Recuérdame ~ Shawn Mendes

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—¡Shawn! ¿A qué se debe esta invitación? — preguntó Brian.

—Solo... para pasar la noche con ustedes — Sonreí — Hace mucho que no salíamos.

—¿Cómo está Camila, Shawn? — preguntó Julia.

—Bien — Sonreí — Ella está en Miami ahora mismo, por eso no pudo venir.

—Oh, entiendo — cuestionó.

Ni siquiera había llegado Martina, y ya me sentía abrumado y nervioso. Había invitado a algunos amigos para esta noche, no sé cómo lo tomará Martina. No pensé en eso, solo quiero que esté aquí.

—Shawn — me llamó Connor.

—Dime — contesté.

—Todos esperan — miró a su alrededor — ¿No es lo que me imagino, o sí? — espetó.

‹Narra Martina›

—Ya llegamos. — contesté emocionada.

Ante mis ojos se encontraba aquel cartel luminoso del Lure Nightclub.

—Martina, ¿qué hacemos aquí? — preguntó Christian — Este lugar se ve muy costoso y elegante.

—Por eso mismo les dije que se vistieran lindos para la ocasión.

—Oh là là — dijo Sofía cuando vio el lugar — ¿Qué hacemos aquí? — continuó — Yo sigo molesta porque te cruzaste con Shawn Mendes —bufó. Christian al oír eso rodó los ojos.

—Amiga, te lo voy a compensar, ¿sí?.

—Ajá — reí — Si tan solo supieras, amiga.

Me acerqué al hombre de la puerta, quien llevaba un traje y una libreta en sus manos.

—Aquí nomás, es con reserva — dijo el hombre al verme.

—Sí, lo sé — hablé nerviosa.

—¿Nombre? — dijo él buscando.

—Amm... — hablé con nerviosismo — Estoy en la lista de Shawn Mendes. — El hombre me miró con ironía. — Soy Martina Elizabeth, y estoy con dos...

—No estás — dijo sin más.

¿Cómo que no estoy? Si Shawn hoy me dijo... ¿Se habrá olvidado?

Es evidente que no se iba a acordar de mí o, mejor dicho, se arrepintió, claro que sí.

Volvió hacia mis acompañantes. ¿Y ahora cómo les digo que no entraremos?

—¿Y? — dijo Sofía — Siento que me están desnudando con la mirada estos pervertidos.

—Bueno, tú quisiste venir así — dijo Christian.

—O tú, cállate — le golpeó.

Pero si Shawn... ¿Si él me anotó diferente?

—¿Vamos a entrar o no? — dijo Christian — Aquí hace frío.

—Sí... ya vuelvo — y me acerqué al hombre, quien me observó divertido — Tina..., Tina Hurley — comenté — Vengo con dos compañías.

El hombre volvió a ver la lista y me observó.

—Pasa — dijo y chillé de felicidad.

—¡Hey! — llamé la atención de mis amigos — ¿Vamos a entrar, o se quedarán ahí? — reí. Ellos se voltearon a ver y prosiguieron a entrar al sitio.

—Esto... se ve muy costoso — dijo Sofía.

—Estás en lo cierto, Sofía — dijo Christian — ¿Y cómo conseguiste reserva? — alcé mis hombros. Él se rió e intentó besarme.