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Caerás conmigo, caeremos ambos...
Antonio.
Contemplo al cuerpo inconsciente tendido en la cama mientras me encuentro en el balcón observando como los humanos se divierten allá abajo bailando a la orilla de la playa.
Su música se escucha por toda la habitación. Bailan, cantan y beben con una facilidad que denota el cual feliz lo pasan libres de cadenas. No entiendo esa parte de ellos. ¿Como pueden olvidar las cosas tan fácilmente y actuar como si nada después de un periodo de tiempo?
Quizá es cuando se me olvida que ellos viven solo unas décadas y perecen con el tiempo que es algo sagrado en su caso. Mientras seres como yo podemos vivir toda una eternidad para recordar absolutamente todo a la espera de poner fin al largo camino que unos ven como lo más extraordinario o un regalo valioso, pero la verdad es que no.
Lo que no les dicen de la inmortalidad es que significa condenarse así mismo con el pasar de los años, mientras cada día lo vives para recordar tus errores y la mayoría de esos son clavados en tu memoria como las letras en una lápida. No puedes cerrar los ojos sin que los recuerdes, dormir es la peor tortura para abrirle paso a los demonios que vendrán a consumirte con tus pecados.
Todos tenemos cosas que queremos olvidar y los humanos lo hacen hasta el día de su muerte, sin embargo a mí la oscuridad me acompaña a donde quiera que voy, el cargo de conciencia no existe para mi.
Cuando llega el tiempo de arreo, las calles se tornan vacías, las risas se callan y es como si el mundo se detuviera por completo o la humanidad estuviera extinguiéndose. El miedo los mantiene encerrados presos del pánico por perder a seres queridos tales como es en el caso de las mujeres.
Al momento el dolor es lo único que merma en el ambiente, la alegría que veo ahora mismo en tiempos como aquellos parecía jamás haber existido. Nos alimentamos de sangre pero parte de nuestro degusto favorito es deleitarnos con el temor que sembramos, la satisfacción de ver las expresiones de pánico en cada vida que tomamos.
No existe la piedad y la compasión solo en aquellos que se encuentran vacíos, huecos y que en el fondo no hay nada más, como yo soy uno de ellos. Desde hace mucho que deje de sentir apego hacia algo o incluso amor por lo que sea que pueda ofrecerme la vida. Son tantas las que he arrebatado que mentiría si dijera que me acuerdo de cada rostro que detalle antes de disfrutar el placer de atravesar un pecho o beber hasta la última gota de vida.
No nací en una cuna normal, la mía estaba teñida de rojo incluso desde antes de mi creación. Mi naturaleza en los primeros años de vida permaneció dormida hasta que desperté el demonio que llevo dentro, una amenaza que no le importa nada en lo absoluto y su sola aparición denota peligro. Pase tantos años en el hoyo que comencé a sentirlo parte de mi y a normalizarlo convenciéndome de que siempre fue mi verdadero lugar.
Ahí nadie podía causar algo en mí ni por mínimo que fuera. Yo soy el que destruye todo lo que toca, yo soy el que te condena a la miseria y sobre todo el que te hará vivir la peor de las agónicas, soy un rey al que nadie puede acercarse si yo no lo quiero. Me convertí de acero apagando el más pequeño atisbo de humanidad que una vez me sembraron.
Estaba tan confiado que permanecería así por la larga eternidad miserable que me esperaba, que no supe en qué momento se fue metiendo por mis entrañas una mujer que para mi es una especie de enfermedad que quiero curar. Necesito arrancarla de raíz y quemar todas las ramas que se han enjaretado en mi piel.
Clarissa se ha colado en mi vida y no hay nadie más culpable de eso que yo mismo. La odio tanto por hacerme sentir como lo hace y no me explico como he llegado a permitirlo. Me acerco a ella quien mueve los párpados y arruga el ceño, paso el dedo por la delicada piel de su cuello observando el palpitar de su vena.
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LINAJE
Science FictionYa nada será igual a lo que imaginaba, su pasado la torturara cada día intentando salir. El tomará todas sus primeras experiencias haciéndola caer en él abismo del deseo carnal. Pronto todas las preguntas sobre su pasado irán saliendo a frote junto...