Capítulo 74

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Caminó de un lado a otro, necesitaba serenarse y lograr comprender si de verdad tendría que elegir, entre su familia y su manada.

La oficina se sentía pequeña, le faltaba el aire. Tenía en la mente las palabras de la Madre "tendrás que elegir entre tu familia o tu manada". Para Layne eso sólo significaba que alguien resultaría herido.

Sólo pensar en que su hermoso hermano falleciera. La hacia sentir un monstruo, pero sabía que si lo elegía a él sobre la manada. Morirían más personas, las mujeres seguirían siendo víctima.

Estaba frustrada, las palabras que Arthur le había dicho hace solo unos instantes la atormentaba. " Es sólo por un bien mayor"

El sobre con la amenaza llegó al final de la tarde, en él estaba un pequeño cd. Donde se veía a Melannie y Jayden, encerrados en una habitación. Y al final el mensaje: Alfa o hermana, tu decides.

Dante y Daniel, habían intentado darle aliento, sin éxito. Ella no sabía, como ser esa líder, que todos esperaban, ni sabía como ser buena hermana. Su pequeño príncipe, cuidador de sus necesidades. Siempre pendiente de ella.

Debía faltar a su ceremonia. Sería la única forma de mantener viva a su familia. Tenía hasta mañana para decidir.

- Alfa, el consejo de lobos quiere verlo- Arthur, quien seguía siendo el alfa, hasta la ceremonia. Observó en silencio, debía ver al Consejo pero sin Layne cerca.

Unos minutos más tardes los ancianos entraban en la oficina. Mientras Layne y sus mates salía. Layne al rozar a Ario, tuvo una visión escalofriante.

" El sitio era oscuro, con olor rancio. Podía escuchar a lo lejos el llanto de una mujer y un niño llorando gritando por su mamá"

Volvió en si, cuando el brazo de Daniel la tomó con fuerza para sacarla de la oficina. Y ahora sí sabía con certeza, que Ario tenía a su familia.

Se sintió ahogada y sin mediar palabras, salió corriendo fuera de la casa y al bosque. En unos segundos estuvo en su piel de loba, corrió como si no hubiese un mañana.

Cuando regresó a casa, ya era de noche. Sabía lo que le correspondía hacer y estaba en paz con ello. Lo había pensando con detenimiento y no tenía opciones.

Se encerró en la oficina, donde planificó su defensa. Esperando que no terminará en una fatalidad.

Decidió irse a descansar, apartada de sus mates. No tenía deseos de dar explicaciones ni de ver sus caras de lástima.

El cansancio la venció pronto y se quedó dormida.

" Estaba de pie en un lugar que desconocía, era una oficina de madera. Al fondo un hombre estaba sentado y atado. Su cara estaba desfigurada por los golpes.

No había nadie más en la habitación. El hombre que tenía hasta ese momento la cabeza caída, como si estuviese inconsciente. Levantó su rostro, la observó en silencio con el único ojo que aún lo podía hacer.

- Jamás creí que llegará el día en que te volvería a ver, hija- Layne sintió náuseas. Ese era el hombre que la engendró- Perdóname hija, no tuve opción.

Layne seguía sin poder hablar, su corazón latía desbocado. Y su garganta se le había cerrado.

- Te amé, desde el momento que me vi reflejado en tus ojos- Layne se llenó de ira, ante esa declaración. Pero aún seguía entumecida, sin poder hablar- sé que hice mal, alejarte de mi fue una estupidez. Debí quedarme contigo y defenderte hasta la muerte. Pero fuí un tonto. Dejé que mi ego controlará mis acciones. Por favor, pequeña. No permitas que tu ego, controle tus acciones.

Layne se sentía herida. Tenia sentimientos contradictorios. Quería golpearlo, para que sintiera todo el dolor por el que ella había pasado. Y al mismo tiempo deseaba abrazarlo.

- No lo permitas, hija. Debes mantener tus sentimientos en control. Si te dejas llevar por tu ego o por algún otro sentimiento, podrías destruir la vida de otros. No sigas mi ejemplo- le dijo muy angustiado.

- ¿Porqué me dices esto? - balbuceó.

- Me preocupa que sigas mis pasos. Sé que no te lo demostré nunca hija, pero te amo.

Layne le costaba respirar, como si un camión la hubiese arrollado. Todos los sentimientos que había reprimido por su padre, querían salir a flote. Necesitaba dejar de lado su dolor, habían muchas personas dependiendo de ella.

- Nunca estuve en vida a tu lado, pero ahora estaré siempre. Cuidándote mi pequeña.

Despertó angustiada y sola, ya se acercaba el momento para la ceremonia. Levantó el teléfono y llamó a la única persona que sabía le ayudaría a sacar adelante su plan.

Más tarde, ese día estaba ya lista para enfrentar su día.

- ¿Alfa? - llamó Jason- estamos listos para salir.

- Bien, salgo en un momento.

Respiró poco a poco, pidiendo a la madre que la ayudará a cumplir su plan y que al final del día todos estuvieran bien.

Entró al auto, era la primera vez que salía sin sus mates. Hoy ellos las esperaban en el lugar de la ceremonia. Ella observó el camino, recordando que era un evento feliz. Por fin hoy, se uniría  a sus compañeros, la sola idea hacia que su corazón se acelerará sin control.

El bosque le fue calmando, dándole la certeza que las cosas saldrían como debía salir. Eso le dió calma, entonces los nervios de la unión la atacaron. Sabía que este era su destino y que ellos dos serían el mejor regalo que la madre le había dado.

Hola, perdón por mi retraso

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Hola, perdón por mi retraso. Entre el trabajo y mis enfermedades he estado super desconectada de las redes.

Pero aquí estoy de nuevo, espero poder seguir publicando más seguido.

Nos leemos pronto...

Nacida para Pertenecer (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora