Tina
Dos veces al día, me veía obligada a hacer fila junto con otros pacientes para recibir una píldora de color naranja y blanco de unos enfermeros que estaban a pocos metros de distancia, la cual debía tomar con agua de un vaso de plástico.
Sin embargo, no era tan ingenua. Sabía que intentaban mantenerme sedada y recluida en mi habitación.
Cuando llegó mi turno, coloqué la pastilla en mi boca y la escondí tras mis dientes. Tomé un sorbo de agua y abrí la boca simulando haberla ingerido.
Luego, abandoné la fila y me dirigí por los pasillos hacia mi habitación. Guardé la pastilla en una bolsita oculta en mi sostén junto con las otras que no tomaba.
Ya habían pasado cuatro días desde que no veía a Shawn y me sentía profundamente deprimida. Aun conservaba las flores y la caja de donas que me había traído. Cada mañana despertaba con la esperanza de que apareciera por la puerta con su guitarra al hombro, llevando flores y una caja de donuts, regalándome una sonrisa.
Sin embargo, su ausencia había sumido mis días en una tristeza gris y oscura.
Al salir de mi habitación, me crucé con la doctora a cargo de mi caso.
——Señorita —llamé su atención y ella se volvió hacia mí.
—Martina, ¿qué necesitas?
—Quiero saber si Shawn vendrá hoy —pregunté, y ella comentó con cansancio mientras comenzaba a caminar.
—No, no vendrá—dijo, y detuve su marcha.
—¿Por qué? ¿No dejó ningún mensaje?— pregunté con preocupación.
Ella se detuvo de nuevo y me miró.
—No recibimos ninguna carta de él tampoco —respondió ella antes de girarse y seguir caminando—. Ahora ve a la sala con los demás a ver televisión.
—No le creo nada. Shawn me habría venido a ver o me habría dejado algo escrito —fruncí el ceño. Conocía a Shawn lo suficiente como para saber que al menos me habría dejado un mensaje.
—Martina, ve a la sala, como te ordené —dijo ella con firmeza.
—Quiero llamarlo —insistí.
—No tienes permiso para hacer llamadas.
El enojo comenzó a brotar dentro de mí, sintiendo cómo mi cuerpo se calentaba con cada palabra de la doctora.
—Entonces llámalo y dile que venga.
—Martina, no...
—¡Quiero verlo! —grité enojada.
—¡No! —agarró mi brazo y me empujó hacia mi habitación.
Mis lágrimas amenazaban con salir en cualquier momento.
—¡Por favor! Quiero verlo —sollocé.
—Lo siento, Martina, pero será imposible —la doctora Müller pasó sus manos por su frente frustrada—. Él ya no vendrá más al hospital a verte.
—¿Cómo dices? —sus palabras me sorprendieron.
—Sí. Él no te escribió ninguna carta ni vino a visitarte porque ya no se encuentra en la ciudad —soltó sin más, y sentí cómo mi corazón dejaba de latir.
—No... —murmuré, sintiendo cómo el tiempo pasaba lentamente a mi alrededor. Mis oídos empezaron a zumbarme con un sonido molesto y el aire se volvió espeso.
—Lo siento, Martina, pero al parecer él se cansó de todo esto —se posicionó a mi lado—. Eras consciente de que él no iba a estar esperándote toda la vida a que te recuperes. Debes entender que un chico como él, de su estatus, no podía verse afectado por una chica como tú. ¿Qué pensarían los demás?
Me sentía abrumada, enojada y triste. Mis emociones estaban en pleno caos. Mis manos no dejaban de sudar y mi cuerpo no dejaba de temblar; estaba ardiendo de ira acumulada.
—No le creo nada —escupí con brusquedad—. ¡Usted no conoce a Shawn! ¡A él no le importa lo que piensen los demás!
—Tuve una charla con él y tu padre, y están por tramitar tu traslado. Irás a la granja y vivirás allí con gente que está en tu misma situación.
Sentía cómo ardía mi pecho y cómo punzaba mi cabeza. Quería que esta mujer dejara de hablar y se marchara. Quería estar sola, quería llorar y desaparecer. Quería que Shawn estuviera aquí y me abrazara. Lo quería a él, pero él ya no estaría.
Me había abandonado y me había dejado sola.

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Recuérdame ~ Shawn Mendes
Fanfiction"recuérdame Tina, aunque sea en un rincón y a escondidas. no me dejes ir" 3ra parte de Conociéndote.