CAPITULO 32 - BRUMA

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Bruma.

Antonio.

En mi puta vida una mujer me había desafiado de la manera en que lo hizo ella. Admito que me sorprendió tanto que me dejé llevar al observar los movimientos de su boca y manos paseándose por ese canal que quiero devorar con mi lengua hasta dejarlo seco.

Tiene coraje y agallas para hablarme como si no fuera el monarca de la raza vampirica y pudiera matarla con solo un chasqueo de dedos por impertinente.

—Ya tenemos la información sobre el humano como ordenó Sire—me pone al tanto Alex mientras me abre la puerta de la camioneta.

—Contexto—pido sin dejar de teclear en mi teléfono dando aviso de mi llegada a los laboratorios ya que estoy sobre tiempo por mi viaje.

—Jeyssel Auden Brown con 23 años de edad, estudia  en la CUNY school de medicina en Manhattan y actualmente es el último integrante de su familia ya que padres y parientes cercanos están muertos—me mira sobre el retrovisor—es heredero de diversas acciones y sucesor del doctor Auden Brown ex director y dueño del hospital NYC Brown.

Su simple mención me pone de malas y aún más al saber que después de todo no es una sanguijuela muerta de hambre como pensé, es una cucaracha a comparación de mi pero para Clare debió ser lo mejor y me enferma. Pero mas me llena de curiosidad la pregunta que siempre me ronda por la cabeza, ¿porque si él la lastimo ella lo protege tanto al punto de amenazarme para que no lo toque?.

Quizá sea más estupida de lo que pensé y aún lo ame como tanto lo expreso al mencionar el "amor". Me da una especie de inquietud cuando recuerdo sus palabras.

"Tú no amas nada, ni quisiera conoces el significado de la palabra"

Qué tonta, juzgándome a la ligera como siempre. Si tan solo supiera que ya ame una vez y me arrepiento de ello porque no solo me volvió débil, si no, me sentí tan patético que me juré jamás volver a sentir algo así. Yo no necesito jugarretas como esas para gobernar en cambio Beniel y Cecilia piensan diferente. No los entiendo y tampoco quiero hacerlo porque desterré ese sentimiento de mi para siempre.

Jamás volveré a derrumbarme por algo así, porque la debilidad no está en mi vocabulario y se lo demostrare a ella atrayéndola más a mi flama que está muy cerca de hacerla cenizas. Ella juro en hacerme caer pero no sabe que yo también estoy decidió a ello porque algo que he de admitir es que me encanta jugar.

—¿Donde vive?—pregunto guardado mi teléfono y acomodando mi reloj de oro.

—Vecindario Trobely al oeste, #6–toma su celular enviándome una foto—tengo a compañeros vigilándolo—miro la foto y puedo apreciar con claridad su identidad saliendo de la casa en la noche—va a la universidad de 8 a 2 de la tarde y al gimnasio de 7 a 9 de la noche, todo está medido y solo esperamos sus órdenes.

Reviso las demás capturas y un solo mensaje mío lo derribaría un disparo en la cabeza pero no se porque prefiero ensuciarme las manos directamente. Sonrío al recordar que me costó nada dar con él en menos de 3 horas aunque Clare se negara a decirme su nombre. Reviso el reloj y falta poco para las 8.

Gabriel baja la pantalla que me muestra exactamente en vivo al humano saliendo de la casa con el celular en la mano sin percatarse en lo más mínimo de que mis hombres lo vigilan y lo tienen en la mira apunto de volarle los cesos.

En posición Sire—informa el hombre a través de la pantalla.

—Disparale—doy la orden pero la cancelo—espera aún no.

LINAJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora