Capitulo 38

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Lauren

Ya estaba todo listo, la mesa, la comida y la casa recogida. Mi madre y yo estábamos listas solo esperábamos a Sebastian. Yo me comía las uñas por los nervios, espero que todo salga bien esta noche sino creo que me moriré. Al rato suena el timbre, me levanto como loca del sofá y me dirijo a abrir la puerta, al abrir sonrió al ver a mi sexy novio en la puerta, es como si llevara un cartel luminoso que dice "Viólame" y lo aria pero esta mi madre presente y no quiero darle otro espectáculo.

-Hola guapo – le digo y le doy un beso en los labios. Escucho como mi madre tose falsamente haciendo que nos separemos.

-Buenas noches señora – dice educadamente mi Sebastian – le traje unas flores – casi me rio cuando vi que Sebastian saco unas rosas de su espalda y mi madre se sonrojaba.

-Gracias Sebastian, eres muy amable – respondió ella aun sonrojada – bueno, pasemos a cenar.

-Claro – dije. Tome la mano de Sebastian y caminamos al comedor.

Le ayude a mi madre a servir la cena, al principio comimos en silencio, pero luego llego el momento en mi madre le hiciera preguntas a Sebastian.

- ¿Y desde cuando mi hija y tu estáis juntos? – primera pregunta.

-Desde hace dos meses – dijo sonriendo. El no parecía estar nervioso.

- ¿Os cuidáis a la hora de tener relaciones? – eso hizo que me sonrojara – porque Lauren es demasiado joven para tener un bebe y...

-No se preocupe señora, soy ginecólogo se de estas cosas y sí, estamos teniendo cuidado – quiero morirme de la vergüenza en este momento.

-Bien, pero ahora quiero saber qué es lo que quieres con mi hija – dijo seriamente – un hombre de tu edad no está con una chica de diecisiete años sin obtener nada a cambio.

-Mama – le dije.

-Señora, tiene razón tengo treinta y cinco años y su hija diecisiete – suspiro – sé que no está bien y que no es normal nuestra relación, pero le aseguro que no quiero nada a cambio de ella – se giró a mirarme y me sonrió tranquilizándome – solo quiero su amor – sonreí y vi como mi madre también sonreía – y le aseguro que conmigo su hija no sufrirá porque la amo.

Quería levantarme, besarlo y decirle que yo también lo amo con todo mi corazón, pero me controle para ver que decía mi madre.

-Y quería pedirle permiso para que Lauren siga siendo mi novia – dijo sonriendo y mi madre se rio.

-Bueno, en esta cena he visto que eres todo un caballero, eres atento y muy guapo – dijo y los tres nos reímos – y lo más importante sé que de verdad amas a mi hija y, por lo tanto, si les doy permiso de que sean pareja – yo lance un grito de felicidad al igual que Sebastian – pero tengo más cosas que deciros.

- ¿Qué? – pregunte nerviosa.

-Primero, si vais a tener relaciones, no quiero que sea en mi casa. Segundo esta relación no tiene por qué interferir en tus calificaciones y tercero, si haces que mi hija derrame, aunque sea una lagrima por ti Sebastian, me las pagaras... ¿queda claro? – dijo mi madre.

-Por supuesto, suegra – Sebastian se levantó sonriendo y le dio un beso en la mejilla a mi madre y yo me reí.

El resto de la cena paso entre risas, Sebastian nos contaba historias de su familia y de él cuando viajaba. Era encantador. Al terminar la cena, acompañe a Sebastian a la puerta.

-Estuvo muy bien la cena – le dije.

-Lo sé, pero ya me tengo que ir – me dijo haciendo un puchero – y no me quiero ir, me quiero quedar contigo.

-A veces pareces un niño pequeño – dije riendo.

-Pero soy tu niño pequeño – dijo para después besarme.

El beso fue lento, pero con amor, mucho amor. Nos separamos y vi como Sebastian se iba en su coche.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora