Capitulo 98

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Sebastian

Estaba muy preocupado por mi niña, Lauren me dijo que le empezó a dar fiebre y me preocupé mas. Cuando llegamos a la casa, cargue a Juliet y le quite su ropa para después ponerle su pijama. La metí en su cama.

-Sebastian, dale este jarabe para el dolor de estómago – me dio un bote de medicina y una cuchara – ahora vuelvo voy por el termómetro.

-Lauren ¿no crees que es mejor que la llevemos al hospital? – le pregunto.

-No tranquilo, primero le bajamos la fiebre y si no se le quita la tendremos que llevar – me dijo segura. Tal vez ella sabe lo que hace.

- ¡No quiero papi, sabe mal! – me dice Juliet y empieza a mover la cabeza para no tomarse el jarabe.

-Princesa, es para que te mejores – digo, pero niega con la cabeza – si no te lo tomas seguirás enferma y papi se pondrá triste ¿quieres que este triste? – le digo y se me queda mirando hasta que al fin abre la boca y le doy una cucharada de esta medicina que huele mal.

-Ya estoy, a ver cariño – Lauren le pone el termómetro a Juliet en la boca y yo me siento a un lado de la cama. Después de un rato le quita el termómetro – tienes cuarenta, tiene bastante fiebre.

- ¿Qué hacemos? – dios estoy tan nervioso de que algo le pase a Juliet.

-Ve por una toalla pequeña, la empapas de agua y me la traes – asiento y me voy corriendo como un loco buscando. Regreso a la habitación en tiempo record.

Veo como Lauren pone la toalla en la cabeza de Juliet. La observo. Ella es una buena madre. Yo no sabría qué hacer si mi hija se enfermara, me volvería loco, pero ella no, aunque estuvo asustada al principio, se calmó y supo que hacer ¿acaso no es la mujer más perfecta del mundo?

Durante toda la tarde Lauren y yo nos la pasamos en la habitación de Juliet cuidando de ella. Hasta que Lauren decido bajar a preparar algo para que comamos ella y yo y también Juliet porque en cuanto despierte tendrá demasiado hambre.

Yo por mi parte me quedo cuidando de Juliet me fijo si ya le bajo la fiebre y le cambio la toalla cuando es necesario y solo la contemplo. Es tan parecida en mi carácter y muy parecida a Lauren físicamente, aunque tiene mis ojos mis labios y mi nariz.

Cuando Lauren regresa con un gran tazón de sopa no dudo en comérmelo todo. Lauren y yo nos la pasamos conversando de cualquier cosa. Hasta que se hace de noche y vemos como Juliet despierta. Los dos nos acercamos y nos sentamos en su cama.

-Mami, quiero un helado de chocolate – dice aun sin levantarse.

-No mi amor ¿todavía te duele el estómago? – le pregunta Lauren.

-No mami, pero es que tengo hambre – dice haciendo puchero.

-Primero veamos como sigues con la fiebre y después hablamos – le vuelve a poner el termómetro en la boca. Esperamos unos minutos – bien, pues ya no tienes fiebre te traeré sopa para que no te haga daño en el estómago ¿de acuerdo?

-Está bien, pero me debes un helado – dice Juliet y me rio.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora