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Con Tina, pasamos la mañana en los estudios Warner.

—¿Te ha gustado el tour? — pregunté.

—Sí — contestó con una sonrisa.

—¿En serio? — Asintió —. ¿Te gustó volar en la escoba de Harry? — volvió a asentir, y sus ojos se cristalizaron —. ¿Por qué lloras? — la miré con ternura.

—No... no estoy llorando — dijo ella, pero una lágrima rebelde cayó por su mejilla. Sin más, la abracé; se veía súper adorable —. Gracias, Shawn — se secó las lágrimas —. Siempre quise conocer los estudios Warner.

—No hay de qué, preciosa. Lo más divertido fue que el tour fue privado, y solo estábamos nosotros — ella rió.

—Sí, eso fue genial — me abrazó de nuevo —. El mejor día de mi vida — murmuró.

—Algún día iremos al de Londres — ella rió.

—Eso ya es demasiado, y sabes que es imposible — volvió a reír.

—¿Por qué lo dices? Para ese entonces, seremos mejores amigos — ella rió.

—Shawn, creo que ya lo hablamos...

—Lo sé, pero me haría mucha ilusión — contesté con pena. Ella se quedó unos segundos callada y me observó.

—Sabes..., después de lo de hoy, que me hayas traído aquí, es lo mínimo que podría hacer por ti — contestó, y mi corazón latía de felicidad.

—¿Hablas en serio? — pregunté, y ella asintió —. Gracias — la abracé —. Pero de a poco, ¿vale? — ella asintió

—. Y por favor, no me hagas modelo de Calvin Klein.

Di una sonora carcajada.

—Está bien — sonreí.

—Y por el momento..., quiero que esto sea un secreto, por favor — suplicó.

—¡Claro! — contesté.

—Ni a Camila — mi cara se tornó confundida —. Por favor...

—Está bien — contesté. Su móvil sonó, ella se disculpó y se alejó unos minutos.

¿Cómo que no se lo cuente a Camila? ¿Por qué? No entendía por qué no quería que Camila se enterara. ¿No quería los mismos tropiezos que en el sueño, o qué?

—Ya debo irme — hizo una mueca —. Lo lamento.

—Creí que iríamos a almorzar juntos — confesé con desilusión.

—Sí..., bueno, es que mis compañeros de viaje ya han despertado, y uno está un poco... molestó porque no avisé que saldría sola — hizo una mueca.

No quería que todo terminara aquí; quería seguir viéndola estos días, incluso pasar más tiempo con ella.

—Entiendo. Ve y disfruta con tus amigos — sonreí.

—En serio, lo lamento — negué.

—Descuida, te entiendo — ella me abrazó —. Si quieres, esta noche podemos volver a encontrarnos.

—Es que...

—Lleva a tus amigos — me apresuré a decir —. A alguna discoteca — ella quedó en silencio.

—No sé si es una buena idea — se rió.

—No te obligo, pero si te gusta...

—No lo sé, Shawn..., mis amigos son un poco... extrovertidos y me harán pasar vergüenza — ella rió nerviosa.

—¡No importa! — su móvil volvió a sonar —. A medianoche en el Lure Nightclub. Te guardaré en la lista — me apresuré a decir.

—Shawn...

—Tú, con dos compañías más — ella sonrió tímidamente.

Me paré en la calle y llamé a un taxi.

—En el Lure Nightclub — dijo ella recordando el lugar.

—Lure Nightclub — afirmé. Ella se subió al taxi.

—¡Oye! — se apresuró a decir — ¿Debo ir muy elegante? — encogí mis hombros.

—Tú, hasta con un saco de papas te verías elegante — sus mejillas se ruborizaron.

—Gracias por lo de hoy — dijo ella.

—Cuídate — cerré la puerta del coche y vi cómo se marchaba.

Saqué mi móvil y llamé a Connor.

—Hey, ¿tienes planes para esta noche?






Recuérdame ~ Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora