasmo demencial.
Daniel la vio retorcerse de placer, se sintió satisfecho. Sin embargo, deseaba que está noche fuese inolvidable para ella. Cuando aún Layne estaba en los estertores del orgasmo, le dió un dulce beso y le miró con picardía.
Bajo por su cuerpo, se poso entre sus muslos. Los sujetó, para comenzar a lamer sus labios vaginales. Layne intentó alejarlo de la zona, aún estaba muy sensible. Pero él no lo permitió, su lengua se dedicó a explorar toda la zona. Layne jamás había sentido algo igual.
Su cuerpo estaba ardiendo, podía sentir su sangre recorrerlo. La piel le picaba y su torso sentía un fuerte calambre que le recorría, era doloroso y placentero al mismo tiempo.
En algún momento intentó cerrar las piernas, pero con Daniel entre ellas era difícil. De pronto explotó, sus oídos se cerraron, sólo escuchaba un pitido. Su cuerpo se levantó creando un puente. Gritó su nombre, se sentía laxa y muy satisfecha.
Daniel se colocó entre sus muslos, Layne abrió sus ojos. Había llegado el momento, vio su eje colocado en la entrada de su cuerpo. Le miró a los ojos, estaba quieto a la espera. Ella entendió lo que esperaba, sin palabras volvió asentir, estaba preparada para continuar.
Lo sintió cuando comenzó a penetrarla, su mente regreso a ese día. Perdió toda su excitación, comenzó a transpirar, estaba cerca de un ataque de pánico. Unos dulces labios la regresaron a la realidad. Daniel la miraba asustado, Layne inspiró profundamente. Le besó con pasión, no iba permitir que ese gusano le dañara su presente.
Daniel continuó penetrando lentamente, Layne se sentía a punto de partirse en dos. Era doloroso y placentero, cuando estuvo totalmente adentro de ella. Ambos gimieron, Layne envolvió sus piernas alrededor de su torso. Daniel comenzó a entrar y salir de ella. En principio suavemente, poco a poco se fue acelerando. Layne volvía a sentir el calor en su bajo vientre, sus orgasmos nuevamente se estaban construyendo.
Al llegar, Daniel le mordió en su hombro. Eso la hizo tener otro orgasmo. Daniel gruño posesivo, ella le pertenecía. Sin embargo, ella era su alfa. Limpio su mordedura y le ofreció su cuello. Ella dejó salir sus colmillos y le mordió.
El orgullo de marcarle como su propiedad le sobrecogio. Limpio su herida, disfrutando del sabor a cobre de la sangre.
- ¡MÍO!- gruñó. El emparejamiento se había iniciado.
Hola!!! Aquí está lo que habían esperado, la primera vez. ¿Qué les ha parecido?
Nos leemos pronto...
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Nacida para Pertenecer (Borrador)
WerewolfEl mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...