Capitulo 10

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   - ¿Enserio? ¿También lo hicisteis en la ducha? – me pregunto por tercera vez Alexandra.

-Sí, dios fue increíble – le dije con una sonrisa – y aunque no puedo caminar o sentarme, valió la pena – me reí.

- ¡Esa es mi Lauren! – dijo con orgullo – parece que fue hace tres días que eras todavía virgen – fingió llorar.

-Alexandra, hace tres días yo era virgen – le tire una almohada.

- ¡Oye! Sin agresividad por favor – me dijo para después ella lanzarme un peluche.

-Bueno ¿Cómo van los preparativos para la boda? – cambie de tema.

-Genial, pero tienes que ayudarme a escoger el vestido, necesito tu opinión – me rogó.

-Claro solo dime cuando y yo te acompaño – le dije.

- ¿Este sábado puedes? – me pregunto.

-No, tengo que cumplir con mi apuesta – dije mordiéndome el labio.

- ¡Es verdad! – dijo – ya quiero que me cuentes que te puso a hacer.

-No te rías – le regañe – yo hubiera ganado si no me hubiera dado tan duro la primera vez.

-Sí, si claro – se burló.

-Tu no hubieras aguantado con Chris más que yo con Sebastian – le dije en broma.

- ¡Claro que sí! Hay a veces que empezamos como a las ocho de la noche y acabamos a las seis de la mañana – me dijo presumiendo.

-Sí, pero después está durmiendo todo el santo día – me reí.

-Pues claro tengo que recuperar fuerzas para la siguiente noche – me dijo tranquila.

- ¿La siguiente noche? ¿Es que nunca os cansáis? – pregunte doblemente.

-No – me sonrió.

-Está bien, pero si seguís así, dentro de poco ya voy a tener un precioso sobrino o sobrina antes de la boda – me burle.

- ¡Cállate! – se rio – oye antes de que se me olvide Chris me pidió que te invitara a comer a casa mañana ¿Qué te parece? Nos podemos meter en la piscina – me dijo.

-No, no quiero ver como os besáis y yo ahí sola – dije, la verdad es que no tenía ganas de ir.

-Lauren por favooor... vamos – me rogó.

-No – dije – y es mi última palabra, así que no insistas.

- ¿Te mencione que Sebastian también está invitado? – dijo.

- ¿A qué hora tengo que estar allí? – pregunte rápidamente.

- ¡Y luego dices que no tienes ganas de verlo! – dijo riendo.

-Vale, está bien lo admito, si quiero verle, así que ¿a qué hora tengo que ir? – pregunte.

-A las dos y no llegues tarde – me advirtió.

Alexandra se fue y yo me quede todavía pensando en lo que paso con Sebastian, cada vez que lo recordaba sentía cosquillas en el estómago ¿estaré enamorándome de Sebastian? No, imposible, él y yo solo tenemos sexo, solo eso...

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora