Capitulo 56

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Sebastian

Un mes, un puto mes ha pasado y todavía no la encuentro. Desde que se marchó la estoy buscando como loco, pero nada. Busque a su madre para preguntarle a donde pudo ir, pero me recibió con una cachetada y mil insultos. Me reclamo que la deje sola estando embarazada, que le hice mucho daño y mil cosas más. Yo me aguante porque todo lo que dijo era cierto y deje que me digiera hasta de lo que me voy a morir. Cuando termino le rogué llorando y de rodillas la pedí que me ayudara a encontrarla, pero ella no me dijo nada me cerró la puerta en la cara. Así que me fui de ahí, pero se me ocurrió otra cosa...

-Necesito saber a dónde mandaron a la alumna Lauren Morrison – le pregunte desesperado a la directora de la escuela.

-Disculpe, pero no puedo darle esa información – me dijo seria. Tenía que pensar rápido.

-Tiene que decírmelo. Tengo que verla urgentemente – le rogué.

-¿Es familiar de ella? De lo contrario no puedo darle nada – me pregunto.

-Yo... - piensa rápido Stan – soy su padre – dije y ella me miro con cara de no creerse nada lo que le acabo de decir – escuche, yo soy su padre, pero no sabía que ella existía, su madre me lo acaba de confesar y necesito conocerla – soy un gran mentiroso, pero tengo que hacerlo si quiero a Lauren de vuelta.

-Lo siento mucho – dijo y al parecer me creyó – déjeme un segundo, voy por los papeles y le digo a donde fue.

-Muchas gracias - ¡Si, lo logre!

-Veamos, aquí dice que la enviaron de intercambio a Francia, Paris – me dijo mirando los papeles.

-Gracias, Muchísimas gracias – me acerque a la directora y la abrace – ya sé dónde está mi princesa – dije y salí corriendo como loco.

Ya sé dónde se encontraba, corrí con una sonrisa en el rostro en busca de mi coche. Iría directo al aeropuerto. Deje mi coche al otro lado de la calle y por la emoción no me fije a la hora de cruzar la calle que un coche venia hacia a mí.

Solo sentí que mi cuerpo estaba dolorido y no me podía mover, solo pensaba que tenía que ir a Paris como fuese. Poco a poco se me cerraron los ojos y no supe nada más.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora