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Después de recostar a Martina en la cama, Shawn la observó unos segundos, suspiró y se marchó.

—¿Quieres beber algo? —le habló Amelie desde la cocina, mientras bebía de su lata de cerveza. Shawn negó.

—No, muchas gracias —contestó él, agarrando su chaqueta que estaba en el sofá.

—Gracias —habló Amelie, con la mirada gacha y un poco avergonzada.

—¿Y eso? —Shawn frunció el ceño.

—Por traernos... traerla en ese estado, sabiendo que ustedes están distanciados —comentó ella. Shawn asintió.

Él no podía aún entender el carácter de Amelie. A veces era divertida, extrovertida, sociable y alegre, la envidia de muchas chicas. Pero otras veces era seria, fría y de carácter duro, sin mostrar ninguna pizca de sentimiento alguno.

Odiaba juntarse con chicas; según ella, le parecían aburridas y carentes de gracia, a las que ella llama "Muñecas Barbie". Su círculo de amistad eran hombres, donde se sentía libre para hacer lo que quisiera sin sentirse juzgada.

Por eso a Shawn le llamó la atención que Amelie y Martina se llevaran tan bien. ¿Qué tenía ella que otras no? No podía creerlo. Era la primera vez que veía a la rubia tener una amistad con otra mujer, y no era porque quisiera robarle el novio. De hecho, Amelie defendía y cuidaba a Martina como si fuera su propia hermana.

— Ella se alejó —contestó Shawn y tragó saliva—. Y yo no quiero... —murmuró.

— Es lo mejor —contestó la rubia, recostándose en el sofá—. Debo decir que, al principio, yo insistí a Martina que te sedujera. —Shawn abrió los ojos sorprendido.

— ¿Qué?

— Sí, lo del beso fue parte de mi plan. ¿Pensaste que fue coincidencia? —Shawn se llevó las manos a la cabeza.

— ¿Entonces ella no...? —temía por la respuesta.

— ¿Shawn, eres tonto? —se tensó—. Ella está o estaba enamorada de ti —tomó otro trago de cerveza—. La convencí de que terminara con su novio para que ambos pudieran estar juntos.

— Fue arriesgado, ¿y si yo no sentía nada?

— Lo sabía.

— ¿Cómo? —frunció el ceño.

— Te oí decírselo a Cameron —Shawn suspiró—. Pero desperdiciaste la oportunidad.

— ¡Fue todo un malentendido!

— Ay, por Dios —Amelie rodó los ojos.

— ¡Amelie, creí que me había rechazado!

— Shawn, eres un idiota. ¿Cómo puedes pensar eso?

— Ayúdame, por favor —Amelie bufó.

— ¿Qué te crees, que soy Cupido? —se rió sarcásticamente.

— Necesito hablar con ella —Shawn se agarró el cabello desesperadamente.

— ¿Acaso viste lo que le pasó esta noche, solo por verte? Se drogó para evitarte. Así que no, Shawn, aléjate de ella porque la lastimas, y no permitiré que ella haga otra estupidez para evitarte —lo señaló con el dedo—. Aléjate de ella, al menos hasta que se recupere emocionalmente, o olvídala y déjala ser feliz, y tú con Camila —caminó hacia la puerta.

— Pero... —Shawn se encontraba muy desanimado.

— Shawn —bufó sin decir nada y dio un portazo antes de marcharse.

— Idiota —murmuró Amelie.

Por otro lado, ella decidió darse una ducha y dormir en el sofá. Estaba indignada por lo que hizo Martina, así que cuando se despertaran, iba a hablar con la Argentina.

Recuérdame ~ Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora