Lauren
-Mami por favor ¿puedo quedarme en casa de mi amiga a dormir? – me suplico Juliet.
-Está bien pero solo si terminas de comerte las verduras – le digo sonriendo.
- ¡Las odio! Yo no me las como – dijo cruzando los brazos.
-Bueno, entonces no vas a casa de tu amiga – digo.
-No, mira ya me las como – dijo para después empezar a comer las verduras con cara de asco y solté una pequeña risita al mirarla.
-Esta bien, si quieres ya no te las comas y ve por tu mochila para que te lleve a la casa de tu amiga – en cuanto digo eso deja el tenedor en el plato y sale disparada para su habitación – ¿Qué hare con esta preciosa niña?
-Listo mami ya podemos irnos, que se nos hace tarde – pero que rápida es mi hija, me empieza a jalar hacia la puerta.
-Está bien, ya voy tranquila – le dije.
Nos subimos al coche y manejo aproximadamente por unos veinte minutos. Y al fin llego a la casa de la amiga de Juliet. Me bajo con ella, toco el timbre y esperamos. En cuanto la puerta se abre Juliet entra corriendo y abraza a su amiga, las dos niñas se van corriendo muy contentas y yo me quedo hablando con su madre.
Una vez que llego a casa de nuevo, me siento extraña es la primera vez en años que Juliet no está en casa. Mi niña la extraño. Pues como tengo la casa para mi sola no sé qué hacer. El timbre suena y camino lentamente a abrir la puerta.
- ¿Sebastian? – dije en cuanto abrí la puerta.
-El más sexy, guapo, bueno en la cama, que tanto te gusta – me rio.
-Que modesto – le digo y el solo sonríe – y bueno dime ¿a qué se debe tu grandiosa visita?
-Pues una pequeña princesa me dijo que viniera a cuidarte porque hoy te ibas a quedar sola y pues aquí estoy en tu perta con una botella de vino para pasar el rato – Juliet, pienso y después veo que saca la botella de su espalda – además de que me pidió que te convenciera para que le hagamos un hermanito.
-Buen intento, pero eso no pasara Sebastian – le digo y me hago a un lado para que pase.
-¿ya has cenado? – pregunta y yo niego - ¿Qué te parece si hacemos una rica cena?
-Me parece perfecto – le dije.
Nos pusimos a preparar la cena. Entre besos y risas por ver como cocinaba Sebastian, terminamos de cocinar. Para después pasar a la sala a cenar.
Durante todo el rato nos la pasamos conversando de que cosas hicimos en el tiempo que nos separamos y en cuanto le empecé a contar de mi embarazo y parte de su infancia. Traje un álbum que tenia de ella. Se lo di a Sebastian y el solo se quedó ahí callado escuchando la historia de cada foto que veía.
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Mi ginecólogo
Fanfiction¡Vuestro Ginecólogo esta de vuelta! Voy a compartir esta novela !No es mia! esta es una adaptación que voy a hacer, @CamiCarratu y ella me dio el permiso para hacerlo, asi que no hay problema.