Capitulo 61

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Narrador omnisciente...

Alexandra llamo a una ambulancia, que de milagro llego rápidamente.

Tomaron a Lauren con cuidado y la llevaron al hospital. Uno diferente de donde se encontraba Sebastian.

Al llegar, la pasaron rápidamente a urgencias, Alexandra iba con ella llorando, se quedó en la sala de espera.

Lauren seguía inconsciente por toda la sangre que había perdido. El doctor no tuvo otro remedio que practicarle una cesárea para salvar al bebe. Mientras Alexandra llamo a Chris y a la madre de Lauren. Ellos llegaron casi de inmediato y se quedaron esperando que el doctor llegara para que les contara que paso.

Horas después...

-Doctor ¿Dónde está mi hija? – le pregunto su madre desesperada.

-Ella está bien – sonrió – tuvimos que practicarle una cesárea y todo salió bien.

Lauren

Mis ojos se abrieron poco a poco. Me sentía dolorida, me dolía la cabeza y el vientre. Entonces me alarme, ya no sentía mi abultado vientre. ¡Mi bebe! Empecé a llorar pensando en lo peor.

-Lauren, despertaste – dijo mi madre.

-Mi bebe... ¿Dónde está? – le pregunte con temor de la respuesta.

-Está bien cariño, tuviste una niña sana – sonrió y yo sonreí de igual modo.

-Quiero verla – estaba ansiosa.

-Claro, espera no te vayas a mover – dijo – te hicieron una cesárea y creo que ya se te va a pasar el efecto de la anestesia.

Mi pequeña, por fin la tendría en mis brazos. Me pregunto a quien se parecerá, espero que a Sebastian. Las imágenes de Sebastian y Elizabeth besándose en el hospital me vinieron a la mente. Pero mis pensamientos fueron interrumpidos por mi madre que traía a mi pequeña en los brazos.

-Saluda a mamá – dijo ella y sonreí.

-Dios, es preciosa – dije llorando de felicidad cuando me entrego a mi pequeña. Ella empezó a llorar – Hola pequeña, soy tu mamá – y en cuanto lo dije Juliet dejo de llorar y se me quedo mirando – te quiero, preciosa – le dije sonriendo y ella formo una pequeña risa con sus labios.

- ¿Cómo la vas a llamar? – me pregunto mi madre mirando la escena de madre e hija enternecida.

-Juliet Morrison – Sebastian no merecía que le pusiera su apellido a mi pequeña.

-Un nombre precioso – las dos sonreíamos y nos quedamos un rato mirándola.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora