CAPITULO 68 - FINGIR

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Fingir

Clarissa

Mis muslos se mueven al compás de sus caderas, sus gruñidos en mi oído son la muestra clara de que esta perdido en placer. Su cuerpo es caliente como el mío y nuestro sudor hace que las pieles resbalen, no ha dejado de hacérmelo en toda la noche.

Cambio de lugar subiéndome arriba de él y muevo las caderas frotándome pero al mismo tiempo recibiéndolo. Usa sus manos en mi culo para impulsarme, veo su boca abrirse y yo cierro mis ojos concentrándome para poder venirme, necesito que Henrry me de un puto orgasmo para sacarme a Antonio de la cabeza.

Eleva la pelvis y levanta las rodillas invitándome a que me apoye en ellas para ir más rápido y eso hago. Entro y salgo con frenesí y afán. «Estoy por alcanzarlo... si puedo».

Él gime extasiado apretando mis pechos y el cabello se me pega en la frente y espalda.

—Mierda nena—gruñe— como me montas.

«Cállate, no hables»

Hundo su cara en mis pechos para no verlo y vuelvo a cerrar los ojos concentrarme, ya casi, ya casi... pero entonces el gruñe sacudiendose en mi interior. «Ya se vino».

Me penetra una última vez hasta el fondo para vaciarse y la frustración me llega al no haber podido acabar yo. Su derrame lo ha conseguido tres veces y estoy cansada con el coño palpitando por no llegar el orgasmo.

—¿Todo bien?—pregunta recobrando la respiración.

—Si—me quito el cabello de la frente y lo saco de mi interior.

Su semen comienza a salir y me levanto de la cama.

—Voy a tomar una ducha—avanzó a la siguiente puerta con su mirada en mi espalda.

La cierro hasta con cierto coraje, mi humor se descompuso.

Antonio 1 Clare 0

Es una maldición, debe serlo para no poder correrme con otro hombre.

"Nadie te va a hacer venir como yo"

Jodete.

Enseñó el dedo a la pared y dejo el agua fría salir. Por más que lo niegue, pensé en él para poder alcanzar el clímax, pero no era su verga y aunque sean pedazos de carne ¡no son iguales! Se trabajan diferente y me da pena a mis adentros pero quería que Henrry me ahorcara, que me follara como puta y al contrario, fue calmado, demostrándome que me quiere en cada uno de sus besos y caricias.

No fue sexo animal como el que tenía con Antonio, de esos que sentía que me topaba hasta el fondo y me dejaba las piernas temblando. Cuando estoy bien limpia salgo del agua enredándome en una toalla.

—Cariño ¿Has pensado que vas a usar en la velada?—me dice antes de entrar al baño.

—Iba a ir de compras con Raven—confieso— ¿Por que?

—Me habría gustado llevarte yo—sonríe— ¿Me das el gusto?

—¿Quieres que cancele a Raven?—cruzo los brazos—¿Sabiendo como es esa mujer?

LINAJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora