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Sé que soy responsable de la destrucción de los sitios de excavación de houseki y de la avalancha que sacudió a las minas y las tapó. Pero les hago creer a mis súbditos, que durante esos momentos no estoy consciente, ¿Por qué? Ni yo lo sé.

Wolfram, siempre dice que mi demostración de majutsu es totalmente vergonzosa y repugnante. ¡Merlín, ese chico no aprecia mi creatividad!

Queremos irnos antes de que la armada de Sverera, se movilice contra nosotros. La tropa, que regresa a través de las dunas a la frontera, es el doble de grande de lo que fue en el viaje anterior.

Algunas de las mujeres deciden arriesgarse a escapar con nosotros, quieren empezar nuevas vidas. La mayoría de nuestros soldados marchan a pie, ya que se decidió que los caballos están asignados a las mujeres. Naturalmente, el rey viaja de lo más cómodo.

—Todos se burlarían si me vieran viajando en este tonto carruaje —me digo a mi mismo.

Pero Conrad no parece de acuerdo, con mis palabras.

—No es un carruaje, es un trineo Su Majestad. Un trineo arreado por caballos.

Bueno, como sea, entonces Nicola, Wolfram y yo estamos sentados en un trineo arreado por caballos, lo que no lo hace mejor para nada. Es como un viaje de lujo, según ellos. Al principio también le gritaron a Gwendal que se suba en el trineo, pero ya que él sí sabe montar—a diferencia de mí— ahora cabalga erguido en su caballo. Y así y todo con dos costillas rotas.

¡Como si no fuera poco, tengo que estar acostado a lo largo de dos asientos, con mi cabeza suavemente acolchonada en el muslo de Lord von Bielefeld! ¡Exacto, es algo indigno de un Malfoy!

—Cómodo, muy cómodo. Pero, ¿por qué tengo que usar tu regazo de almohada? —pregunto.

—Cada vez que usas mucho majutsu duermes por dos o tres días —declara Wolfram inamovible—. Esta vez sólo dormiste dos horas. Y justo después de una demostración tan formidable. Hazme el favor de quedarte justo donde estás. Necesitas descansar.

—Está bien, ¿pero por qué dementores tienes que ser mi almohada?

—¿No te pone contento?

— ¿Me veo contento?

—Oh, ustedes de verdad que son un solo alma y corazón —suspira Nicola con ojos brillantes.

Cuando ella se enteró que no habíamos sido capaces de localizar a Huber lloró intensamente de nuevo. Pero su humor mejoró rápidamente cuando le ofrecimos la oportunidad de vivir en el país natal de su amor. Nicola es una refrescante pensadora positiva, rebosante de optimismo. Su sonrisa se vuelve más brillante a cada momento.

—Draco, ¿con cual de los dos te has casado al final? ¿El hermano mayor o el menor? —me pregunta.

—¿Casado...? Con ninguno.

—¿No? ¿Pero entonces por qué te fugaste?

—Nunca me fugué —gruño.

Conrad, que monta a nuestro lado, corre el cortinado del trineo para abrirlo desde el lado de afuera.

— Pronto llegaremos a la ciudad fronteriza. ¿Su Majestad? ¡Oh, ahí está! No lo vi ahí abajo a primera vista,

—Están cerca. Nos lanzaran saetas, ¿estén listos?

—Nadie se acerca, Su Majestad.

—Mmm. Necesito respirar algo de aire fresco, sácame de aquí.

Conrad arregla todo para que pueda salir del trineo y tomo mi lugar detrás de él. El sol de la mañana es tan deslumbrante que es difícil incluso mirar al frente. Me aferro a las caderas de Conrad y lo uso como un escudo en contra del sol. A la sombra de su espalda, el viaje pasa al ritmo del vaivén. Gradualmente me adormezco. El sonido de una voz armoniosa a la deriva llega a mis oídos suavemente.

Rey Demonio (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora