El mundo gira, todo sigue aún cuando yo muero lentamente. Siempre estuve sola. Me abandonaron al nacer, crecí en las calles acostumbrada a ser violenta para sobrevivir. Lo he hecho bien durante estos 15 años, nadie me ha tocado a parte de alguna gol...
Layne no se sentía bien, todo su cuerpo le ardía y sentía mucho calor. Cuando les comentó a Ángel y Melannie, tomaron su temperatura, la notaron normal. Sin embargo, Layne sudaba profusamente y sentía humedad en lugares extraños.
Desde que Aheorio había aparecido en sus sueños, todo había ido cuesta arriba. Daniel y Dante habían tenido que salir de viaje por una semana, y Harold les había acompañado. Ella se sentía cada día más adolorida y caliente.
Aheorio hablaba en sueños con ella, casi todas las noches. Ella pronto debía viajar, él la necesitaba entrenar en físico. Además le había explicado lo cercano que estaba su cambio, al ser la primera vez, sería muy peligroso estar cerca de humanos.
Aún no lo había conversado en casa, no sabía como hablarlo. La situación estaba volviendo locos a sus familiares. Y el decirles que debía desaparecer, parecía demasiado. Además no sabía como lo tomaría Jayden.
Extrañaba a los hermanos, las emociones por ellos la abrumaban. Aún se sentía mal por querer estar con ambos. Ellos la llamaban a cada rato, bromeaban con ella y la escuchaban. Y aunque deseaba estar con ellos, sabía que algo no estaba bien. Quizás este viaje le mostraría que le hacia falta.
Desde la ventana de su cuarto podía ver la ciudad, pero sobre todo, está noche, tenía perfecta vista de la luna. Estaba llena, en lo más alto de horizonte. Su piel hormigueba, sabía que era la necesidad de cambio. Debía irse cuanto antes. Se acostó, las molestias no la dejaban dormir, pero se concentró en ello. Debía ver a su nuevo guía, Aheorio.
- Pequeña alfa, luces mal- dijo Aheorio, en tono de broma. Algo que le extrañó, no sabía que podía bromear.
- Me siento muy mal- dijo ella frustrada- necesito algo, sin embargo no sé qué es.
- Supuse que hoy sería un día difícil. La luna llena, permite a los lobos ser ellos y conectar con la madre naturaleza. Al ser alfa, tu necesidad es mayor- dijo caminando a su alrededor. Algo que a ella le molestaba que hiciera, pues se sentía como una animal enjaulado, siendo observado- necesito comentarte algo para que tomes una decisión.
Se alejó de ella, caminando hacia el bosque. Era algo que le gustaba hacer, en los últimos sueños habían recorrido parte del bosque. Ella le había disgustado en un principio, luego notó que las caminatas le daban paz y calma. Así que dejó de darle importancia. Caminó detrás de él, escuchando atentamente.
- La naturaleza tenía milenios sin generar una hembra alfa, antes era algo muy natural- se detuvo frente a un árbol de gran tamaño, tocó su rugoso tronco, como venerándolo. Dejó su mano quieta, ambos guardaron silencio por un instante- los machos no pudieron aceptar que las hembras fuesen mejor que ellos en todo. Comenzaron asesinar a las alfas. Me preocupa que tú corras la misma suerte. Eres una mujer fuerte, lo sé- se acercó a ella, tocó su mejilla con la misma mano que había tocado el tronco, una corriente salió de su mano y recorrió todo el cuerpo de ella- pero tú no. Ese es tú talón de Aquiles. Y no podemos arriesgarnos.
-¿Qué puedo hacer? - pregunto ansiosa, con los días había aprendido a valorar, lo importante que era su función en el mundo paranormal. Ahora solo deseaba cumplir el plan para el que había sido creada.
- Ya te he enseñado lo diferentes niveles que existe en el mundo de los lobos. Estos existen para mantener un orden. Tú eres lo más alto en rango, solo un alfa podría intentar pasar por sobre ti. Y en el proceso podría morir- caminó nuevamente, esta vez con sus brazos cruzados en la espalda. Layne había notado que lo hacía cuando estaba sumido en sus pensamientos- tus compañeros los que ha elegido la naturaleza, son beta.
Ella le miró, ¿Los dos? ¿Como podía ser posible? Pensaba que era una aberración de la naturaleza.
- En otro momento hablaremos de esas dudas- se sonrojó, totalmente avergonzada de que pudiese leer sus pensamientos. Casi todo el tiempo lo olvidaba- ellos son beta, pero te miran como si fueses una niña indefensa. Eso está bien, en la intimidad. Pero en público son tus betas, están por debajo de ti. Deben respetar tus opiniones y decisiones, estén de acuerdo o no. Y temo que en este momento y si no se toman las decisiones pertinentes, eso no vaya a funcionar.
Caminó nuevamente hacia el lago, donde se sentó en una piedra. Esperó por ella, Layne se sentó a su lado a la espera de decirle lo que debía hacer.
- Una vez dicho eso, aquí está la decisión que debes tomar- colocó su mano sobre la rodilla de Layne, la apretó suavemente- para poder hacer tu primera transformación, debes tener sexo con tus mates- ella se levantó asustada ¿Sexo? Eso no sería posible, ella no quería que la volviesen a tocar- y por ese temor, sé qué será muy díficil para ti dar ese paso- nuevamente leyó sus pensamientos. Se sintió muy apenada ¿Cómo lograría ser alfa?- es por ello que tengo otra opción, puedo con un hechizo, lograr que te transformes. De esta forma podrías comenzar a ocupar tu lugar como alfa. Estarías capacitada para defenderte y defender a tu pueblo, además que no sentirías la presión de estar con tus mates.
- ¿Qué tendría que hacer?- pregunto ansiosa- ¿Cómo sería el hechizo?
- Para mí es muy sencillo hacerlo, eso no te debe preocupar. Sí decides seguir ese camino, deberás partir de tu casa a más tardar mañana. Comenzaríamos tu entrenamiento y para la próxima luna, tomarias tu puesto como alfa.
- Yo... No sé cómo decirle a mi familia. Ni tan siquiera sé a dónde me dirijo, ni que será de mí- dijo sintiéndose una niña pequeña.
- Sí ese es el camino que deseas seguir, te iré a buscar. Hablaré con tus familiares- dijo dándole confianza.
Ella estuvo unos segundos pensándolo, quería ser respetada. Sí ellos iban a ser parte de su vida, debían verla como lo que era, su líder. Se detuvo ante ese pensamiento, le asustó darse cuenta que ya comenzaba a pensar como un alfa.
- Está bien, lo haré- dijo asustada al tomar una decisión tan importante.
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Hola, perdón el abandono, he tenido una semana muy ocupada. Pero aquí estoy para continuar dándole vida a sus fines de semana.
