LINAJE

Capitulo 55 - PSICOSIS

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Psicosis

Antonio

Entro a grandes zancadas al elevador que me llevará varios niveles abajo y la conmoción se siente, todos tienen algo que temer con lo que acaba de pasar allá afuera, miembros que no querían volver a ver o tan si quiera hacían muertos, vendrán por ellos a cobrar las viejas deudas pendientes antes de ser encerrados.

Hay vampiros más viejos incluso que el mismo consejo pero son pocos ya que la mayoría no debe ser más que polvo, los prisioneros se mantienen vivos al punto de casi agonizar, se les da gotas de sangre suficientes para que no se sequen y sobrevivan, esa es una de las peores torturas que uno de nosotros puede pasar. Una vez que cometes crímenes, te espera la eternidad bajo la tierra hasta que mueras lentamente.

—¿Las fronteras están absolutamente cerradas?—camino con Ethan atrás.

—Completamente, me tome la libertad de hacerlo mucho antes de que lo pidieras—enarco una ceja—honestamente lo preví desde el momento en que note las inquietudes y al sur, 3 embarcaciones colapsaron extrañamente el día anterior en una ruta poco transitada, sin mencionar el comportamiento inusual del segundo de Dunban.

—Eso significan que siguen aquí escondidos en la ciudad—parpadeo cuando el mareo comienza a tomarme de nuevo—¿interviniste a Orlando?

—No han intentado nada hasta ahora pero no me confió—suspira—los tengo en seguimiento de los reclusos y puse a mis hombres en las fronteras, los aeropuertos están cerrados al igual que las carreteras por ellos, aunque a Dunban no le agrado la idea de dejarlos fuera.

—Al diablo con sus protestas, nadie entra y sale—sentenció— ¿Dónde está el?

—Ya está aquí—nos abren las puertas del área de Hematología—Navil se encargo de traerlo, nadie se ha percatado.

—Bien.

Los demás se dispersan y entró directo a la habitación donde Eloísa ya esta preparada con lo necesario. Ethan se queda en el pasillo dejándome solo con la mujer rubia que tiene los ojos vidriosos y me recuerda aquella noche en donde la inmortalidad se impregno completamente en mi cuerpo, deteniendo la vejez y caí en un estado lo mas parecido a enfermedad grave ya que la fiebre era demasiado alta y me era imposible permanecer consiente, Eloísa estuvo día y noche a mi lado a pesar de que le pedí retirarse, pero persistió velando por mi tratando la fiebre y cambiando las sabanas cuando se impregnaban de sudor.

Al igual cuando tenia 10 años y llegue a casa con la ropa completamente bañada en sangre, no pregunto absolutamente nada, solo me llevo al agua donde me lavo varias veces hasta quitar el olor, creo que en el fondo siempre supo que no tardaría en suceder algo así por que al día siguiente actuó como si nunca hubiera pasado y jamás dejo de mirarme con los mismos ojos que ahora.

—¿Estas bien?—me incomoda su sentimentalismo ya que me recuerda tanto a ella.

—Si, ¿Y Gabriel?

—Está completamente perdido al igual que todos los que estaban contigo y aun no me explico como sigues de pie—prepara la aguja—tengo que hacerte estudios, estas pálido y no se a que nivel de gravedad estés intoxicado.

—No tengo tiempo para eso—me opongo—adelanta la distribución de la vacuna, ellos no tardan en volver a actuar y en Moscú se las están viendo peor.