Recuérdame ~ Shawn Mendes

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Narra Martina

―¡Amor! Mañana es el show de Harry. ¿Ya sabes con quién ir? ―grita Christian desde la ducha.

―¡Sí, iré con Antonella! ―contesto. Sale de la ducha recién bañado y vestido― Creí que irías conmigo.

―Lo iba a hacer, pero preferí que vayas con una amiga. ―se acerca a mí― Prometo ir al show de Louis contigo. ―besa mi frente.

―¡No es justo! ―me quejo― Al de Louis irás porque te gusta su música. ―él suelta una carcajada. ―No te rías, Christian. ―lo apunto con el dedo.

―Lo siento, amor, es que eres bastante tierna. Sabes que te quiero. ―me manda un beso desde lejos. ―¿Quieres que te acompañe al hotel de Harry? ―hago un puchero.

―No, deja, será difícil verlo. Vi en Twitter la cantidad de fans y muy pocas lo están logrando ver. ―me siento en la cama.

―¿Mi novia está tirando la toalla? ―se hace el sorprendido― ¿Qué pasó con el "Nunca me doy por vencida"? ―se apoya en un mueble.

―Amor..., es diferente. Las veces que vino Harry, siendo solista o no, se hace difícil verlo. Además, Shawn es Shawn, sale, pasea y no se queda en el hotel. Harry cerró un shopping para recorrerlo solo.

―Yo creo que tengo la solución. ―se agarra del mentón.

―¿Eres el amigo y me lo ocultaste? ―él vuelve a reír.

―No, cariño, no tengo la misma suerte que tú. ―rebusca algo entre sus cosas y me sonríe.

―¿Qué pasa? ―lo miro confundida.

―Te amo, y quiero que cumplas todas tus metas. ―me extiende un sobre.

―¿Y esto? ―abro el sobre. ―¿Otro sobre? ―él asiente. Abro el sobre y veo un carnet. ―Chris... ―mis ojos se llenan de lágrimas.

―¡No llores, amor! ―me abraza.

―¿Por qué? No debías... ―lo beso tantas veces como sea necesario para agradecerle.

―Quiero verte feliz. ―agarra mis mejillas. ―Y es lo mínimo que puedo hacer. ―alza los hombros.

―Gracias, amor. ―lo abrazo con todas mis fuerzas.

Mi novio me acaba de regalar un meet & greet de Harry Styles.

―De nada, bebé. Ya sabes, haría cualquier cosa para verte feliz. ―Sonreímos― Ahora, disfruta tu M&G y nos vemos en la cena. Yo debo irme a la universidad.

―Suerte. ―sonrío.

Sin más, me vuelve a besar, agarra sus cosas y sale de su habitación.

No podía creerlo, me recosté en la cama y me quedé mirando el carnet.

Mi móvil vibró y lo saqué de mi bolsillo. Era Shawn.

Al leer su mensaje, lo llamé inmediatamente.

Claro, aquí tienes una versión mejorada del párrafo:

―Hey, ¿pasó algo, Shawn? ―estaba confundida y preocupada.

―Tina, ¿tú sabías de las fotos que nos sacaron los paparazzi?

―¿Qué fotos? ―me levanté de golpe, agarré el ordenador de Christian y entré al navegador. ―Shawn, eres tendencia―me quedé boquiabierta.

―Tranquila, no pasa nada. ―intentó tranquilizarme. ―Me enteré hoy también. ―suspira― Andrew quiere que vengas a Los Ángeles en una semana.

―¿Qué? Es una locura. ―me agarré la cabeza. ―Shawn, no puedo... ¿Qué pensará Camila? Dios, no.

―Ella ya lo sabe, vio las fotos de los paparazzi.

―¿Cómo? ―empecé a temblar. ―Shawn, no puedo. ―las lágrimas comenzaron a acumularse. Él permaneció en silencio durante un buen rato.

―Puedes venir con tu novio, pueden quedarse en un hotel pagado o en mi casa. Todo estará cubierto. ―habló tan rápido que apenas pude entenderlo.

Esta vez, fui yo quien quedó callada. No podía decirle que no cuando Shawn estaba haciendo todo esto por mí, cuando lo único que hice fue ser su mejor amiga. Creo que debo superar ese estúpido sueño y pensar en mí.

―Está bien, Shawn. En estos días te confirmo bien. ―suspiré.

―¿En serio? ¡Gracias! ―se le oyó alegrarse.