Capitulo 24

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Lauren

Me levanto sobre la una de la tarde. Lo se soy una floja, pero estoy de vacaciones puedo levantarme a la hora que quiera. Baje a la cocina y me puse a hacer unos deliciosos espaguetis para cuando Sebastian llegue.

Ya lo había perdonado, eso me tenía contenta y supe que la estúpida de Elizabeth lo había besado. Cuando me encuentre algún día con ella, la voy a matar.

Sebastian llego justo cuando ya estaba lista la comida, comimos en la sala de estar mientras veíamos "Mi villano favorito". Me encantaba esa película los minions era lo mejor.

Acabamos de terminar de comer y Sebastian se ofreció a limpiar y yo acepte. Me quede viendo la película, estaba tan concentrada que no me percate cuando llego Sebastian.

Cuando acabo la película, me gire para mirarlo. Casi me hecho encima de él porque estaba solo en bóxer ¿Cómo es posible que no me diera cuenta antes?

- ¿quieres jugar? – me dijo mirándome a los ojos.

-Si... ¿a qué jugamos? – no sé qué planeaba, pero creo que me gustara.

-Mira lo que tengo – saco unos dados.

- ¿Unos dados? – pero que...

-Fíjate bien pequeña – se los quite de la mano y los mire.

- ¿Enserio? – pregunte.

-Claro ¿Por qué no? Los compre pensando en ti – dijo besándome el cuello.

-No lo sé, estamos en casa de mi amiga y tu mejor amigo, esto no sería correcto – dije, pero la verdad es que sí que quería jugar. Me miro con un rostro triste – está bien juguemos.

-Lanza tu primero – dijo riendo. Es un tramposo.

Me quite la ropa y me quede en ropa interior.

Lance los dados eróticos y me salió "besar – ojos" bueno no estaba tan mal. Me acerque y le bese los ojos despacio. Le toco lanzarlos a él y callo "tocar – pechos". Rápidamente sentí sus manos en mis pechos, los masajeaba despacio y con mucho cuidado. Yo solo disfrutaba de su tacto, quito mi sujetador y siguió acariciándome. Solté un gemido cuando tomo uno de mis pezones y quito sus manos de mis pechos.

Me tocaba lanzar "chupar – cuello". Si, tomé asiento en sus piernas y dirigí mi boca a su apetecible cuello.

Comencé a chuparlo y saborearlo. Su cuello tenía un aroma a su perfume, mientras yo seguía chupando su cuello, sentí como su gran amigo se despertaba.

Entonces decidí mandar el juego a la mierda, lo quería dentro de mí, pase mis labios de su cuello a sus labios y me balancee de adelante hacia atrás, haciendo que soltáramos gemidos en nuestras bocas.

-Pero ¿y el juego? – me pregunto cuando terminamos el beso.

-A la mierda el juego – dije devorándole la boca de nuevo.

Sin decir nada más el me tomo en sus brazos y me llevo a la habitación de invitados, en donde yo me quedaba a dormir. Pero cuando él iba subiendo las escaleras, no sé con qué, se tropezó. Me sostuvo fuertemente para no caer en las escaleras, pero fue inútil. Se giró para que el callera en las escaleras y yo encima de él.

Nos seguimos besando en las escaleras, no me importaba si hacíamos el amor en las escaleras, le baje el bóxer rápidamente. Su gran amigo salió y lo tome con la mano. Empecé a jugar con su miembro, mientras yo hacía eso el había roto mis bragas.

Él se sentó en un escalón, yo me senté en uno de sus muslos y siguiendo con mis movimientos de arriba hacia abajo en su miembro, me comencé a frotar en su muslo. Los dos soltábamos gemidos. Las gotas de sudor no tardaron en salir. Con mi mano acelere los movimientos al mismo tiempo que me frotaba con más fuerza en su muslo. Ya tenía empapado su muslo de mi misma pero no le importo.

Esa tan excitante, los dos sudados, jadeando y a punto de hacerlo en las escaleras porque no queríamos movernos de allí. No pude más y me corrí en su muslo y él se corrió en mi mano. cambiamos de posición, ahora yo estaba en el escalón y él estaba encima de mi besándome. Con mis manos, acariciaba todo su cuerpo, me encantaba el contacto de su piel contra la mía.

Sin previo aviso me abrió las piernas y me penetro fuertemente. Solté un gran grito.

El siguió haciéndome el amor, rápido y duro. Como a mí me gustaba, no sé cuánto tiempo estuvimos en la misma posición, pero después de un rato sentí como se corría en mi interior y después yo lo seguí al paraíso. Entre sus brazos me llevo a la cama.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora