Capitulo 25

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Sebastian

Una vez en la cama, no nos pidamos dormir por la luz, se me olvido apagar y estábamos tan cansados que ninguno de los dos se levantó, así que nos pusimos a conversar. En la cama estaban mis pantalones y Lauren se acercó para buscar chicles.

-No tengo chicles – dije divertido mirando como buscaba por todos lados.

-Calla – dijo.

Saco mi cartera y de ella se calló una foto. La tomo entre sus manos.

- ¡Pero mira quien es! – no puede ser, encontró esa foto.

-Dame eso – se lo quise quitar, pero se levantó y se alejó de la cama.

-No – me levanté y la perseguí por toda la habitación. Los dos estábamos desnudos corriendo como locos.

-Bien, tú ganas – dije y me senté en la cama fingiendo estar molesto.

- ¿Sabes que estas tremendamente sexy haciendo pucheros como un niño? – dijo y me dio un beso en la nariz. Se sentó a mi lado.

- ¿Me darás la foto? – le pregunte.

-No ¿me la puedo quedar? – jamás.

-No, no quiero que la vean – dije.

- ¿Por qué? Eres tan lindo de pequeño – comento.

-Claro que no, solo me recuerda lo nerd que fui en mis años como estudiante – le dije.

-Déjame decirte que fuiste un nerd muy guapo – me reí mientras miraba la foto... - además si no te gusta ¿Por qué la llevas en la cartera?

-Mi madre me la entrego y la guarde ahí, se me olvido que la tenía guardada – le conté.

-Bueno, me la quedare yo – dijo.

-Está bien, pero dame un beso – me dio un beso corto – no, quiero uno de verdad – me tomo la cara y nos besamos como debe ser.

Nos acostamos de nuevo.

- ¡La luz! – dijimos los dos al mismo tiempo.

-Ya voy – me levante y la apague para después por fin dormir tranquilos.

Ya era de día y me tenía que arreglar para ir a trabaja. Enserio voy a pedir unas vacaciones.

Cuando terminé de ducharme salí para vestirme. Lauren seguía dormida, me senté en la cama mientras me abrochaba la camisa, en ese momento siento unos labios en mi cuello y unas manos en mi abdomen.

-Buenos días – dijo adormilada.

-Buenos días preciosa – me quede sintiendo cada una de sus caricias.

- ¿Dónde vas? – pregunto.

-Al trabajo, ya se me está haciendo tarde – me levante y gire para mirarla.

-Espera, yo te ayudo – se puso de pie en la cama y me ayudo a abrocharme la camisa y la corbata. No pude evitar mirar su cuerpo desnudo. Era simplemente perfecto y era mío, solo mío. Me dio un beso – que tengas un buen día – dijo sonriendo.

-Gracias – le sonreí de vuelta - ¿y tú que harás en todo el día? – solo quería asegurarme que no hiciera una de sus locuras.

-Pues iré a la escuela – dijo ¿feliz? ¿Por qué estaría feliz de ir a la escuela? – es que al parecer la universidad a la que quiero entrar están dando becas y voy a hacer el papeleo de una vez.

-Pues siendo así, que tengas suerte pequeña – le di un beso – ten cuidado, no dejes que extraños en casa, pórtate bien y...

-Tranquilo Sebastian se cuidarme sola – se rio, pero yo quería que nada malo le pasara.

-Bien, nos vemos luego. Adiós – me acerque a su rostro.

-Adiós Sebastian – nos dimos un último beso y me fui de la casa.

Mi ginecólogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora