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—¡¿Qué quiere decir con eso?! ¡Él también va a hacer el rey!

—¿Él es tu prometido, verdad? No creo que le guste ser protegido.

—Lo sé. Pero tiene que aprender que su vida es prioridad.

—Probablemente para él tu bienestar es su prioridad. ¡Aquí vamos!

Ella empuja una silla y un escritorio contra la puerta de madera. Probablemente para armar una barricada simple.

—Tienes razón... te ayudo con eso.

—Por un momento pensé que dirás algo como "Pansy, para. Si haces eso no van a poder entrar"

—Sería inútil, ellos no van a huir. Aguantarán afuera y defenderán hasta la muerte.

—¿Hasta la muerte? Eso es un poco exagerado, ¿no crees?

—La única forma en la que puedo ayudar es creando estrategias.

En este momento lo comprendo.

—Eres bueno en eso... sé que lo harás bien —Pansy toma mis manos—. Úsame si es necesario...

—Usarte para...

—Magia. Tu y yo tenemos una relación especial. Usado correctamente, incluso puede convertirse en un arma poderosa. Pero es una espada de doble filo. Un movimiento en falso puede terminar en tragedia. ¿Recuerdas porque fue reconstruida la Mansión Malfoy? Eso realmente fue muy peligroso.

—¡Nunca!

Impacientemente retiro sus manos de las mias.

—Haría cualquier cosa por ti, así como sé que tu arriesgarías tu vida por mí. Tu y yo... tenemos esa clase de relación, una muy especial.

—...Tal vez es porque mi mente no está tranquila en este momento... pero suena como si pensaras que tu existencia fue solo para brindar apoyo al Maou. ¿Realmente piensas que el gran sabio se reprodujo solo con eso en mente?

—Yo...

Con sus brazos cruzados flojamente sobre su pecho, se apoya contra la pared. La mitad de su cuerpo está sobre la ventana y solo esa parte obstruye la luz del sol.

—Pansy, ten por seguro que no fue así. Y aunque esos fueran sus planes, no pienso dejar que un muerto guie mis pasos en la vida.

Ella se ve oscura con la luz detrás de ella.

—Gracias, en ocasiones olvido quien soy...

—Eres Pansy Parkinson, nunca lo olvides.

—¿Entonces quién eres tú?

—Draco Malfoy, un fanático del quidditch que vivio y creció en el mundo mágico hasta justo antes de cumplir dieciséis años. Soy el príncipe de Slytherin y la persona más odiada por las demás casas de Hogwarts... Incluso si me preguntas quien soy, yo soy yo y no hay nada falso sobre eso. Yo también viví como un mago común por dieciséis años. Viví como un mago pura sangre con padres relativamente exigentes. Tenía clases privadas y dormía hasta tarde, esperando no ser la vergüenza de mi familia... quiza no tenemos el mismo apellido ni vivimos en la misma mansión, pero ambos hemos pasado por mucho, ¿verdad? Vamos al mismo colegio y tomamos los mismos atajos para ir a clases. ¿Es eso suficiente? ¿Ya estás satisfecha con eso? ¡Si me preguntas quien soy ahora, todo lo que puedo decirte es que yo soy yo!

—Pero tú...

Mi voz es aguda. Siento que el piso bajo mis pies podría desaparecer y simplemente sumergirme en el océano.

—... ¿si tu pregunta era quien era antes de nacer? No lo sé. Desde que llegué aquí, dicen que mi alma pertenece a este mundo, que mi cuerpo es solo un recipiente para esta alma... pero si hay algo que aprendí es que esta alma rechazo a su verdadero recipiente, y eligió unirse a la mía antes de desaparecer, ¿ves? Incluso antes de existir, ya estaba desafiando el camino que otros querían imponer sobre mí. ¿Quién dice que tú no puedes hacer lo mismo? Juntos podemos hacer grandes cosas, y las haremos, pero no será al modo de ellos... si no a nuestro modo.

—Ya veo... seré tu consejera, si ya tienes uno, simplemente despídelo. Ese puesto es mío, ¿entendido, Su Majestad?

—Estaría contento si pudiera. Pero qué te parece si eres mi mano derecha y la izquierda también.

Pansy comienza a reír

—Sería un placer

El Soukoku Daikenja. La única persona en este mundo que está a la misma altura de Shinou. Se dice que si no fuera por él, los mazoku hubieran perdido la batalla contra los soushus y hubieran sido forzados a vagar sin tierras o país. Era el hombre que parecía asiático dibujado con una expresión gentil, parado unos pasos atrás del hermoso joven rey que se parece mucho a Wolfram.

Pero si existe una persona capaz de superar al gran sabio esa es Pansy Parkinson. Ella ha leído cada diario, y analizado cada estrategia de su ancestro, ha sido educada para alcanzar el apellido Parkinson en la extensión de la palabra, y es una persona con gran capacidad de pensamiento rápido.

Al otro lado del panel de la ventana, una ráfaga plateada corta el aire. Es el reflejo del metal. Solo hay una cosa que me imagino que puede ser: alguien ha desenvainado su espada. Rápidamente miro afuera por la ventana y veo que incluso Flynn ha aparecido en la cubierta.

—Esto es malo. Algo pasa.

Cinco hombres en ropas beige amarillentas han subido a bordo desde el barco de la guardia costera. El que desenvaino la espada es un hombre joven en la parte trasera que parece ser un subordinado y que luce como el menos flexible del grupo. Los otros sonríen hacia Flynn mas que hacia Sizemore y Josak.

Cuando dejamos de hablar y escuchamos con cuidado, oímos que hablan sobre la ley de Shimaron y que preguntan quien es el responsable de la mujer.

—Ugh, esos tipos están hablando sobre alguna otra cosa rígida. ¿Qué tiene de malo que una esposa represente a su marido?

—¿Qué vas a hacer?

—Esperar...

—¿Entonces fue buena idea ponerle llave a la puerta? —Pansy levanta algo de metal en su mano derecha—¡¿Pero estás seguro?! Ellos solo nos van a atrasar.

—Cierto. Es una suerte para nosotros que Gilbit sea un hombre enmascarado.

Pansy ríe un poco y levanta la cabeza.

—Sabía qué harías lo correcto

Arroja la llave que reluce roja. Viene volando hacia mí en un arco a la corta distancia de cincuenta centímetros entre nosotros que podría haber extendido la mano.

Murmuro un gracias, contengo mi impaciencia y abro la ventana. Los fragmentos de vidrio se esparcen.

—Draco, la máscara.

—Ups.

Coloco la ajustada mascara sobre mi cabeza y ato las tiras de cuero. Y salto por la ventana

—¡Alto, todos ustedes!

Las miradas de todos inmediatamente caen sobre mí. Pansy murmura detrás mío mientras salgo de la ventana.

—Deberías haber usado la puerta.

¡Y perderme de esta grandiosa entrada! Nunca...

Rey Demonio (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora