Lauren
-Lauren ya estoy aquí mi amor – me dice Sebastian en cuanto entra al local donde trabajo – hola preciosa – me saluda y me besa en los labios.
-Sebastian... no me beses – le reclamo.
- ¿Por qué no? A ti te gusta – si me encanta.
-No me gusta – le miento.
-Claro que te gustan preciosa no me mientas – dice mirándome a los ojos y veo como mueve sus cejas de arriba abajo y rio.
-Está bien, me encantan tus besos, pero, no es correcto – le digo y me voy la vuelta para agarrar mi bolso – nos vamos.
-Sí, vamos – salimos del lugar y antes de llegar al coche me toma de la cintura haciendo que me girara para después besarme con mucho amor. Le seguí el beso hasta que se nos acabó el aire en los pulmones – sabía que te encantaban mis besos.
Los dos nos reímos por eso y subimos al coche. En el camino nos la pasamos recordando de cuanto estábamos juntos y lo bonito que sería si volviéramos a estar juntos. Justo faltaba poco para llegar a la escuela de Juliet y nos paramos por que el semáforo estaba en rojo. Los dos nos quedamos callados.
-Sebastian, estoy pensando en posponer la boda – le dije mirando por la ventana, pero sé que está sonriendo.
- ¿Enserio? ¡No lo puedo creer mi vida! me haces muy feliz – me dijo alegre, puso sus manos en mis mejillas para que levantara el rostro y me beso.
-Sebastian, solo voy a posponer, no la estoy cancelando – le advierto para que no se emocione demasiado.
-No importa mi amor, con eso me basta por ahora – escuchamos los ruidos de los demás coches avisándonos de que el semáforo estaba en verde. Sebastian arranco con una sonrisa en los labios que estaban manchados de mi pintalabios.
Al llegar ya había varias madres esperando a sus hijos y allí estaba la insoportable de Sara. No es que la odié, pero ojalá se la llevaran a otro planeta, porque desde que traje a Juliet a esta escuela a estado preguntando por el padre mi hija y cuando le dije que era madre soltera... se dedicó por un mes a burlarse de mi o simplemente la aguante porque no quería problemas con nadie.
En fin, llegamos y de nuevo se estaba comiendo con la mirada a mi Sebastian, pero bueno ¿Qué se cree esa? ¿acaso no tiene a su marido modelo? Como ella le dice. Rápidamente le tomo la mano a Sebastian para que note mi presencia y deje de babear por él.
Parece que funciona porque me mira con esa típica sonrisa de hipócrita que la caracteriza a ella.
-Hola Sebastian ¿Cómo estás? – se acercó a nosotros.
-Hola – dijo sin tomarle importancia. Bien hecho Sebastian.
-Bueno, quería ver si ahora podíais ir a tomar algo conmigo y... - no pudo terminar.
- ¡Papi! ¡Mami! – se escuchó el grito de nuestra hija, quien venía corriendo hacia nosotros.
- ¡Princesa! – grito Sebastian.
Me soltó de la mano y fue corriendo hacia nuestra hija. Los dos se abrazaron. Casi se me sale una lagrima al ver tan preciosa escena, de padre e hija abrazándose, que no dude en sacar mi teléfono y tomarles una foto. Sin duda esa foto ira como donde de mi pantalla de mi teléfono.
ESTÁS LEYENDO
Mi ginecólogo
Fiksi Penggemar¡Vuestro Ginecólogo esta de vuelta! Voy a compartir esta novela !No es mia! esta es una adaptación que voy a hacer, @CamiCarratu y ella me dio el permiso para hacerlo, asi que no hay problema.