EPILOGO

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Mi nombre es Clarissa Scott o mejor dicho, Mónica Tepes, hija de Constantin y Fallon Tepes, familia pura sangre en la rama de la monarquía junto con el clan Barcsay.

Soy aquello que más amaron y ocultaron dando su vida a cambio ya que era perseguida y si me atrapaban, el linaje moriría conmigo.

Se ayudaron con una bruja poderosa que incluso a mí me sorprendió de su existencia, esta me convirtió prácticamente en humana para que nadie de los vampiros me encontrara y así moriría para ellos hasta que creciera segura, llegando a la edad de mi madurez en la que sería capaz de reclamar mi lugar en el trono.

Un licántropo fue quien me encontró en medio de aquel bosque y adoptó en su familia dándome una segunda oportunidad entre su especie que se supone ahora es mi enemiga.

Jamas fui plenamente feliz por que no sabía nada respecto a mi ya que la pérdida de mi memoria influenció mucho. Encontré a un hombre que me los devolvió así como también me salvó la vida.

Estoy completa o eso es lo que creo hasta ahora por qué mis padres al morir me dejaron sus secretos que empeoran las cosas, unos que solo poseo yo en este momento. Viví como humana y conocí personas que me brindaron bellos momentos que llevo en el corazón.

Tengo pendientes y miles de cosas que hacer para llegar al orden, pero no me he olvidado de ellos, de alguna manera tengo que pagarles todo lo que hicieron por mi.

Este descubrimiento no fue fácil para mi, me sigue costando asimilarlo pero mi voluntad y orgullo es algo que permanece en pie desde que tengo uso de razón.

En el fondo siempre sentí que jamás llegaría ser el tipo de mujer que agacha la cabeza ante alguien y ahora entiendo el porqué, aquella bruja pudo intentar quitarme todo lo que fui, pero es imposible hacerlo del todo cuando naces en una cuna real en la que o peleas o te matan.

Así es en este mundo en el que ahora formo parte y es una constante cadena de avaricia por tirarte de la cima y ocupar tu lugar. Con Antonio lo intentaron pero no les resultó, el príncipe no es Stoian Barcsay y lo ha dejado muy claro. No le costó nada deshacerse de los traidores que confabulaban en su contra y triunfo demostrando que con el, nadie puede o eso es lo que cree por ahora.

Respiro hondo el frío aire de mi hogar, mis tierras de origen en las que nací y fui feliz muchos días antes de que todo se tiñera de sangre. Bajo del caballo junto con los dos hombres que me acompañan y quito la capota de mi cabeza dejando que mi aliento aún tibio se mezcle con lo helado.

Los miro a ambos y comenzamos a subir las escaleras hasta la fortaleza Tepes en Valaquia, que ahora luce montosa y descuidada con la flora rodeándola.

La niebla como siempre es densa y al momento en que me siente, se dispersa dejando todo en claro para mi como si me diera la bienvenida.

Empujó las pesadas puertas por las que se cuelan las hojas y las telarañas. Yura revisa que no haya nadie cerca y me dejo llenar de nostalgia recogiendo los muebles destrozados. Camino por los pasillos y pasó el dedo por el tapiz púrpura rasgando. Tanto que soñé con ellos pareciéndome pesadillas y a ahora me dan sentimiento. Algo que no cambio es que sigo siendo igual de sensible y tengo que morderme la lengua para no llorar.

Me dejo de sentimentalismos y me adentro hasta lo más profundo de los pasillos en los cuales los retratos de pinturas se encuentran cubiertos con sábanas. Al llegar a la biblioteca que es puro polvo, comienzo a buscar entre las paredes esa entrada que mi padre me enseño.

Tardo más de lo que debería y suspiro en alivio cuando el bloque se hunde abriendo la pesada puerta de piedra que da al subterráneo.

—¿Estas segura de hacer esto Clare? —me detiene antes de que bajemos.

LINAJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora