Capitulo 9

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Sebastian

Ella estaba de espaldas y no me veía, pero yo si la podía ver atreves del cristal. Veía como el agua pasaba por todo su cuerpo, se me caía la baba. Me quite el pantalón y el bóxer quedando desnudo.

Sigilosamente abrí la puerta de la ducha, me metí. Se me volvió a despertar mi miembro por la hermosa imagen que estaba viendo.

Lauren estaba de espaldas, se estaba lavando el cabello, podía ver como echaba la cabeza para atrás mientras que el shampoo caía por su espalda, me acerque y la agarre por la cintura haciendo que mi erección quedara pegada a sus nalgas, soltó un gemido. Yo le quite lo que le quedaba de espuma, aparte su cabello para besar y morder su hombro.

-Me debes un round pequeña – le dije rodeando su cintura con mis brazos y seguía besando su hombro.

-Poro sigo estando dolorida – me dijo tratando de hacerse la que no quería.

-No te voy a dar duro como anoche – le dije – lo prometo.

-No lo sé – se rio, lo estaba deseando. Se dio la vuelta para darme un beso.

-Lo tomare como un si – le dije en medio del beso.

Comenzamos con un beso, como locos nos comíamos la boca del otro. La tome por su precioso y redondo trasero, lo acaricie, ella desvió sus manos de mi cuello a mi torso lo empezó a acariciar. La elevé e hice que sus piernas se enredaran en mi cadera.

No me resistí, la penetre de sorpresa haciendo que Lauren rompiera el beso.

-¡Sebastian! Te dije que no tan duro – me regaño.

-Perdón pequeña no me pude resistir – la besé.

Esta vez fui más lento al momento que reanude mis envestidas, la recargue en la pared mientras el agua caía en nuestros cuerpos. La penetraba con un poco más de velocidad, ella solo gritaba, mientras que yo gemía. Poco después ella estaba saltando en mi miembro mientras me agarraba del cuello y me besaba, también podía sentir como sus pechos rozaban mi torso cuando subía y bajaba. Era una de las sensaciones que más me gustaban.

-Lauren... me voy a correr... - le dije – para...

-No, quiero que te corras dentro de mí – esta niña me va a matar.

-No... no podemos... no me puse el preservativo... - le dije y paro sus movimientos.

-Está bien... - se bajó molesta de mí, se dio la vuelta dándome la espalda, pero para que no se molestara, con rapidez metí mi mano entre sus piernas, la movía rápido, le metí un dedo en su apretada feminidad, ella dejo caer su cabeza en mi hombro derecho y paso su mano izquierda por mi cuello. Se veía hermosa con sus ojos cerrados, en esa posición, toda el agua le caía a ella.

Seguí con mis movimientos hasta que se corrió y lo hizo gritándome en el oído. Después ella se puso de rodillas y se introdujo todo mi miembro en su boca. Dios, esto era el paraíso, siguió así por como cinco minutos y yo me corrí en su boca.

Luego ambos nos bañamos juntos y nos fuimos a desayunar. En el desayuno nos lo pasamos en risas y besos, fue lo mejor. Pero llego la hora en que la tenía que llevar a su casa, la lleve y me despedí con un beso de lengua antes de bajar del coche. Sin duda fue el mejor fin de semana de mi vida, pero el siguiente será mucho mejor...

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora