Qué suerte que tengo el cabello corto, agradeció Lord Weller Conrart desde el fondo de su corazón mientras miraba furtivamente a su medio hermano que montaba un caballo inestable a su lado. A casa paso caen pequeños granos de arena del cabello rubio de que se ha puesto opaco por el polvo.
Y con razón...
Cuando salieron de la guarida del oso de arena por el ducto de ventilación ya no sabían si lo que respiraban era aire o arena. Casi todos habían sobrevivido la aventura en las arenas movedizas sin un rasguño. Le debían esto a la gracia de Shinou.
Un soldado de la tropa de Lord von Voltaire vino hacia ellos galopando. Conrad lo reconoció como el segundo o tercer hijo de un mercader de la costa sur. No es necesariamente del tipo que se ganan los honores como guerrero, pero tenía talento suficiente para comandar una tropa. Gwendal lo había tomado como su asistente administrativo. Lord Weller trató de recordar su nombre.
—¡He venido a darle el reporte, Su Excelencia!
—Te escucho.
—He revisado tanto a los caballos como a los jinetes. Algunos soldados han sufrido quemaduras por la saliva del oso de arena, pero son todas heridas menores. Ninguno se encuentra en estado crítico. Sin embargo, los caballos...
—¿Qué hay con los caballos?
—Hay dos animales de más.
—¿Tenemos dos caballos más?
El asistente se rascó el bigote que se había dejado crecer recientemente en un gesto avergonzado.
Boyd, pensó Conrart. Su nombre era Boyd. Es el segundo hijo de la adinerada familia mercante Boyd.
—Probablemente el oso los mantenía como provisiones en su guarida. Deben haberse unido a nuestros caballos cuando Su Excelencia derrotó a la bestia.
—Muy bien, entonces debemos aprovecharlos. Que lleven parte de nuestra carga. Transfiere algo de los caballos cansados a los nuevos.
—¡Sí, milord! Y hay otra cosa más...
—Te escucho...
—Tenemos un desertor en la tropa.
Conrart frunció el ceño y automáticamente respondió con suavidad.
—Ten cuidado con lo que dices. No estamos en guerra. No vamos a tratar a nadie como desertor. Simplemente digamos que el hombre ha dejado la tropa. ¿Y? ¿Quién es?
—Es Ryan* de su unidad. Tratamos de detenerlo, pero no quiso escucharnos. Solo balbuceaba incoherencias. Que había encontrado a su compañero predestinado, y que algún día volvería a ver a Su Excelencia en Hildyaard*. ¿Tiene alguna idea de lo que quiso decir?
Ryan era conocido como una fanático amante de los animales. Probablemente quiso quedarse a cuidar al oso de arena malherido y domesticarlo. Sería el primero en la historia en domesticar y entrenar a un oso de arena.
— Um... No, pero está bien. No hay necesidad de ir a buscarlo. Lamento que tuvieras que hacer un anuncio tan desagradable, Boyd. Envía dos hombres a la vanguardia de la tropa. A partir de ahora eres responsable de las medidas de seguridad de la expedición.
Luego que el soldado se fuera montando a hacer lo que debía, Conrart giró hacia su compañero. El hermano menor mira fijo hacia el suelo con el ceño fruncido.
—Vamos, no te deprimas tanto.
—¿Qué tiene de malo, jari*?
—Escupe la arena de la boca primero.
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Rey Demonio (Editando)
FanfictionDraco Malfoy no esperaba terminar en un mundo donde la magia es diferente, la gente lo adora y tiene un prometido celoso. Acompáñalo en su viaje para descubrir su destino como el Maou y su amor por Wolfram, el príncipe de fuego que lo desafió a un d...