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Las ovejas han viajado muy lejos hasta un desierto.

Pansy al límite del cansancio, envuelta en una sábana, descansa en la parte trasera. Parece que es cálido y cómodo en ese lugar. Luego de ofrecerse voluntario para ser el primer vigilante, Wolfram se echó contra mi hombro y ahora está profundamente dormido.

Las ovejas tienen ciclos de sueño cortos y se agrupan juntas de a cuatro y cinco para echarse.

Observo sin pensar las llamas que danzan sosteniendo un trozo de leña en mi mano. La noche es aún mas seca y fría que durante el día..

—Parece que ninguno de nuestros camaradas está cerca —dice Josak al volver junto al fuego y sentarse en el lado opuesto a mí. Hace tan solo treinta minutos que tomó su turno como vigilante—. ¿No puede dormir?

—Solo he estado pensando sobre lo que pasará... En todo caso, nunca imaginé que las ovejas no tuvieran sentido de la orientación. Aunque, todas están durmiendo contentas ahora.

—Ustedes fueron todos criados en castillos, así que debe ser difícil acampar afuera en la naturaleza.

Su cabello naranja, echado hacia atrás sin cuidado, se ve rojo brillante a la luz del fuego.

—Pansy y yo crecimos... demasiado protegidos, pero Wolfram es un príncipe, y un soldado así que debe haber afrontado dificultades.

—Es verdad, Su Excelencia también es considerado un soldado. Por lo que debe haber sido puesto mayormente a cargo del apoyo logístico, pero tiene algo de experiencia acampando en el exterior. Estoy mas preocupado por Su Majestad y Su Alteza. Si algo le pasa a alguno de ustedes, puede que termine quemado en la hoguera o siendo desmembrado.

Josak coloca sus manos a los lados de su rostro bromeando. Se supone que debería complementar su tono burlón, pero hay algo en sus ojos que hace que no pueda reír y dejarlo pasar.

—Los conejos venenosos de orejas rosadas aparecen en estas tierras. Los miras y piensas "¡Oh! ¡Son tan rosados y bonitos!" y estiras la mano hacia ellos y entonces te dan un mordisco con sus enormes bocas.

—Mordisco...

—¿Qué tanta mala suerte tengo como para quedar a cargo de los dos al mismo tiempo? En la víspera de su honorable y segura repatriación, le pido humildemente que considere otorgar un premio especial al gran trabajador Josak Gurrier.

—Lo tendré en consideración.

Naturalmente, el Capitán Sizemore, Dacascos y un número de soldados de Dougard están yendo hacia Lambert mientras hablamos. Ellos fueron forzados a mantener el paso con nosotros en carreteras aledañas mientras hacen lo posible por adivinar nuestra posición. Para ser directo, todo lo que tienen para basarse es la intuición.

—Pero sabe, esos Dougard no tienen rival en el mar, pero cuando los tiras a la tierra se convierten en amateurs. Sizemore aun puede arreglárselas en el campo, pero... de verdad, ¿por que Su Excelencia el Amante de los Animales envío a estos tipos a buscar a Su Majestad? ¿De verdad no tiene fe en mi?

—¿Hablas de Gwen?

—Así es. Me ha estado enviando palomas desde que me puse en contacto con usted. Si fuera mi Comandante el que estuviera aquí y no yo, Su Excelencia el Tejedor probablemente confiaría más, ¿no? Bueno, por el momento es mejor tener la mayor cantidad de guardias posibles. Estamos hablando sobre Su Majestad, Su Alteza y un Ex Príncipe después de todo.

—Deberían aumentarte el sueldo

—Deberían hacerlo...

Gurrier Josak no ha cambiado desde la primera vez que lo conocí. Estamos literalmente en una relación de rey y subordinado, pero hace chistes sin dudarlo. Si prestas atención a la forma en que habla, no solo no es respetuosa, sino que a veces puede ser grosera. Aun así, es un hombre leal y un soldado muy hábil en su campo.

—Y para colmo, esta vez está pretendiendo ser el representante de un país extranjero y participa en un torneo en un país enemigo. No puedo creerlo. ¡Alguien, ayuda! ¡Detengan al rey terco como una oveja!

Y ahí lo tienes, una expresión solo usada en Shin Makoku. Normalmente cualquiera diría indomable como un dragón.

Josak usa una rama seca para mover el fuego antes de partirla en dos y tirarla dentro. Sus labios, teñidos de rojo escarlata, se tuercen divertidos.

—...Bueno, he decidido tolerar cualquier cosa rara en la que se meta.

—Vaya, eso es amable de su parte

Mientras me entrega la taza ahora llena de té negro, el hombre de cabello naranja observa hacia la oscuridad que se expande e inesperadamente da un pequeño suspiro.

—Sabe los mazokus estuvieron en guerra hasta el cese de hostilidades hace alrededor de veinte años, ¿verdad? Ha oído eso del Maestro GüGüGü o del ex Príncipe, ¿verdad?

—Por GüGüGü, te refieres a Günter, ¿verdad? Si, he escuchado sobre eso.

—¿Y sobre el peligro de perder la guerra?

—Hubo muchas perdidas...

No he pensado sobre eso. Desde la primera vez que vine a este mundo me he negado a la guerra, no es algo que quiera experimentar dos veces al mismo tiempo. En mi mundo no tengo poder por lo que mi voz no alcanza a todos, pero aquí es diferente por eso me gustaría que mi reino no experimente ese dolor nuevamente.

—Estuvimos a punto de perder.

—¿Uh?

Algo frió toca mi nariz solo por un instante. Se derrite inmediatamente y se vuelve una gota de agua. Me quito mi guante de cuero liso y extiendo mi mano hacia el cielo. Pequeños y livianos objetos se balancean como plumas hacia atrás y hacia adelante mientras caen.

—Es nieve.

—¡¿Nieve?! La nieve genera otro problema. Era difícil correr por esta tierra como estaba, ahora el clima está en nuestra contra.

Observo hacia el cielo ultramar. Es como si los copos más puros cayeran directamente desde la luna.

Rey Demonio (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora