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— ¿Qué hace el niño perdido aquí? — Lord von Voltaire Gwendal volteó hacia a sus dos medios hermanos con una obvia expresión de disgusto.

Su cabello es largo y de un gris muy oscuro, y sus ojos son azules, con un dejo de mal humor siempre presente que ninguna clase de belleza podría remedir. En mi opinión Gwendal nació para ser el Maou, es más digno que cualquier otro. Su voz profunda cala hasta los huesos.

—Su Majestad planea demostrar que el prisionero que mantienen cautivo en Sverera es falso—dice Conrad alegre tratando de ayudarme. Por desgracia me he enganchado el pie en la silla de montar y quedo colgado retorciéndome contra el vientre del caballo.

—¡Ah! ¿De verdad? —gruñe Gwendal. Nos ha estado esperando al sur de la frontera.

—Así es —digo apresuradamente—Probablemente ustedes ya sabían que era falso, así que pensaron que estaba bien incluso si decidían ejecutarlo. Pero la cosa es que el prisionero "soy yo", al menos eso creen ellos, y aunque acabo de regresar ¡no permitiré que "me ejecuten"! ¡Qué idiota deja que ejecuten a su supuesto rey! Así que vamos a donde está el duplo y el mateki.

—Conrad.

—¿Si?

—¿Es esto una broma? —Con la ceja ligeramente levantada Gwendal clava la vista agudamente en su hermano, el que considera un soldado digno. — ¡Hazme un favor y llévate a estos dos de nuevo a la capital! — gruñe de nuevo.

— ¡¿Qué?! ¡¿Yo también?! —Wolfram exclama indignado.

Aparentemente el hermano menor cree que no debería ser puesto al mismo nivel que yo.

—Solo obedezco órdenes de Su Majestad —dice Conrad llanamente.

No digan esas cosas así tan a la ligera, de lo contario me voy a empezar a sentir poderoso.

—¡Muy bien, hagan lo que quieran! — gruñe Gwendal y voltea su caballo hacia el rio que corre a lo largo de la frontera. Los hombres de su tropa lo siguen, vacilando levemente para mostrarse respetuosos con nosotros.

Tuve el honor de sentarme detrás de un joven increíblemente hermoso en el caballo y encaminarme hacia el paraíso. Todos llevan a la típica vestimenta árabe con turbante y el cuerpo cubierto de túnicas, y sábanas blancas para protegernos del sol abrasador, ya que el viaje es a través de las interminables dunas de arena del desierto. Tomar precauciones mínimas contra los golpes de calor es necesario durante cualquier viaje por el desierto, incluso si es solo un pequeño tramo.

—¡Inconcebible! ¡Podría sufrir un golpe de calor! —Günter me abrazó con fuerza mientras contenía las lágrimas. Sosteniendo mi mano derecha me imploró: —Y no es sólo el calor. Hasta hace unos años Sverera estuvo en una guerra civil. Desde entonces la brecha entre ricos y pobres se ha hecho más grande, y en este momento la seguridad pública está en un estado miserable. Por otro lado, durante estos últimos dos años se ha dado una sequía sin precedentes, la gente lucha por el alimento en todos lados. ¡Por favor quédese aquí, Majestad! ¡Gwendal se hará cargo de la maseki! En su lugar, venga conmigo, su fiel Günter, a la playa para disfrutar del verano.

Fue complicado apaciguar las preocupaciones de Günter porque los mocos colgando de su estrecha nariz me distraían. Como nada podía comenzar hasta que le convenciera, le asegure a Günter que llevarse bien con los vecinos es el primer paso para entablar una amistad, y que la experiencia propia era importante para aprender la diplomacia. Mi presentación conmovió a Günter dándole un ataque de admiración.

—¡Pero qué noble de su parte, Su Majestad!

Ja, eso es 1 punto para Draco Malfoy. Al fin estoy aprendiendo como manejar a Lord von Christ.

Rey Demonio (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora