CAPITULO 54 - BROOKLYN

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Brooklyn 10. 08. 27

Clarissa

Algunas veces me preguntaba ¿Cómo visualizaba mi futuro? Sería una medico exitosa o encontraría otra vocación, no lo sabía, después de tantos errores llega un momento en el que ya no quieres besar el suelo, quieres dejar de quedarte atrás y sentirte insuficiente. Me hice una larga lista de posibles cambios y caminos que tomar, pero jamás se me llego a ocurrir terminar en este, lleno de trampas, dolor y sangre, donde me veo involucrada en una pelea que jamás pedí y en un mundo del que trate de esconderme a toda costa.

Ni siquiera llegue a imaginarme en mis peores momentos y estuve equivocada al pensar que desde la primera vez en que termine en aquellas celdas, la muerte seria algo inevitable, pero después de ese entonces empecé a cuestionarme ¿Cuanto más viviré, lo haré? Ahora entiendo que solo estoy posponiendo ese momento y mientras llegue haré lo posible por disfrutar lo poco que me queda.

—Entra ahí—una compuerta se abre en una especie de cuarto secreto—te sacaré en cuanto me deshaga de ellos.

—No voy a dejarte sola—me niego.

—¡Entra ahí!—insiste.

—¡No! Déjame ayudarte, puedo defenderme.

Vacila por un momento pero la termino convenciendo.

—No entiendo cómo llegaron hasta aquí—las manos me sudan—estamos en el último piso y nadie permitido puede acceder.

—Rastrearon el olor de Antonio y tenemos traidores que posiblemente les dieron las herramientas necesarias para subir aquí, toma esto—Maze me entrega una Beretta 92 F—tienes puntería así que cuida el franco derecho.

—¿Tu como sabes eso?—maldigo por lo bajo tomando el arma y un cargador extra lleno de balas de roble.

—Antonio lo dijo—continúa armándose— le disparaste una flecha que si no fuera por sus reflejos, le habrías dado directo al corazón—el rubor sube a mis mejillas—tienes agallas chica, nadie se atrevería a dispararle al Sire y si fuera el caso lo pensarían dos veces.

—No me da miedo—confieso.

—Eso ha quedado claro al que compartas la cama con el—me sonríe—por que hasta eso es peligroso y no todas salen vivas.

Se que no se refiere a la espada que encarga entre las piernas, si no, a toda el sentido de la palabra. Las chicas con las que lo vi follar, terminaron muertas por su mano, les dio el mejor placer de sus vidas pero también se las arrebató, un ejemplo de que con él todo cuesta y caro.

—Huelo a cuatro—quita el gatillo—los dos primeros en atacar serán los del costado, no parpadees ni un segundo, hay un noble entre ellos así que solo encárgate de tu espalda.

—¿No querrás decir mi frente?

—Los vampiros te rodean para matarte a diferencia de los licántropos que toman el frente directo—explica—te distraen mientras los de atrás o costados se mueven primero.

Mi piel se eriza cuando unas garras se pasean por detrás del metal. Puedo jurar que escucho una risa macabra al otro lado. Pasan segundos en silencio hasta que un golpe me sobresalta, otro eterno minuto sin reacción hasta que varios se suman al acto y comienzan a tratar de derribar las barras de metal que con golpe tras golpe se van haciendo cóncavas. Les está costando demasiado por que maldicen.

—¡Hija de perra!—grita uno—¡hasta aquí puedo oler tu repugnante sangre Blade's!

—Pero que recompensa, el de abajo hoy está de humor para sorpresas—escucho como Maze respira hondo y su cara se transforma en puro odio—hasta me veo tentada en abrir las puertas para llenarte el culo de balas.

LINAJEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora