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Arribamos a eso de las cuatro y media en una playa arenosa que no tiene salida a ningún puerto o muelle. Tres mazokus y un mago chorreando sudor, agua de mar y una variedad de desconocidas algas. Como nos veíamos bastante extraños, nos limpiamos en una cabaña abandonada en la playa e inmediatamente nos dirigimos a la montaña luego de una breve siesta.

Comenzamos bien, mal informados por Conrad sobre un camino pavimentado y afirmaciones de que incluso un niño podría subir a la cima sin esfuerzos.

—Cualquier niño que pueda subir esto sin esfuerzo debe de estar en la lista de niños extraordinarios alrededor del mundo muggle — digo jadeando por aire, mis pies parecen de plomo. Pero el eterno sendero de la montaña continúa hacia arriba, y ni las quejas o los gritos van a cambiar eso.

—¿Qué quiere decir? Un sendero en la colina como este no llega ni a considerarse entrenamiento de escalada.

Sí, pero los estudiantes de magia normalmente no se entrenan para la escalada al estilo muggle.

—Tendremos tiempo de sobra si lo escalamos antes del mediodía.

—¡Estoy muriendo! Quiero decir, ¡vomité todo lo que tenía en el estómago antes!

—Eso es porque Su Majestad fue glotón y se atiborró de una comida completa.

Tuve cólicos por llenar de comida un estómago que no había tenido nada dentro por casi dos días. Así que ahora mi doble de riesgo está acompañado de un charco de lo que mi cuerpo rechazó violentamente gracias a mis excesos, en una habitación de clase baja en un crucero de lujo.

El sol alto sobre nuestras cabezas abrasa mis cabellos y siento punzadas en la nuca por el calor. Llamar al pavimento bajo mis pies liso seria expandir demasiado el término.

—No lo puedo creer, Merlín, nunca antes tuve que caminar tanto. Si padre supiera esto.

El camino serpentea por bosques de árboles de hojas espesas.

Van dar Via es una isla volcánica de alrededor de cien quilómetros de diámetro, bendecida con muchas termas y un mar lleno de comida marina. Su economía se basa en el turismo. De las islas privadas que recuerdo de mi Familia, diría que es del tamaño de Ruskin en Florida. No tengo idea de si cien quilómetros es grande o chico para una isla. En todo caso, es perfecta para un centro turístico.

Josak, que va a la cabeza dirigiéndonos y escala solo, voltea y saluda exageradamente.

—¡Hay un área de descanso aquí adelante!

Cuando no viste ropas de mujer Josak es verdaderamente fuerte.

Luego de un desagradable y largo camino para llegar "aquí adelante", el lugar de descanso aparece.

—¿Una casa de té?

Está abierto.

La casa de té, que tiene una exagerada cantidad de alfombras rojas, me pregunto si los Gryffindor están igual de obsesionados con el rojo.

Me dejo caer indiferente y exhausto, y pido sin siquiera mirar el menú.

—Señorita, té y bizcochos.

—¿Mmm?

La señorita de la casa es linda, tiene el cabello largo y ojos azules. Trae galletitas y té rojo.

Conrad y Josak levantan la porcelana roja hasta sus labios con aire despreocupado, pero Wolfram y yo estamos temblando hasta la punta de los dedos y no tenemos ni siquiera fuerzas para sorber nuestras bebidas.

Aun sosteniendo la bandeja, la hermosa propietaria mira nuestro grupo con interés, dos llenos de energías y dos marchitos y decaídos. Siendo que yo fui el primero en hablarle dirige su consulta hacia mí.

Rey Demonio (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora