Capítulo 4

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¡Mañana soplará el viento!

¡Cuando acabe con ustedes se les hará tan difícil respirar, qué desearan estar muertos!

-¡Aléjense de ella... bastardos! ¡Pansy... déjenla!

-Por favor despierte, Su Majestad.

Aunque es temprano por la mañana, Lord Weller me observa de cerca viéndose tan esplendido como siempre, sin los ojos hinchados o el cabello revuelto.

-umm. Buenos días.

-Tuvo un sueño largo. El ave despertador ya ha cantado tres veces.

-¿En serio?

Según mi tempus, que sigue marcando la hora diligentemente, son las ocho en punto de la mañana. Por cierto, hoy es treinta de Noviembre, y es el primer mes del invierno en este mundo. Al parecer un día aquí también tiene veinticuatro horas, y tampoco parece haber mucha diferencia en sus relojes. Eso significa que el tamaño y la rotación de este planeta es más o menos el mismo que la Tierra...

De todos modos, han pasado casi ciento veinte días desde que fui con Pansy a Universo Acuático porque fue rechazada, le di la mano a un delfín, y fui succionado a este mundo de espadas.

Ya que es la tercera vez que vengo a este país, es normal que se me considere un habitual. Incluso si las cosas no salieron lo establecido, me las arreglé para solucionar el problema y estaba completamente listo para regresar al colegio mágico.

Sin embargo...

Mientras lucho por levantarme, Conrad frota el extremo de mi ojo con su pulgar.

-¿Estaba soñando con la Señorita Pansy de nuevo?

-Sí.

...no pude volver.

No pude volver al colegio donde escucho el familiar "Huron Malfoy", donde soy el líder de los Slytherins incluso cuando solo soy un estudiante de quinto curso, donde soy el capitán del equipo de quidditch, donde soy el mejor mago de nuestra generación y el instructor de Slytherin.

-...Incluso aunque han pasado cuatro meses... Ahora no es el momento para preocuparme por eso. Me sentía acorralado, ¡está completamente sobre mí!

Lord von Bielefeld Wolfram, que tiene el rostro de un ángel mientras duerme pero los hábitos nocturnos de un demonio, tiene sus brazos y piernas alrededor mío perturbando mi peligroso sueño. Está usando un camisón de seda con volantes.

-No es gracioso... Si alguien llegara a ver esto...

-¡Ya estoy aquí!

Lord von Christ grita mientras golpea la gruesa y pesada puerta de mi habitación. Su bonito rostro debe de estar contorsionado y su cabello desalineado por la ansiedad y la impaciencia.

-¡Majestad! ¡¿Qué ocurre, Su Majestad?! ¡Por favor abra la puerta! ¡Por favor abra la puerta...!

Mi guardaespaldas, rueda al medio dormido Wolfram.

-Trabé la puerta por si acaso.

-Entiendo el porqué.

Me pongo rápidamente mi traje negro hecho a medida.

Irrumpo por la puerta excusándome rápidamente con Günter con un "asuntos privados" y me alejo de él. Escucho un chillido afeminado a mis espaldas.

-¡¿Por qué estás en la habitación de Su Majestad?! ¡¿Y en su cama?!

Dejando atrás la pronta escena de carnicería, incluso yo me lo pregunto. ¿Por qué está durmiendo Wolfram conmigo? Este lugar es enorme, tendrían que haber por lo menos doscientas habitaciones para invitados.

Rey Demonio (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora