Rey Demonio (Editando)

...

Todo este tiempo he estado escuchando Me Soltaste en mi cabeza.

Incluso está presente la melodía del piano que acompaña el sentimiento. Aunque, solo se una parte de la letra.

—...Ugh... me duelen las orejas... me siento mal...

—Seguro es porque se te metió el té en las orejas.

Incluso sin abrir los ojos, me doy cuenta de que mi cabeza está en el regazo de alguien incluso antes de despertarme. Pero Wolfram no está conmigo y Pansy debería ser un poco más suave y delgada. ¿Qué es esta increíble elasticidad?

—¡Ust...!

Ruedo alejándome como un tronco cuesta abajo y coloco toda la distancia puedo con mi "almohada". Mi ropa está empapada de té, pero fueron baratas, así que no importa.

—¿Por qué estaba recostado en su regazo Sr. Adalbert?

—Traté de ser amable por una vez... sí que eres mal educado.

Con mi cabeza ya fuera de su regazo, Adalbert estira las piernas y se levanta.

No necesito descubrir que pasó, está claro que intente retener tanto la magia que colapse. La habitación se ve horrible, pero al menos la sirvienta fue liberada. Está llorando contra el pecho del Mayordomo Barbudo. Así que ella prefiere los de su tipo.

Pansy viene hacia mi sin prisa y extiende un mantel para que lo vea. Justo en el medio hay una enorme mancha que dice justicia.

—Aquí la tienes, tu obra maestra.

—Pans...

¿Cómo se supone que me libre de esta?

—Disculpa, Pansy.

—¡Draco, esa magia fue increíble! Es la primera vez que veo a alguien hacer magia sin varita. Aunque, una pregunta Draco... ¿desde cuándo exactamente puedes hacer magia de mano? ¿Oye, no deberíamos olvidatar a los muggles?

—¿Uhhh? Emmm, bueno, la magia de mano es... todo mago necesita a su fiel e irremplazable varita.

—¡Tonterías! Has demostrado mayor capacidad en el control del núcleo mágico que nuestros profesores.

Esa también es una declaración impactante. Es increíble que ella pueda mantener el control ante cualquier situación.

—Para que necesitamos a Potter y a su cara rajada, cuando mi mejor amigo es el mejor mago de la historia. Eres tan increíble que Voldemort te hace los mandados.

—Bueno, aun soy un adolescente así que podría volverme más fuerte y conquistar el mundo, ¿sabes? —digo mientras hecho una mirada fugaz de tres sesenta para calcular daños.

El comedor de Flynn Gilbit está completamente arruinado y las paredes, el techo e incluso los marcos de las ventanas están completamente mojados. La habitación está inundada de aroma a té.

El bulto andrajoso de harapos que se arrastra por el piso resulta ser Nigel Weisz Maxine completamente cubierto de cortaduras. Sosteniéndose contra una pared es capaz de finalmente ponerse en pie y mirarme desde arriba con la cara manchada de sangre.

—De verdad que estás sangrando mucho...

—¡No te acerques! —Maxine presiona su espalda contra la pared y extiende la mano derecha para detenerme. Echa la cabeza hacia atrás y cierra los ojos—. ...No tengo ninguna herida fatal ni huesos rotos. Solo estos cortes sorprendentemente superficiales... ¿Quién eres en realidad? Pareces conocer a Adalbert.

—Un vistazo a sus ojos y cabellos debería ser suficiente para responder esa pregunta —refunfuña Adalbert.

Solo luego de que Adalbert lo dijera me doy cuenta de que mi gorra ya no está en mi cabeza.