Adrian tardó unos cuantos días más en llegar porque estaba fuera del país con su familia. A medida que el verano llegaba a su fin, mi ansiedad crecía. Por momentos, me parecía mejor convertirme en mortífaga, pero otras veces solo pensaba en que eso arruinaría por completo el resto de mi vida. Era casi de noche y yo estaba en la habitación de Draco, cuando mi madre fue a avisarme que Adrian había llegado. Bajé casi corriendo y lo encontré en la sala, charlando con Tom. Estaba tan feliz de verlo, que no me importó y corrí a darle un fuerte abrazo.
—Yo también te extrañé, Cass —dijo en tono divertido.
—Me alegra verte —dije.
Tom me miró con el ceño fruncido y cara de pocos amigos. Murmuró una disculpa y se retiró.
—No puedo creer que él esté aquí —me dijo Adrian, en voz baja.
—Yo tampoco lo podía creer cuando llegué, pero después de un tiempo, te acostumbras a verlo todos los días —dije.
Él me dedicó una mirada indescifrable y en ese momento, mi padre llegó. Se saludaron muy cordialmente y entablaron una conversación informal. Poco más tarde, fue la hora de cenar. Tan pronto me senté a la mesa, comencé a preguntarme qué le pasaría a Tom, pues no parecía nada contento. No dijo ni una sola palabra y estuvo todo el tiempo con el ceño fruncido. Cuando terminamos de comer, Adrian y yo fuimos a mi habitación, era realmente urgente que yo hablara con él, necesitaba que me aconsejara. Tan pronto entré, fui a tomar mi varita que estaba sobre la mesa de noche y le apunté a la puerta.
—¡Colloportus! —dije.
Adrian se sentó en mi cama y me miró con preocupación.
—Deberías comenzar a explicarme qué está pasando y por qué me necesitabas con tanta urgencia —dijo.
Me senté junto a él y lo miré a los ojos.
—Para no hacer esto muy largo —dije—, el señor oscuro me pidió que me uniera a los mortífagos, pero no estoy segura de si hacerlo o no.
Levantó las cejas y se acercó un poco a mí.
—¿Y es que te parece una opción viable?
Asentí y rápidamente le expliqué lo sucedido en esas semanas, la actitud de Tom conmigo, lo que pasó cuando iba a castigar a mi padre, entre otras cosas.
—Siento que si acepto, podré mantener a salvo a mi familia.
Él movió la cabeza negativamente y en sus ojos pude ver en destello de incomodidad.
—Mira, Cass... hemos sido amigos desde que estábamos en primer año, nos conocemos desde que teníamos once años y no creo que haya nadie que te conozca mejor que yo. Sé que quieres proteger a tu familia, pero eso no es lo único que te hace pensar en que ser mortífaga es una buena decisión.
—¿De qué estás hablando? —pregunté, muy confundida.
—Quieres estar cerca del señor oscuro. Vi cómo lo miraste cuando llegaste al salón y cuando estábamos cenando, te gusta.
Me sentí como si me hubieran arrojado encima una gran cantidad de agua fría. Eso no podía ser. Tal vez Tom me pareciera atractivo y despertara mi curiosidad, pero decir que me gustaba, era demasiado. Me sentía como una estúpida, pues una parte de mí, me decía que Adrian tenía toda la razón del mundo. Había puesto mis ojos en quien no debía y eso estaba muy mal. Él no era una persona normal y bajo ninguna circunstancia debería dejar que se enterara de que había sido lo suficientemente tonta como para fijarme en él. Puse mis codos sobre mis rodillas y me cubrí el rostro con las manos.
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𝓔𝓵 𝓻𝓮𝓰𝓻𝓮𝓼𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓱𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓸 || 𝓣𝓸𝓶 𝓡𝓲𝓭𝓭𝓵𝓮
Fanfiction«Soy un recuerdo, guardado en un diario durante cincuenta años». Lucius Malfoy le entrega el diario de Tom Riddle a la pequeña Ginny Weasley, y encarga a su hija mayor, Cassiopeia Malfoy, la misión de vigilarla de cerca. ¿Qué pasaría si el gran Har...