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~Shawn~

Llegué a Argentina esta mañana, mi corazón palpitaba con una mezcla de euforia y ansiedad. Estaba tan emocionado por ver a Tina después de tanto tiempo, que no sabía si iba a poder controlarme. ¿La saludaba de manera tranquila o me lanzaba directamente a abrazarla con todas mis fuerzas? Pensaba que la segunda opción era algo loca, pero ella entendería cuánto la había echado de menos.

El aeropuerto estaba lleno de gente, pero nada más ver a Austin, el padre de Tina, y a Amelie esperándome, toda la ansiedad se disipó por un momento. De repente, vi a Amelie alzando la vista hacia mí, y sin pensarlo, corrió hacia mí con una enorme sonrisa que iluminaba su rostro. La maleta se me resbaló de las manos, y en cuanto me acerqué, la envolví en un abrazo tan fuerte que sentí como si la energía positiva de su alegría me invadiera.

—¡Shawn! —chilló ella, su voz llena de felicidad, mientras me abrazaba con fuerza—. Te he extrañado mucho.

—Y yo a ti, Amelie —respondí, separándonos un poco para mirarnos. Había algo en sus ojos que me decía que este reencuentro era importante para ella, tanto como lo era para mí.

Austin, al vernos, se acercó con una sonrisa en su rostro y me dio un cálido abrazo, dándome unas palmaditas en la espalda.

—Oh, Shawn, ¡al fin nos volvemos a ver! —dijo, su voz claramente emocionada.

Pude ver que sus ojos reflejaban una mezcla de felicidad y alivio, como si todo este tiempo de separación hubiera sido un peso para él también.

—Un gusto volver a verlo, señor —respondí, sintiendo la calidez de su abrazo—. Gracias por venir a recibirme.

—Siempre serás bienvenido, Shawn. Ya eres parte de la familia —me dijo Austin, y su sonrisa era sincera, como si de verdad me considerara uno más de su familia.

—Bueno, vayamos hacia el auto antes de que reconozcan a Shawn y todo se vuelva un caos —comentó Austin con una sonrisa divertida.

Amelie y yo nos reímos. Sabíamos que la emoción de las fans latinas por mi presencia en el país podría hacer que las cosas se complicaran si no actuábamos rápido. La situación estaba tan desbordada que teníamos que ser cuidadosos.

Austin agarró mi maleta y nos dirigimos hacia la salida. Durante el trayecto hacia el auto, me contaron sobre el estado de Tina. Austin mencionó que había mejorado bastante, que ya no estaba tomando medicamentos por orden de su doctor, y que en unos días podría regresar a casa. Esa noticia me dio un respiro, aunque también pude notar el dolor en sus palabras. Aún no podía verla, porque Tina no se sentía preparada para enfrentarse a él.

Le prometí a Austin que hablaría con Tina, que le ayudaría a que la reconciliación fuera posible. Sabía que ella me entendería. Al menos, si yo le hablaba, podría dar el primer paso para que su corazón empezara a sanar.

Llegamos al vecindario donde vivía Tina. Después de unos minutos más de conducción, Austin estacionó frente a su casa. Bajé la maleta del maletero, y caminamos hacia la entrada.

—Si quieres descansar, Shawn, puedes hacerlo y luego salimos a la clínica —me ofreció Austin mientras estábamos en el portal.

—Preferiría verla cuanto antes, si es posible —respondí, sin poder disimular lo nervioso que me sentía. Estaba ansioso por verla, pero no quería parecer tan apurado.

Austin me miró, con una sonrisa divertida en su rostro.

—Claro, ponte cómodo y cuando estés listo, nos vamos.

—¡Yo haré el almuerzo! —anunció Amelie con entusiasmo, y se metió rápidamente en la cocina.

Austin negó con la cabeza, riendo suavemente, mientras se dirigía hacia el salón. Noté que su expresión había cambiado. Aunque había mucho estrés acumulado, su rostro se veía más relajado, más alegre. La presencia de Amelie y la mía parecían darle algo de alivio, y eso me reconfortó.

Recuérdame ~ Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora