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— Hija, sal a comer un poco —habló mi padre desde el otro lado de la habitación.

— Perdón, papá, pero no tengo apetito —contesté.

— No te veo salir a la calle hace varias semanas —pausa—. ¿Está todo bien con Christian? —No respondí y lo oí alejarse.

Pasó más de un mes y medio desde que terminé con Christian. Pensé que me sentiría bien, libre, que no le lastimaría.

Pero no me siento así. No sé qué me sucede.

Mi móvil suena y con la esperanza de que sea Shawn, pero al agarrarlo veo que no se trata de él, sino de otra persona.

—¿Hola?

—¿Andrew? —fruncí el ceño confundida—. ¿Le pasó algo a Shawn? —pregunté.

—No, tranquila, solo llamo para decirte que un colega mío quiere trabajar contigo y te llamé para preguntar si podrías venir a Estados Unidos.

—¿Un colega? —Tragué saliva—. Perdón por el atrevimiento, ¿pero se podría saber para qué es? —Mordí el labio inferior nerviosa.

Él se rió.

—Será algo fantástico. Es una sorpresa, y por eso mismo me encantaría que vinieras a Los Ángeles para charlarlo. ¿Puedes?

Suspiré.

—Claro. ¿Cuándo?

—En unos días. No te preocupes, el boleto de avión y el hospedaje corren por mi cuenta.

—Muchas gracias. ¿Y Shawn? —pregunté.

—Él fue a Canadá unos días con su novia —contestó—. Creí que lo sabrías.

No, no lo sabía.

—No tuve oportunidad de hablar con él. Me he mudado y ni siquiera tengo tiempo —mentí—. Y sobre el hospedaje, no se preocupe, me quedaré con una conocida.

—Ya veo... Bueno, como tú prefieras. Fue un placer hablar contigo. Te enviaré un correo en estos días.

—Genial. Muchas gracias y que tenga un buen día. Adiós. —Colgué y me tiré en mi cama.

¿De qué quiere hablar conmigo su colega?

Bufé y llamé a Amelie.

—Hola, Amelie... Perdón que te llame ahora, pero en unos días debo viajar a Los Ángeles, y pensaba si me podía quedar contigo —cerré mis ojos.

—¡Cariño, claro que sí! Pero ¿y Shawn, no está en Los Ángeles?

—Ni siquiera me hables de ese idiota —hablé entre dientes.

—Bueno, ¿y esa reacción? —Se la oyó sorprendida.

—Es una larga historia...

—Y aquí estoy yo, para que me la cuentes, y así te puedes desahogar —contestó ella.

—Terminé con Christian —solté sin más.

—¡Oye, esa es una muy buena noticia! —chilló de emoción—. Ahora que estás soltera, ya puedes ligarte tranquilamente a Shawn.

—El problema es que me evita —suspiré molesta.

—¿Cómo dices?

—Terminé con mi novio para estar con él, y el señorito no tiene mejor opción que evitarme. ¡No responde mis mensajes hace un mes!

—¿Qué rayos? ¿Quién se cree? ¡Hombres! Creyendo que evitándonos nos atraerán. ¡No, señor!

—Al parecer, no bastó con la indirecta que le di la vez del beso. ¡Maldito Shawn!

—¿Qué le has dicho? —preguntó Amelie.

—Le hice entender que no iba a ser la tercera, y que si quería estar conmigo, debería dejar a Camila —me levanté de la cama—. ¿Crees que se lo haya tomado mal?

—No lo sé. Debemos averiguarlo. Necesitamos un plan —dijo.

—En unos días, me tienes allí.

—Okey.




Recuérdame ~ Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora