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- Martina. - Amelie cierra la puerta detrás de ella y coloca la caja rosada de donuts sobre la isla.

Ella tira las llaves en el sofá y mira a su alrededor, notando que todo está igual que la última vez que estuvo en la casa.

- Ven, quiero hacer las paces. - suspira. - He estado en lo de Cameron y me comporté como una idiota. - Camina hasta su dormitorio. - ¿Mar? - Observa y no encuentra rastro de ella.

Amelie nota que sus cosas no están y empieza a desesperarse. Saca su móvil y le envía un mensaje a Nathen preguntando si la chica que se encontraba con él, pero no era así. El rubio no la había vuelto a ver desde el día de su cumpleaños.

- Carajo. - Busca entre sus contactos y la llama, pero no recibe respuesta. - ¡Contesta, por favor!

Intenta varias veces, pero solo obtiene el buzón de voz. Resignada, tira el móvil en su cama.

Su amiga se había marchado.

(...)

Martina.

- ¿Puedo preguntar qué ocurrió? - Miro de reojo a Christian.

- Prefiero olvidarlo. - Murmuro. - Prometo devolverte el dinero, solo dime cuánto te debo y te haré un cheque.

- No, no te preocupes. No me debes absolutamente nada.

- Pero...

- Sin peros, eso es lo que hacen los amigos. Y estaré cada vez que me necesites.

- Gracias, te lo agradezco muchísimo.

- No hay de qué. - Sonríe. - ¿Ahora qué quieres hacer?

- ¿Cuándo vuelves a la universidad? - Pregunté.

- Dentro de una semana, ¿Por qué?

- No lo sé, para salir. - Alcé mis hombros.

- Está bien. Si eso te hará bien, te acompaño. - Me sonríe.

Sé que en un momento de crisis, nunca debemos correr a los brazos de un ex, pero Christian es mucho más que eso. Es mi mejor amigo, y a pesar de todo, él está ahí en los momentos más oscuros. Y por eso le tengo tanto aprecio.

Los días que restaban estuve con él, haciéndome compañía.

Hicimos un picnic, fuimos al cine y recorrimos un poco la ciudad. También me llevó un día de campo con su familia, quienes se alegraron muchísimo de verme. Por otro lado, mi móvil sigue apagado desde que llegué a Argentina y no pienso encenderlo hasta el momento.

Por las noches, noto que tengo pesadillas, ya que varias veces me ha despertado Christian preocupado y yo con lágrimas en los ojos.

De Shawn, no sé nada. Y aunque me muero de ganas de llamarlo para oír su voz y correr a abrazarlo, debo mantenerme fuerte.

¿Pero hasta cuándo? ¿Soportaré verlo feliz con alguien más?

Shawn, si supieras que le hablo a la luna de ti todas las noches, me pregunto si tú también haces lo mismo.



Recuérdame ~ Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora