CAPITULO 35 - BRASIL

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Brasil

Clarissa.

La cabeza me palpita como si tuviera la peor de las migrañas de la historia, las ultimas horas han sido completamente fuera de lugar, creía estar cansada simplemente por el sexo pero estoy mas jodida de lo que imagine y creo que todo se basa mas en lo mental que lo físico.

Empiezo a cuestionarme sobre mi integridad mental ya que es demasiado extraño esto y solo espero no estar desarrollando algún trastorno alucinante que llegue a hacerme caer en la locura. Una de las maneras que aprendí para olvidar las cosas es convenciéndote de que es así, unos lo llaman estado de negación pero yo lo quiero ver como una medicina para mis problemas.

Si digo que no vi nada es porque así fue y es mejor así, porque no quiero obsesionarme creando divagaciones que solo me atormenten mas sin objetivo alguno, ya paso y no volverá a suceder porque todo esta en mi cabeza y es el cansancio lo que me trae así.

Todo es mental y mejor debo preocuparme en como quitarme de encima al hombre enojado que tengo al pie de la cama mirándome en busca de una respuesta que obviamente no le diré con la verdad.

—Hola—pongo mi mejor cara—¿de que hablas? no me ha pasado nada.

—No mientas—cierra los ojos bajando la voz.

—Se me bajo el azúcar—me acomodo el top sentándome en la cama—no desayune nada y con todo el estrés es normal que suceda y por si no lo notaste, no tengo un organismo ileso como el tuyo.

—No me convences con eso.

—Entonces me temo que no tengo mas excusas que inventarme—me acuesto de nuevo—si no te molesta voy a dormir—contesto con voz mas alta de lo que quería—aprovecha por si quieres tirarte esta vez a la azafata en el baño que esta vez no te voy a interrumpir.

—¿Eso significa que aquella vez si lo hiciste a propósito?.

—Estaba aburrida—me excuso para remediar mi error—pero hoy no estoy de humor y no me importa lo que hagas.

—En ese caso tendrías que salirte de aquí—contesta en el mismo tono tajante.

—Pues ven y quítame por que de otra manera no pienso levantarme—lo reto—y menos si es para que te cojas a otra.

Cierro los ojos esperando a que se marche porque lo dije enserio, no voy a levantarme de aquí y ahora menos si es que piensa sacarme. Pasan unos minutos en silencio cuando unas manos me toman de los pies arrastrándome a la orilla de la cama, un grito de sorpresa sale de mi boca cuando Antonio me carga sobre su espalda.

—Duerme donde yo te este viendo—replica abriendo la puerta—no tienes derecho a la cama.

—¡Bájame!—intento tirar de mi falda—¡me verán el trasero!.

Coloca la mano para cubrirme y me termina sacando de vuelta a con los demás, Alex y Janvier juegan baraja pero miran raro cuando me ven del hombro de Antonio y este me deposita en el asiento. Se sienta frente a mi como la ultima vez y ninguno dice nada, yo por mi parte me acomodo para quedarme dormida.

Corro en medio de la oscuridad tropezándome con las ramas de una noche lluviosa, las raíces de los arboles sobre saltan del suelo y el aire es tan gélido. Aumento la velocidad cuando percibo que alguien mas me sigue pero no soy capas de mirar atrás. La lluvia comienza a caer empeorando mis campo de visión, el cielo relampaguea violentamente y temo que un rayo caiga.

LINAJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora