LINAJE

CAPITULO 8 - PRESA

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Presa

Clarissa

Un ruidoso trueno me saca de la terrible pesadilla que estaba teniendo para despertar a otra. El peso es peor ahora que puedo asumirlo y la realidad me arrastra hasta el fondo de un frio lago donde no consigo llegar a la superficie. La fría brisa que mueve consigo las cortinas que dan al balcón,  me causan escalofríos ya que el calor abandona rápidamente mis sabanas.

Me levanto perezosamente a cerrar las puertas corredizas y el tobillo me palpita al apoyarlo con mi peso completo al igual que el dolor de mi brazo que se empieza a intensificar ya que el clima asevera los dolores. En el reloj de la mesilla marca las nueve de la mañana y el estómago me ruge a no más poder, tiene tres días que no ingiero un bocado y anoche estuve apunto de tomar agua de la regadera.

Un olor a comida llega a mi habitación y no puedo evitar abrir la puerta un poco para confirmar su procedencia ya que no me sorprendería que mi cabeza estuviera alucinando sus deseos y pruebo lo contrario ya que el aroma viene de abajo. En verdad tengo hambre y la comida «si es que se le puede llamar así» de las celdas era un asco que muchas veces me enfermo.

Necesito bajar a ver, no creo que él me quiera matar de hambre si es que quiere ocuparme para un fin.

En ese estado no me sirves...

Recuerdo sus palabras y no sé cómo sentirme ¿a quien engaño? no tengo opción más que ceder con él si es que quiero salir ilesa de aquí. Tengo que llevarme bien con él y hacerle bajar la guardia un poco para que se confié que no puedo escapar o seré capaz después de sus amenazas.

Dijo que moriría si lo intentaba,  pero no soy sumisa y no estoy dispuesta a postrarme ante sus pies o darme por vencida. Será demasiado guapo y tendrá un cuerpo de pecado, unos labios provocadores, brazos esculturales...

Sacudo la cabeza. No voy a verle algo bueno porque no lo hay, es mi raptor y es malo, es un monstruo que no duraría en arrancarme la cabeza si lo hago enojar. Algo me dice que tengo que andarme con cuidado porque este tipo al parecer tiene mas poca paciencia y no se hasta donde pueda llegar si se le agota.

Con Erik no me sentía intimidada y con este sujeto me siento diminuta, débil y eso que solo hemos conversado cinco minutos. Tendré que trabajar en ello y aplicar la de "no muerdas la mano que te da de comer". Al menos solo por ahora.

Abro la puerta mirando ambos lados del pasillo «vacío». Continuó avanzando de puntillas hasta llegar al inicio de las escaleras que dudo en bajar. Voy descalza y el frio piso me entumece las plantas de los pies. Muy insegura bajo el primer escalón esperando algo que me detenga y al no obtener nada, continuo. Sin ver ni escuchar a nadie mas, no dejo de observar por todos lados. Me esperaba encontrarme al menos con un tipo que me devolviera por donde vine «tal vez ya se fue y se los llevo».

La casa es muy grande pero no se me dificulta encontrar la cocina. Al entrar me doy cuenta de donde que proviene el olor. Un plato de trozos de carne cocidos se encuentra sobre la barra y no puedo dejar de reparar lo delicioso que se ve "parece que están cocinados con salsa BBQ" y la boca se me hace agua.

Aprieto las manos conteniendo las ganas de comérmelo todo pero ¿que tal si es de alguien? aunque aparentemente estoy sola en la casa ¿y si lo dejo para mi? tan muerta de hambre me vio quizá.

Reviso rápido otra vez que no venga nadie y mi boca saliva. Centro mi vista en el plato otra vez y... (al diablo)  tomo un trozo y me lo llevo a la boca (dios)  cierro los ojos saboreando y disfrutando el sabor, es como si mi sentido del gusto recobrara la vida después de tanto.