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Dentro de mi cabeza se reproduce una y otra vez "la unión de su mano con la mía".

Y no es una sensación desagradable, sino que es un sentimiento cálido. Es... extraño, no lo odio, no odio esta calidez, pero todavía siento que es diferente, muy diferente a cuando Pansy o Blaise cogen mi mano.

—Uh... mmm, es una Fogata, es cálido y reconfortante...

—¿Está hablando de nuevo solo?

Cuando su tono de voz paso de ser altanero a uno suave y dulce. Soportando el dolor de mi cuerpo, abro los ojos y veo que sobre mi hay mechones dorados y el verde del fondo de un lago pestañeando hacia mí.

—... No te muevas, solo quedemos así un momento.

Sin dejar que se aparte, vuelvo acomodar mi cabeza en el regazo de Wolfram. Mis extremidades se sientes pesadas, mi garganta está seca y siento un dolor insoportable en la parte trasera de mi cabeza. Cierro los ojos e inhalo profundamente.

—Me duele la cabeza. Tengo ganas de vomitar.

—Es falta de sueño.

Haciendo honor a la apariencia que tengo, Wolfram coloca una toalla en mi rostro.

—Limpiare tu cara, todavía tiene un poco de ceniza. Después de usar tanto majutsu, usualmente descansas mucho tiempo, pero hoy no has dormido ni la mitad de lo que normalmente duermes. Era seguro que tendrías náuseas y dolor de cabeza.

—Maryoku... ¡Es solo magia, ¿te gustaría aprender?! ¡Podrías usarla sin necesidad de llamar siempre a los elementos! ¡¿Sabes la magia elemental es compleja e inútil?! Es por lo que los magos estudian solo magia básica...

Wolfram suspiro y sirvió agua en un vaso de madera. Elevo un poco mi cabeza y presionando el vaso contra mi boca, él me mira preocupado.

—¡No, no me gustaría! Si utilizas tu magia en exceso, ¡podrías perder la vida! No puedes abusar tu cuerpo y alma solo para enseñarme. Solo duerme, recobra algo de fuerza.

—Pero... ¡te conseguiré una varita!

—Bueno, primero consíguela, después puedes volver a preguntar.

Luego de dormir un largo tiempo en el regazo de Wolfram, decido que es momento de ir a ver los edificios que incendiaron. Wolfram me ayuda a poner de pie, mientras Greta presiona Garganta N°1 contra mis manos. Un bastón no es tan útil sobre la tierra cubierta de césped alto

Quemados hasta los cimientos, no queda mucho de los edificios que siguen echando humo. Hay heridos yaciendo sobre el pasto frente a mí, pero ninguno recibe tratamiento. Alrededor de diez de los jóvenes bomberos continúan en silencio con su trabajo, pero los espectadores solo observan curiosamente desde la vereda de enfrente. Parecen estar tan ocupados juntándose a charlar que no tienen tiempo para ayudar.

Hay tantos heridos que los médicos no pueden encargarse de todos. Es increíble cómo metieron tantas chicas en ese edificio. Hay casi un centenar de ellas con la cabeza gacha en silencio, sollozando, o rezando mientras yacen sobre sus espaldas, esperando su turno que no saben cuándo llegará.

—Con un fuego tan intenso, es asombroso que nadie haya muerto.

Wolfram me presta su hombro. No pensé que sería tan cansador no volver a sentarme. Siento como si me aplastara el peso del aire y gravedad aumentara dos veces.

—¿...Draco?

En el momento en que una voz ronca me llama desde abajo, se me doblan las rodillas.

—Esa es la voz de Draco, ¿no es así?

—¿Izura? Tu cara... Está cubierta de ceniza, por eso no te reconocí.

Rey Demonio (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora