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—Creo que la novia de tu amigo no te tiene simpatía— menciona ella, deteniéndose para observarme. Frunciendo el ceño, suspiro ante su afirmación. —No puedes negarlo— añade levantando una ceja. —Deberías adoptar mi enfoque, chica, sacar provecho de cada situación— continúa. Sin embargo, su comentario me desconcierta.

—¿Qué estás insinuando?— cuestiono incrédula. Ella prosigue, desestimando mi reacción y señalando sus bolsillos para justificar su punto. Reconozco que tiene razón en parte; para ellos, la opulencia es algo cotidiano. Pero va en contra de mis principios. —Estás equivocada— respondo, girándome para chocar con una chica pelirroja. —Perdón— murmuro. La chica sonríe, reconociéndome como la mejor amiga de Shawn. Antes de que pueda contestar, Amelie comenta con desdén sobre la opinión de la novia de Shawn y se aleja, dejándome perpleja.

Intento cambiar de tema al conocer a una nueva chica, Ellie Bamber, reconocida por un videoclip. La conversación fluye hacia mi país de origen, Argentina, mientras nos dirigimos al patio trasero, donde encontramos a Shawn disfrutando de un partido de ping pong con sus amigos. Comento sobre el buen ambiente, y Ellie me pregunta sobre mi origen latino, mostrando interés por Argentina. Amelie se une a nosotras,

— ¡Hey! — aparece Amelie. — ¿De qué hablan? — se apoya en mí.
—De Argentina — dice Ellie.
— ¿Eres de allí? —Asiento. — Genial — me separa un poco y me habla al oído. — ¿Has pensado en mi propuesta?
— ¿Qué? - pregunté confundida.
-—¡Chicas! ¿Un partido de ping pong? ¿O le temen al éxito? —se ríen.
— Oh, cállate, Brian —dice Amelie. — Venga, yo me uno.
— Yo también — dice Ellie.
Ante la sugerencia de jugar ping pong, me uno al grupo, colocándome al lado de Shawn.

Por mi culpa, nuestro equipo estaba perdiendo, y yo era quien pagaba las consecuencias.

Un vaso, dos vasos... Ya perdí la cuenta.

—Bueno, ya es suficiente. Tina se está poniendo borracha— dice Shawn.

—Oh, no. Yo quiero más— apenas podía mantenerme en pie, pero me estaba divirtiendo.

—Tinaaaa— exclama Shawn.

–No seas aguafiestas– grita Amelie, —la chica se está divirtiendo—.

—Shawn— río, pero tropiezo, y él me sujeta, nuestros labios chocan accidentalmente.

—¿Shawn?— miramos hacia donde proviene el llamado.

—Camila— decimos al unísono.



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Recuérdame ~ Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora