CAPITULO 31 - SERAS TU

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Serás tú.

Clarissa

Por más que piense en la posibilidad de que algún día podamos estar sin pelear creo que cada vez la siento más lejos. Desde que subimos al auto no ha dicho nada más que me quitara la chaqueta y me pusiera su saco.

A pesar de todo el tener algo puesto de él me tranquiliza porque huele a su loción embriagadora que en ocasiones me dan ganas de entrar a sus cosas y buscarla para poder robármela. Llegamos al mismo hotel en el que estuvimos la noche anterior y subo al ascensor abrazándome con las manos para que no se abra el saco y al mismo tiempo aún llevo la chaqueta conmigo.

No planeo soltarla ni deshacerme de ella así me la arranque. Las puertas se abren y salgo directo al baño con él casi pisándome los talones.

—Dame eso—me ordena.

Furiosa me volteo y me quito su saco devolviéndoselo de golpe en el pecho y camino en sostén hacia el baño.

—Sabes que esto no es a lo que me refiero—sigue de pie cerrando la puerta.

Me niego a darle lo que quiere porque esto es mío y no tiene derecho a quitármelo solo por el simple hecho de ser de hombre. No entiende que no tengo nada a lo cual aferrarme ya, pero es tan egoísta que no espero más de él. Me armo de valor y me quito el sostén frente a el quedado completamente desnuda de la parte de arriba y al verme se tensa apretando los puños.

—Pues confórmate porque es lo único que te voy a dar—le lanzó el sostén—ahora déjame en paz y vete a hacer lo que sea que estabas haciendo antes.

—¿A quien fuiste?—se acerca a mi y me mantengo en mi lugar.

—No fui hacia nadie—aprieto los dientes—¿que no viste que no habilitaba nadie el apartamento?.

—¡No soy idiota!—arroja las prendas al suelo—era tan obvio que el lugar lo ocupaba un hombre, ¿estuviste con el?.

—¿Que?—me doy vuelta—No, por supuesto que no—me exaltó—¡tú viste que el lugar estaba vacío! ¿que otra prueba quieres de que no miento?.

—No me gusta repetir y lo sabes así que es la última vez que lo dire—su mirada se oscurece y no puede evitar no mirarme a los pechos—¿quien?.

—¡Nadie!—si mencionó a Jess es hombre muerto—no entiendo porque te enojas si no hice nada malo ya te lo dije.

—No hables pero..—se cruza de brazos—¿cuanto crees que voy a tardar en dar con el?.

Se da la vuelta y la presión se me baja con solo imaginar que pueda ir a él por mi culpa ya que lo he puesto en riesgo sin siquiera pensar en esa posibilidad.

—Espera, ¿que harás?—no me contesta y corro bloqueándole el paso.

—Que no haré—sus palabras mi hielan la sangre y me rodea para salir por la puerta.

—¡Hey!—lo detengo—No te atrevas o...

—¡¿O que?!—estalla—¡¿porque lo proteges tanto?!

—Porque te estás metiendo con mi familia—lo señalo—¡todo tu problema es que piensas que lo he visto pero la realidad es que no!—me trago mis ganas de derrumbarme—¡mírame no tengo a nada que aferrarme ya porque todo me lo arrebataron!—limpio las lágrimas que me surgen—¡No los volveré a ver nunca y aún así no te basta porque quieres matarme la única cosa que me mantiene firme aquí sin caer por un precipicio! ¿No lo entiendes?—niego con la cabeza al ver su cara sin emoción que no sea furia—por supuesto que no, porque tú no sientes nada que no sea odio por todo.

LINAJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora