—Tengo que ir a recoger a Draco —informé, mientras me acercaba para darle un beso a Tom.
—¿Y Lucius? —preguntó, mientras me tomaba de la mano.
—Está hablando con Fudge, como le ordenaste.
Asintió y me dio un beso más.
—Nos vemos luego.
Me desaparecí para aparecer en King's Cross. El tren estaba llegando en ese momento, y pronto los estudiantes comenzaron a bajar. Busqué a mi hermano con la mirada, y estaba muy concentrada tratando de encontrarlo, tanto que no vi cuando los gemelos Weasley llegaron a mi lado.
—Hola, Cassiopeia —saludaron.
—Hola, chicos, no los había visto —dije, y me acerqué para darles un breve abrazo.
Ellos intercambiaron una mirada y eso me sirvió para saber que nos esperaba una conversación no tan agradable.
—Harry nos regaló el premio que ganó en el torneo de los tres magos —me contó Fred, con emoción.
—Ahora vamos a poder abrir nuestra tienda de artículos de broma —completó George.
—No habían mencionado que quisieran abrir una tienda de artículos de broma —dije.
—Ese ha sido nuestro sueño —dijo George.
—Cuando la abran, cuenten conmigo como clienta fija —dije, y sonreí.
Ellos esbozaron una sonrisa tensa, y guardaron silencio unos instantes.
—¿Es cierto que hiciste todas esas cosas que dijo ese tal Barty? —preguntó Fred.
—Sí —le respondí en voz baja.
—Todo lo que has hecho es muy peligroso, Cassiopeia —Fred parecía muy preocupado, mientras que la expresión de George, no revelaba nada—. Podrían haberte herido de gravedad, o incluso haberte matado. ¿Es que a Quien Tú Sabes no le importa lo que pueda sucederte?
—Lo sé, y agradezco que te preocupes por mí, los dos han sido unos grandes amigos, pero esta es la vida que elegí, y no hay nada que hacer.
—Para mí no eres solo una amiga —Fred me miró a los ojos y tomó mi mano—, me has gustado desde hace mucho tiempo atrás.
No podía creer lo que estaba escuchando, y parecía que George tampoco, pues miraba a su hermano con una expresión de absoluta incredulidad.
—No, Fred —le dije en voz muy baja—, alguien como tú no puede sentir nada por alguien como yo. Soy una criminal, y estoy casada con otro criminal. Tú eres una buena persona, te mereces a alguien que te ame de verdad.
—Tú también te merecías a alguien mejor, Quien Tú Sabes te arruinó la vida.
Me quedé sin palabras. Nunca había pensado en que Tom me hubiera arruinado la vida. El podía ser cualquier cosa, pero yo lo quería, sin importarme nada. No estaba obligándome a estar con él, era mi elección y estaba feliz con eso. Sentía que no soportaba la mirada intensa que me estaba dirigiendo Fred, así que desvié la mirada y encontré a Draco, despidiéndose de Pansy Parkinson.
—Tengo que irme —dije—. Adiós, chicos.
Me fui casi corriendo hacia donde estaba mi hermano.
—¿Estás bien, Cass? —preguntó al verme.
—Hola, Draco —dije, y me acerqué para abrazarlo—. Sí, perfectamente. ¿Nos vamos?
Por la forma en que me miró, supe que no me creía, pero me tomó del brazo. Antes de desapareceme, le dirigí una última mirada a Fred, que ya se había encontrado con sus padres. Cuando aparecí en la mansión Malfoy, escuché la voz de Severus en el comedor. Lo último que quería era verlo.
—¿Dónde estará nuestra madre? —preguntó Draco.
—Me imagino que en su habitación —le respondí.
—Ya nos vemos, Cass.
Subió las escaleras y yo me dirigí al comedor. Tom, Severus, Adrian, Yaxley y mi tía Bella estaban sentado en la mesa.
—Buenas tardes —saludé. Ellos interrumpieron su conversación y se quedaron mirándome.
—Hola, Cassiopeia —dijo mi tía Bella.
—Hola, Cass —saludó Adrian y sonrió.
—Buenas tardes, Cassiopeia —dijo Yaxley.
—Cassiopeia —se limitó a decir Severus y pude ver un destello de odio en sus ojos oscuros, siempre inexpresivos.
Tom me indicó con una seña que me sentara a su lado, así lo hice y él tomó mi mano por debajo de la mesa. Me fijé que frente a Severus había una botella de vino, y alrededor algunas copas sin servir.
—¿A qué hora vamos a empezar a beber? —preguntó Yaxley.
Sin decir más, Severus sirvió el vino en seis copas. Los demás fueron tomando las copas, pero antes de que yo pudiera hacer lo mismo, se levantó y me entregó una. Ese pequeño gesto me causó una enorme desconfianza. Fingí que bebía, pero en realidad no lo probé, luego dejé la copa un poco lejos de mí.
—Creo que es hora de irme —dijo Severus, después de vaciar su copa—, con permiso.
Sin esperar a que nadie le dijera nada, tomó la capa de la silla que estaba junto a él, se la puso y salió a grandes zancadas. Me quedé observándolo mientras se iba, casi convencida de que el vino tenía algo. Cuando volví a mirar a la mesa, me di cuenta de que Adrian había tomado la copa y se la estaba bebiendo.
—Ay no —murmuré.
Pasaron unos instantes en los que pensé que todo era simple paranoia mía, pero de repente, Adrian se desmayó y cayó sobre mi tía Bella.
—¿Pero qué demonios? —dijo ella, con molestia.
—¿Quién trajo ese vino? —pregunté.
—Severus —me respondió Tom, y yo me puse en pie en segundos.
—¡Necesito un bezoar! —exclamé.
Todos me miraron sin comprender, hasta que mi tía Bella empujó a Adrian, de manera que cayó sobre la mesa, se levantó y se fue corriendo. Después de que trajo el bezoar, confirmé mis sospechas de que el vino estaba envenenado.
—Severus quería matar a Cassiopeia —dijo mi tía Bella, en cuanto Adrian se vio fuera de peligro.
—Pero Bella... —dijo Yaxley, como si no lo pudiera creer.
—Está resentido conmigo porque por mi culpa, tú no confías en él como antes —dije, dirigiéndome a Tom.
—Pero cómo vamos a saber si en realidad era su intención matarte —dijo.
—Solo la copa que me dio a mí estaba envenenada, por eso me la entregó en la mano.
—¿Por qué estabas prevenida con él y no bebiste de la copa?
—Porque lo escuché hablar de matarme ese día en Hogwarts, frente a Dumbledore.
Al principio, parecía no creerme, pero cuando dije esa última frase, se puso en pie muy rápido y me miró con un poco de preocupación y mucha rabia.
—Nadie va a hacerte daño, Cassiopeia, y voy a encargarme de Severus.
ESTÁS LEYENDO
𝓔𝓵 𝓻𝓮𝓰𝓻𝓮𝓼𝓸 𝓭𝓮𝓵 𝓱𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓸 || 𝓣𝓸𝓶 𝓡𝓲𝓭𝓭𝓵𝓮
Fanfiction«Soy un recuerdo, guardado en un diario durante cincuenta años». Lucius Malfoy le entrega el diario de Tom Riddle a la pequeña Ginny Weasley, y encarga a su hija mayor, Cassiopeia Malfoy, la misión de vigilarla de cerca. ¿Qué pasaría si el gran Har...